Poco Ortodoxa: realidad versus ficción en el drama jasídico de Netflix

Shira Haas y Deborah Haas

La miniserie se centra en Esty Shapiro, una joven que huye de su estricta comunidad judía en Brooklyn con dirección a Berlín. Sin embargo es perseguida por su esposo y cuñado, quienes descubrieron que la joven está embarazada. La dramática historia está basada en hechos reales, pero solo cuando muestra el pasado de Esty. El presente de la mujer que inspiró la serie, Deborah Feldman, es muy diferente.


Esther Shapiro, o Esty como le dicen cariñosamente, ya no da más. Fue criada por sus abuelos en una comunidad jasídica en Brooklyn tras ser abandonada por su madre a los 3 años y como hija de un padre alcóholico.

Tras un año de matrimonio con un hombre que apenas conocía, decidió dejar todo atrás y huir sin decirle a nadie de la comunidad que comenzaría una nueva vida en Berlín. Esty no está dispuesta a ser madre y esposa bajo la estricta mirada de la familia de su esposo. Quiere ser ella misma.

Poco Ortodoxa, la miniserie estrenada en Netflix en marzo de 2020, está entre las producciones más vistas del servicio de streaming. Basado en el libro de memorias Poco Ortodoxa: el escandaloso rechazo de mis raíces jasídicas de Deborah Feldman, da cuenta no solo del viaje físico, psicológico y emocional de una mujer, también revela en una plataforma occidental -y moderna- las costumbres de una comunidad que fundó sus bases a mediados de siglo pasado.

Si bien la autora trabajó codo a codo con la productora y guionista de la producción - Alexa Karolinski y Anna Winger-, en realidad la serie se ciñe al libro solo cuando muestran el pasado de Esty. La forma en que la joven deja Williamsburg es muy diferente a lo que vivió Deborah.

Similitudes

Ambas crecieron como parte de la comunidad “Satmar” en Williamsburg, un barrio de Brooklyn, Nueva York. Allí hablaban yiddish como idioma base y fueron criadas por sus abuelos. Incluso replicaron el detalle en el que la joven tarareaba sus canciones favoritas solo cuando no estaba su abuelo en casa -ya que las mujeres tienen prohibido cantar-.

La experiencia matrimonial de Esty con Yanky se basa completamente en el libro de Feldman. Ambas se casaron antes de los 20 años -aproximadamente a los 17 años- con hombres que no habían visto más de un par de veces antes de la ceremonia. También refleja la angustia que Deborah sintió cuando la despojaron de su cabello y el conflicto marital por la constante intromisión de la familia de su esposo.

En el ámbito sexual, si bien la serie no lo dice literalmente, llevaron a la pantalla el hecho que la protagonista de la historia padece vaginismo -espasmo involuntario que imposibilita la penetración-, y que recibió “educación sexual” por parte de una tutora de la comunidad. Ambas sufren por la frustración de “no cumplir con sus labores de esposa” y son juzgadas por la comunidad por la demora en quedar embarazada.

Además, las mujeres tienen que dormir en camas separadas de sus esposos, y aplicar el procedimiento de limpieza ad hoc a la menstruación, cuando las relaciones sexuales están estrictamente prohibidas.

Respecto a la huída de Esty/Deborah de la comunidad jasídica, también comparten el haber vendido sus joyas para obtener algunos dólares. A partir de allí, la guionista -Anna Winger- dejó volar su imaginación con la asesoría de Feldman.

Realidad versus ficción

El enfoque de la serie es diferente en relación al libro de memorias. Mientras la producción de Netflix da un fuerte protagonismo al matrimonio de Esty y Yanky, el escrito da más relevancia a la crianza e infancia de Deborah.

Ahora, las principales diferencias están en el proceso por el que pasó la mujer para dejar las costumbres a las que estaba habituada.

La autobiografía de Feldman detalla que en un principio no dejó a su familia, sino que se alejó geográficamente de la comunidad en Williamsburg al mudarse a otro barrio de Nueva York -Airmont- a una comunidad del condado de Rockland que es menos restrictiva.

En ese periodo comienza a asistir a la escuela Sarah Lawrence, donde el mayor conocimiento y el compartir con otros estudiantes la llevaron a descubrir su talento para la escritura. Al tiempo, con 23 años, cambió su número de teléfono y decidió dejar a su esposo para vivir sola con su hijo en un departamento en Nueva York. Otra diferencia con la miniserie, es que su marido y cuñado no fueron en su “cacería”.

En 2014, cuando su hijo tenía 10 años, se mudó a Berlín para continuar su carrera como escritora. Allí publicó la segunda parte de sus memorias: Éxodo.

Pero ¿Por qué se decidió apresurar el viaje a Berlín en Poco Ortodoxa? "Era muy importante para nosotros cambiar la historia de la vida real de Deborah Feldman porque es una mujer joven, es una figura pública, es una intelectual y queríamos que la vida de Esther en Berlín fuera muy diferente. En cierto modo, los flashbacks se basan en el libro, pero la historia en sí es totalmente inventada”, dijo Anna Winger en el detrás de escena publicado por Netflix como un episodio especial.

El presente de Deborah y los efectos de la serie

Hoy en día, Deborah Feldman reside en Alemania, donde ha dedicado los últimos dos años a una novela en el idioma local. En entrevista con el medio español El País, Feldman dice que nunca volvió a su comunidad.

“Hay muchísimas dificultades, para empezar porque no recibes una educación académica laica y no estás preparada para entrar en el sistema educativo, lo que significa que no tienes una independencia económica. No hablas bien el idioma, no entiendes los códigos sociales, te cuesta hacer amigos y encontrar una red de apoyo social y emocional. Además, eres dependiente económicamente de la comunidad y fuera no tienes nada. La comunidad te ha hecho incapaz de ser independiente”, dice la escritora, agregando que la mayoría de las personas que intentan rehacer sus vidas, fracasan en el intento.

Tal como Esty dice que ella no es como el resto de las mujeres, Deborah lo repite sobre sí misma. “Yo siempre fui muy diferente dentro de la comunidad. Eché de menos sobre todo a mi abuela, porque tenía una relación muy estrecha con ella, pero como cuando me fui ya tenía demencia, sentía que ya la había perdido antes”.

Si bien plantea que son diversos factores los que impulsan a las personas a dejar la comunidad, en su caso fue el querer criar a su hijo como ella estimaba adecuado y no según los dictámenes de aquella doctrina.

“Para cada persona es diferente. En mi caso fue mi hijo y tener derecho a ser su madre y criarlo. Las mujeres en la comunidad no tienen el poder de decidir a la hora de criar a sus hijos, estás ahí para lavar la ropa y mantener la casa. Nunca antes una mujer se había ido de la comunidad y había logrado mantener la custodia. Yo conocía mujeres que acabaron suicidándose porque no lo consiguieron y sentían que su vida no tenía sentido sin sus hijos. Los hombres a menudo se van porque tienen una crisis de fe, son crisis más existenciales”.

No es fácil dar a conocer públicamente -y de forma tan masiva- una historia personal, menos cuando son vivencias tan fuertes, pero de acuerdo al relato de Feldman, su hijo fue motivante no solo para dejar Williamsburg, también para dar a conocer esta desconocida realidad.

“La atención desde fuera es lo que consigue ejercer presión dentro. Cuando abandoné la comunidad y quise tener la custodia de mi hijo, mi abogado me dijo que lo único que me permitiría no perderlo sería la exposición pública. Discutir estos asuntos en el mundo exterior es lo que puede producir cambios dentro”, dijo la autora a El País, cuyo deseo siempre ha sido que el resto del mundo sea consciente de la existencia de diferentes comunidades. “Una serie de televisión siempre va a llegar mucho más lejos que un libro”, declaró.

Además de dar a conocer lo que vivió -y viven los miembros de la comunidad jasídica, con especial enfoque en las mujeres- logró un efecto inesperado considerando que no tienen permitido el acceso a la tecnología.

“Por un lado hay una reacción crítica, y se repliegan hacia dentro y se vuelven más estrictos, pero a la vez, hemos recibido cientos o miles de mensajes de gente que está dentro de la comunidad que ahora piensa en irse o cambiarla desde dentro. Cada día, todo el equipo nos vemos inundados de mensajes. No se trata de desatar, sino de llevar a la superficie algo que siempre ha estado ahí”, relató Deborah Feldman.

Poco Ortodoxa es una miniserie de cuatro episodios que está disponible en Netflix, incluyendo un episodio especial con el “detrás de escena” de la producción.

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