Tras el éxito conseguido en la última jornada de Viña del Mar, Pedro Ruminot, acompañado por Marcelo Barticciotto y El Símbolo, acaso las grandes sorpresas de la noche, abordó los distintos elementos que dieron vida a su rutina en la conferencia de prensa.

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Sobre las invitaciones al exfutbolista y al ícono de la escena noventera, el humorista admitió que la idea nació hace ya algún tiempo:

"Hace unos dos años vengo trabajando esta rutina. Empecé a desarrollarla y a meter canciones poco a poco, y vi que la gente enganchaba harto con ella en vivo. El año pasado, para La Gran Estafa II, yo le dije a Sergio, mi manager, 'podríamos invitar al Símbolo'. Lo contactamos y todo y dijimos 'guardémoslo porque vamos a ir Viña'. Yo venía el año pasado a Viña y me bajé —admitió Ruminot—, y ahora vine este año y dije 'hay que llamar al Símbolo'. Y la idea de tener al Barti, pa' mí es un honor. Decía ahora que era mi ídolo de siempre, de infancia... imagínate tenerlo. Yo estaba en la playa..., hacía la canción y todo. Estaba hace poco en la playa, y le escribí por Instagram: Barti, 'tengo una idea'. Cuéntala tú".

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El exdelantero de Colo Colo, campeón de Copa Libertadores con los albos, tomó la palabra: "Para mí fue un honor. A Pedro lo quiero mucho, lo admiro como artista, también como ser humano, es un luchador, un ganador de la vida. Y es un ejemplo para todos. Y, bueno, lo hablamos en cuatro o cinco mensajes, después nos juntamos y terminamos decidiendo poder hacer esto. Estamos contentos con el éxito que tuvo".

Luego, Ruminot admitiría que compartir con uno de sus ídolos fue muy emocionante, "pero Alison me dijo 'ni se te ocurra llorar'".

Frente a los micrófonos, el exrostro de El club de la comedia también aseguró que sería la última vez que echaría mano a esta rutina. "No la voy a reutilizar, es la última vez que la hago. Llevo dos años más o menos haciéndola. Le decía a mi manager ahora, hace un rato, 'oye, es la última vez que voy a hacer estos chistes'. Le decía también a Alison que me daba un poco de pena abandonar estos chistes. Una de las razones por las que no vine el año pasado (a Viña), es porque le dije a Sergio que 'no sé si quiero dejar de hacer estos chistes. Déjame un año más, para disfrutarlos'".

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Consultado por su primera vez sobre la Quinta Vergara, en 2016, Ruminot aseguró que fue un aprendizaje. "En ese momento no estaba preparado para que las cosas salieran muy bien, creo que quizá me hubiese perdido y me hubiese puesto, no sé, un poco loco, la fama me hubiese vuelto loco. Y agradezco a la vida, haber pasado por la experiencia anterior, que si bien no fue una cuestión terrible, quizás me hubiese costado el matrimonio o no me hubiese dedicado a ser un buen papá. No estaba preparado psicológicamente y yo agradezco a la vida esos aprendizajes, la posibilidad de redimirse en todo momento de la vida".

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Otro de los puntos altos de la rutina fue la interacción que logró el comediante con el público. En particular la que sostuvo con un joven de llamativo peinado, que se identificó como Álvaro. Ruminot reconocería que es parte de su equipo: "En un show en la Universidad Autónoma, pregunto quien nació en el '99, lo veo y dije 'tengo que llevarlo a todos los shows'. El pelo es real. Y ahora que lo llamé, le dije 'Alvarito, ¿cómo estái pa'l Festival de Viña? Tengo que hacerte una sola pregunta: ¿cómo está tu pelo?'. Más largo, me dijo. Ok, vamos. Estuvo en La Gran Estafa conmigo el año pasado y prefiero eso antes de seleccionar aleatoriamente en el público a alguien que se pueda sentir mal".