Hey bulldog: historias de una aplanadora con ladridos, un single fallido y una letra sin sentido
La canción –compuesta por John Lennon- fue grabada durante una sesión que en principio estaba destinada para que el cuarteto fuese filmado tocando “Lady Madonna”. Pensada para la película Yellow Submarine, Lennon peleó para que fuese single, pero no lo consiguió. Además, en la ocasión por primera vez apareció su futura novia y esposa, Yoko Ono.
Ese día, John Lennon era como una aplanadora. Sin preguntarle a nadie, simplemente hizo pesar su autoridad de facto como líder del grupo. Mal que mal, él había fundado la banda en 1957 y se sentía con todo el derecho de cambiar los planes para esa sesión de estudio en febrero de 1968. La idea que tenía en mente lo ameritaba.
“¡Al cuerno con ‘Lady Madonna’! Tengo una nueva canción, filmemos esa en su lugar”.
Ocurre que en esa sesión, los Beatles iban a ser rodados para un video promocional fingiendo que tocaban la canción de Paul que acababan de terminar, la mencionada “Lady Madonna”. Esto porque el cuarteto estaba próximo a realizar su legendario viaje a la India, y en EMI, los ejecutivos no sabían por cuánto tiempo estarían fuera, por lo que pidieron un single y un video promocional antes que se marcharan, cosa que fuesen publicados durante su ausencia.
“Lady Madonna” era la canción elegida como lado A del nuevo single, por eso se iba a filmar. “Paul se molestó un poco, pero aquel día John era como una apisonadora, y se respetó su decisión de trabajar otra canción”, cuenta en sus memorias El sonido de los Beatles (Indicios, 2011), el ingeniero de grabación del grupo, Geoff Emerick.
Así, en vez de “fingir” que tocaban la canción de Paul, comenzaron a trabajar en el nuevo tema de John.
Y tal como su ánimo ese día, la canción era una aplanadora.
“Suena bien y no significa nada”
Pese a que en Inglaterra el frío cala hasta los huesos en febrero, el ambiente ese día en el estudio EMI de Abbey Road no tenía nada de congelado. “Todos estaban de excelente humor porque sabían que iban a viajar a la India en cuestión de pocos días”; relata Emerick. Además, era domingo, el estudio estaba casi vacío y los Beatles aprovechaban de dar paseos por las instalaciones, cosa que no siempre podían hacer.
Y esas buenas vibraciones se volcaron en la canción potente que Lennon mostró: “Hey Bulldog”. Todos se entusiasmaron con la aplanadora de John y dieron lo mejor de sí mismos en la interpretación.
Los Beatles formaron ese día de la siguiente forma: John en la voz, piano y guitarra; Paul al bajo, el pandero y coros; George Harrison a la guitarra solista, y en la batería, el incombustible Ringo con su kit Ludwig.
John, como solía hacerlo, golpeó vehemente las teclas del piano, Ringo machacó la batería con furia. Paul, siempre competitivo, no quiso ser menos con su Rickenbacker 4001S. “La línea de bajo era probablemente la línea más ingeniosa que Paul había tocado desde Sgt. Pepper, y estaba muy bien tocada”, cuenta Emerick en su referido libro.
La canción es un rock simple, al callo. Si bien Paul ayudó un poco a John con la letra, en rigor, el tema ya venía listo y terminado. En el libro The Beatles Anthology, John se explaya sobre la lírica de la composición: “’Hey Bulldog’ es un tema que suena bien y no significa nada”.
En todo caso, Lennon también tuvo espacio para la improvisación. En las actuaciones en vivo, que ya habían dejado en 1966, a John siempre se le olvidaban o confundían las letras de sus propias canciones. Y esta vez, incluso en estudio, no fue la excepción. En vez de cantar “some kind of solitude is measured out in news” como decía la letra original, disparó un “you” en vez de “news”. Al oírla, le fascinó cómo quedó y no la arregló.
En rigor, John ya venía escribiendo letras que no tenían mayor sentido, pero que sí hacían total juego con la melodía que cantaba. En el fondo, acomodaba la lírica a la melodía, privilegiando lo musical. Un ejemplo fue “I am the Walrus”.
En esa etapa de su carrera, Lennon estaba pasando desde las letras donde narraba situaciones, como “Dr. Robert”, o “She said she said” hacia cosas más abstractas. Esto lo mantuvo hasta el final del camino de los fab four (“Come together”, del álbum Abbey Road, es otro ejemplo). Como solista, volvió a las letras introspectivas y personales.
Pero regresemos a la sesión de febrero de 68. Tan buenas eran las vibraciones ese día, que hasta ocurrió algo poco usual. Un milagro. George Harrison, que habitualmente tenía problemas en clavar los solos de las canciones, esta vez –con su Gibson SG cherry- lo hizo a la primera. Además, el hombre de “Taxman” había colocado el volumen del amplificador a tope y le metió un pedal de fuzz al solo, le cual le dio una agresividad que a la canción le quedaba impecable.
“¿Podrías ladrar, porfa?”
Luego, la sesión siguió con las voces. Lennon estuvo impecable y con su característico tono nasal le dio una interpretación precisa al tema.
Pero, siempre inconforme, a John se le ocurrió añadir algo más. Y ese “algo más” se lo dio quien otro que su eterno compañero, Paul. Concretamente, le pidió que hiciera unos ruidos de ladridos al final del tema.
¿Por qué se le ocurrió esto? “Una semana antes, Paul había tocado la batería en el nuevo single de Paul Jones (ex cantante de Manfred Mann), llamado ‘The dog presides’, y colaborado con efectos de sonido que consistían básicamente en ladridos”, cuentan Sergio Marchi y Fernando Blanco en Los Beatles: En el final (Planeta, 2017). Lennon escuchó la performance del bajista imitando a un can, y la idea le quedó rondando en la cabeza.
Así, Paul, presto, se puso frente al micrófono y comenzó –cual Kramer- su imitación de un perro.
Luego, ambos se pararon frente al micrófono y comenzaron a improvisar toda clase de ruidos, frases y locuras para el final de la canción. “En esos momentos volvían a ser los inseparables amigos de la infancia que habían sido alguna vez, desinhibidos y totalmente cómodos con la presencia mutua”, relata Emerick.
Una canción más comercial
Desde un inicio, “Hey Bulldog” estaba destinada para la película Yellow Submarine. Sin embargo, animado por el potente resultado final de la canción, John quiso saltarse todos los protocolos y comenzó a presionar para que este tema fuese la cara A del próximo single y no “Lady Madonna”, como estaba presupuestado. Tocado, Paul McCartney por supuesto reaccionó y no aprobó la idea.
La discusión terminó siendo zanjada por el solemne productor George Martin con un argumento inapelable: las portadas del single ya estaban impresas. “Lady Madonna”, cara A, “The inner light”, cara B. Esta última fue la primera canción de George Harrison que apareció en un sencillo de los Beatles.
Pero Geoff Emerick tiene otra teoría sobre la decisión del productor. “No sé si era verdad, pero sospecho que George, como Paul, pensaba que ‘Lady Madonna’ era la canción más comercial de las dos”.
Al final, lo que terminó registrado en el video de “Lady Madonna” fue la sesión de los Beatles trabajando en “Hey Bulldog”. “Sabían que la mayoría de los espectadores no se daría cuenta de que estaban tocando una canción totalmente distinta, y tenían razón”, cuenta Emerick.
Geoff Emerick agrega una reflexión sobre las buenas vibraciones de la sesión de ese domingo de febrero del 68. “Mirando hacia atrás, puede que aquel día fuera el último en que los cuatro Beatles estuvieron realmente contentos en el estudio. Quizá no fue casual que también fuera la última sesión antes que Magic Alex y Yoko Ono entraran en escena”.
Pero en rigor, la artista japonesa sí estaba en esa sesión de “Hey Bulldog”. Fue la primera vez que acudió a visitar al grupo en el estudio. Claro que, a diferencia de lo que ocurriría después, en un plano muy discreto y sin interrumpir, porque aún no era formalmente la pareja de John Lennon. Estaban en el proceso de conocerse. Fue recién de vuelta del viaje a la India cuando John se divorció de Cynthia Powell para iniciar un noviazgo con la nipona.
“John recuerda que se sintió un poco avergonzado de grabar algo tan simple en su presencia. Algunos libros indican que ella le preguntó por qué no grababan algo más sofisticado, aunque la canción tenía sus vueltas con la cadencia a lo James Bond (furor en aquel entonces)”, señalan Marchi y Blanco en su citado texto.
En la versión americana del filme, no se incluyó la secuencia de “Hey Bulldog”. En la restauración de 1999 fue vuelta a colocar en la película.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.