John Turturro, actor: “El nombre de la rosa sigue siendo relevante, todavía hay miedo al conocimiento y la ciencia”
Comprometido como protagonista y guionista, el actor de Barton Fink y El Gran Lebowski estrena hoy una serie que adapta en ocho episodios la novela de Umberto Eco. “El confinamiento fortaleció mi deseo de hacer cosas relacionadas con el mundo que me rodea”, cuenta a Culto.
En 1986 se lanzó, con pobre éxito comercial en Estados Unidos y mejor suerte en Europa, la primera adaptación de El nombre de la rosa, de Umberto Eco. Más de tres décadas después John Turturro no da luces de haber visto la archiconocida película con Sean Connery, pero de esa época sí recuerda una anécdota con cariño. En medio de otra adaptación de un escritor italiano, la que realizaba Michel Cimino sobre la novela The sicilian de Mario Puzo, se le acercó su compañera de reparto, la actriz alemana Barbara Sukowa. “Me dijo durante el ensayo que debía intentar no moverme tanto, no lo entendí en ese momento y me ofendí, pero tenía razón, lleva un tiempo aprender a estar quieto y no apurarse”, cuenta a Culto el actor.
En la serie que protagoniza sobre la novela de Eco se le ve así, contenido y compenetrado en su rol del antiguo inquisidor William de Baskerville, un volumen más abajo de sus interpretaciones en películas como ¿Dónde estás hermano? o El gran Lebowski. Una actuación fruto de un trabajo exhaustivo que lo llevó a comprometerse primero como protagonista y luego como productor y coguionista de la serie dirigida por el italiano Giacomo Battiato (desde hoy en la plataforma Starzplay). Antes de eso, cuenta, se sumergió por primera vez en el ejemplar que tenía en su biblioteca del libro de Eco, del que había revisado “algunas de las novelas y ensayos”.
“Me sorprendió lo rico que es, lo conectado que está al mundo en que vivimos. Pensé que en una versión de siete horas había una oportunidad de hacer más de lo que estaba en el guión original. El libro es muy filosófico, hay mucho sobre la religión, es una ficción histórica, un cuento filosófico, un misterio medieval”, apunta vía correo electrónico sobre la novela publicada en 1980.
Producción original de Rai, la serie se apega a la historia diseñada por el escritor fallecido en 2016: a inicios del siglo XIV, el fraile franciscano William de Baskerville viaja a una apartada abadía del norte de Italia con su discípulo, el novicio Adso de Melk (Damian Hardung). El fin es participar en un encuentro en que se discutirán temas fundamentales para la iglesia, pero sus planes se alteran cuando deben encargarse de investigar qué se esconde detrás de la sucesiva muerte de monjes en el lugar.
“Eco es un experto en escribir discursos, construir argumentos. Intentar reescribir todo o alejarse demasiado del libro hubiera sido una tontería”, sostiene Turturro. “Eco no te da todas las respuestas a los enigmas de inmediato, no te dice qué ocurrirá después, quería asegurarme de que esto también pasara en el guión. Nos aseguramos de no perder la voz de Eco”.
-The plot against America (HBO) generó elogios por tener una clara resonancia con los eventos actuales. ¿Cree que esta serie también habla sobre temas que hoy resuenan en el mundo?
-En general, siento que siempre entiendo mejor el mundo en el que vivo si tengo una buena perspectiva histórica de las cosas. En ese sentido, el libro de Eco sigue siendo muy relevante. Lo ves en la política, donde la gente trata de limitar el acceso a la educación para desinformar a la gente y promover su propia agenda. Todavía hay un miedo al conocimiento y a la ciencia, a los intelectuales y pensadores, incluso un miedo a las mujeres. El cambio climático es un buen ejemplo de eso también. San Francisco probablemente habría sido un defensor del cambio climático si viviera hoy. La gente tergiversa los hechos para crear una falsa narrativa. William se opone a todo eso. No ha cambiado mucho, algunos líderes inescrupulosos utilizan doctrinas y temores para controlar a las masas con reformas y leyes que no necesariamente benefician al pueblo. Eco desacredita la noción romántica de la Edad Media, nos muestra la corrupción, la codicia, los falsos profetas. Mucho de ello todavía puede verse hoy en día.
-¿Cómo describiría el proceso creativo y por qué le interesó involucrarse más allá de la actuación?
-Fue un reto al principio, trabajé en el guión con nuestro talentoso director, Giacomo Battiato. Para mí, la clave era confiar en la escritura de Eco, confiar en sus palabras, todo está en el libro. Era importante para mí preservar los temas históricos y filosóficos. La pauta siempre fue que, si no se sentía como Eco, no debería estar en el guión. Siempre me remitía al libro, encontraba cosas nuevas. La escritura es muy fuerte y precisa, parte de ella tuvo que ser adaptada para encajar en el formato de la serie de televisión, pero conservamos las palabras y la estructura de Eco; no habría funcionado de otra manera. Dirijo películas, escribo cosas, siempre me gusta estar involucrado en muchos aspectos de un proyecto cuando tengo la oportunidad, es estimulante, te conecta al material de una manera mucho más profunda.
Turturro en pausa
El actor de raíces italianas venía de meses agitados previo a la pandemia. Tras muchos años trabajando en el proyecto logró estrenar The Jesus rolls, su manera de traer de regreso al mítico personaje de El gran Lebowski, Jesus Quintana. Mezcla de spin-off de la película de los hermanos Coen y remake de la comedia francesa Les valseuses (1974), el filme luego de un breve paso por salas había llegado a la venta digital en EE.UU. en marzo. Ese mismo mes se estrenó The plot against America, la adaptación en formato miniserie de la monumental novela de Philip Roth.
Coleccionando más papeles de renombre, en The Batman tenía la misión de interpretar al criminal Carmine Falcone. Pero, como todo Hollywood frente al coronavirus, el rodaje de la primera película de Robert Pattinson como el superhéroe fue pausado sin fecha de retorno.
Así analiza su presente el actor desde su encierro en Nueva York: “Una cosa es segura, esto sólo fortaleció aún más mi deseo de hacer cosas que me interesan y están relacionadas con el mundo que me rodea. Siempre he tratado de hacerlo pero este confinamiento ha hecho que la sensación sea mucho más fuerte. A veces, por supuesto, tienes que hacer trabajos para vivir y cuidar de tu familia, pero quiero trabajar en proyectos donde tenga alguna conexión con el mundo que me rodea, incluso para dar alegría a alguien o hacerle reír”.
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