En Nueva York era cerca de la medianoche cuando la prensa comenzó a informar una tragedia para el mundo de la música: John Lennon, ex integrante de The Beatles, estaba muerto.
Mark D. Chapman detonó cinco disparos contra el cantante afuera del Edificio Dakota, donde Lennon vivía junto a Yoko Ono. Mientras la noticia se difundía rápidamente, en Londres aún era de madrugada. No fue hasta la mañana del 9 de diciembre que sus coterráneos supieron que John Lennon ya no estaba entre los vivos.
Freddie Mercury, frontman de Queen, despertó ese día con un concierto en su mente: es anoche se presentaba junto a Brian May, John Deacon y Roger Taylor en el Wembley Arena en Inglaterra.
En junio de aquel año publicaron el álbum The Game con canciones como “Another one bites the dust”, “Crazy little thing call love” y “Play the game”, y solo el día anterior había salido a la venta el disco de la banda sonora de Flash Gordon. Queen estaba en pleno ruedo, pero no por ello el golpe noticioso fue menos duro: “Cuando escuché que Lennon estaba muerto, quedé en shock y estupefacto”, dijo Mercury.
Freddie admiraba profundamente a John Lennon. Lo había expresado en entrevistas a lo largo de su carrera y lo registra también el libro Freddie Mercury: su vida contada por él mismo (2012, Ma Non Troppo) de Greg Brooks y Simon Lupton.
“John Lennon estaba más allá de todo límite y era un genio absoluto. Incluso en la etapa más temprana de The Beatles, siempre preferí el trabajo de Lennon. No sé por qué, él simplemente tenía esa magia... para ser honesto, no me gustaría ponerme jamás a la par con John Lennon”, dijo la voz de la banda tras “Bohemian Rhapsody”.
La noche del 9 de diciembre era de Queen, al menos para el público asistente al Wembley Arena que esperaba disfrutar de éxitos de discos como A night at the opera, News of the world y The World. Pero el cuarteto no podía desmarcarse de la pérdida que acababa de sufrir el mundo.
Frente a aproximadamente miles de personas, Brian May tomó su guitarra y comenzó a tocar los acordes de una canción que originalmente comienza con piano: “Imagine”.
Si bien el libro Freddie Mercury: la biografía (2011, Piatkus) de Laura Jackson apunta que el guitarrista y astrofísico estaba fuera de tono, el momento no tuvo menos emotividad. La voz de amplio rango de Mercury resonó en el recinto inglés con la versión “Queen” de la tonada sobre la paz.
No existe registro audiovisual oficial de este momento. Solo está documentado el audio en vivo en el disco Queen: Perfume came naturally from Wembley (2010), el que contiene las interpretaciones del concierto del 8 de diciembre de 1980 y agregó “Imagine” del show que dieron al día siguiente.
“Él era el mejor, en mi opinión”, dijo Mercury según registra Su vida contada por él mismo, donde incluso se compara con el ex Beatles. “No se trata de tener menos talento. Solo que ciertas personas son capaces de hacer ciertas cosas mejores que el resto, y siento que no estoy capacitado para hacer las cosas que Lennon hizo”, dijo el cantautor.
Aquella interpretación en vivo no fue la única muestra de admiración por parte de Queen hacia el fallecido cantante. Dos años después, en 1982, la banda publicó el disco Hot Space, conocido principalmente por “Under Pressure” junto a David Bowie, pero que contiene una oda al hombre de “Mind games”.
“Life is real (Song for Lennon” comienza con una nota en piano a la que rápidamente se unen las baterías, el bajo y guitarra con la suave voz de Mercury. Combinando dejos del estilo Beatles con el sello Queen, hizo una composición un tanto caótica para rendirle tributo.
La vida es cruel
La vida es una perra
La vida es real, muy real
“Él era único, y la cosa es así. Lo admiro mucho y él es un ejemplo de lo lejos que yo quiero llegar”, expresó la voz de Queen en el escrito de Greg Brooks y Simon Lupton.
Ambos eran únicos.