Muy buenas a todos, aquí ShaunTrack, Shaun para los amigos
¿Cómo un profesor de música fanático de Nine Inch Nails vive de grabarse rodeado de instrumentos analizando cómo se hicieron las canciones?
Uno.
A veces las malas decisiones pueden llevarnos a los lugares correctos.
Esta historia comienza cuando ShaunTrack fue atrapado robando un disco de The Offspring a los 14 años, o tal vez antes, cuando tomó por primera vez una guitarra para sacar las notas de "Nothing else matters", o cuando se sentó al piano para tocar el "Minueto en sol mayor" de Bach.
El youtuber español —cuyo verdadero nombre no quiere revelar— fue dos veces al Conservatorio antes de hablarle a una cámara de video y volverse viral.
"La primera vez en guitarra clásica y la segunda en contrabajo. Ambas fueron un fracaso y en menos de un año lo dejé, básicamente porque no me gustaba nada el sistema que tenían para enseñar y me aburrí más que una piedra", cuenta en su canal de YouTube donde suma casi dos millones de suscripciones.
Fanático de Trent Reznor y seguidor de Ghost y Gojira, lo que ShaunTrack hace frente a la cámara es abrir el Nuendo, un software diseñado para la postproducción de audio, y revisar en una interfaz con multipistas las partes de una canción previamente votada por sus seguidores.
Así comienza un viaje musical cual parque de atracciones, donde apreciamos las púas omnipresentes en los bajos de Duff McKagan de Guns N' Roses, la manera de tocar las cuerdas en un grupo como The Strokes, las pistas vocales para un tema demandante como "Bohemian rhapsody" —que apenas precisa de afinación en un editor de voz como Melodyne—, las notas fantasma en la batería de Ringo Starr, la agresiva simpleza de las guitarras de Kurt Cobain o las grabaciones lo-fi de Gorillaz, según sea el caso.
Cada parte de una canción se mide con los conocimientos musicales de ShaunTrack, quien oficia de guía turístico y pone en contexto efectos, equipos y decisiones en temas de gente como Mon Laferte, Los Bunkers, Los Jaivas, Los Prisioneros, Gorillaz, System of a Down, Slipknot, Depeche Mode, Amy Winehouse, Queen, Charly García, Soda Stereo, The Beatles, Arctic Monkeys, Linkin Park, Judas Priest, Tool, Pantera, Juan Gabriel, Camilo Sesto y un largo etcétera de estilos, épocas y nacionalidades.
Hoy, mientras cada video de ShaunTrack alcanza por lo bajo el medio millón de vistas, sus seguidores insisten con tal o cual canción debería desmontar a continuación. Y él responde con un video —en tiempos de coronavirus— a diario.
Dos.
A veces la mala suerte puede llevarnos a los lugares correctos.
ShaunTrack todavía no era profesor de música ni había tomado clases de solfeo cuando se subió por primera vez a un escenario. Lo hizo para tocar en directo temas de Metallica y las bandas españolas Reincidentes y Extremoduro aprendidos de manera autodidacta, a pura práctica, en el colegio.
Tiempo ha, cuando se tituló de profesor de música, el popular youtuber decidió probar suerte y montar su propio estudio de grabación. "Produje a más de 300 artistas de todo tipo de estilos a lo largo de tres años", cuenta el músico y confiesa que como productor y multiinstrumentista ha invertido más de 25 mil euros en equipamiento: guitarras, bajos, pianos, cables, tarjetas de sonido, pedaleras, amplificadores, micrófonos y monitores de estudio.
En sus videos asoman una pedalera multiefecto Line 6 modelo Helix donde guarda los sonidos y presets para ir del funk de las guitarras de Michael Jackson a la distorsión de Nirvana; un amplificador Mesa Boogie Rectoverb Single Rectifier, monitores de referencia plana para estudio KRK modelo V8, una tarjeta de sonido Roland Studio Capture y lo que siempre se ve a sus espaldas: el colorido sintetizador Roland SYSTEM-1, otro Moog Sub 37 y un piano Roland FP 4.
Pero ShaunTrack también toca cuerdas: circulan por su sala de grabaciones una Gibson SG Special, otra guitarra Yamaha CV820WB —de la línea personal de Wes Borland de Limp Bizkit— y una Gibson Les Paul Studio con diapasón de ébano, además de un bajo Musicman Stingray de cinco cuerdas.
No siempre fue así. Fiel a la música, cuando se vio obligado a cerrar por fuera el estudio por la crisis económica que golpeó a España hace una década, ShaunTrack entró a trabajar de encargado en una tienda de instrumentos. Allí acabaría por fraguar lo que sería hoy, varios años después: un youtuber a tiempo completo que genera contenido para casi dos millones de suscriptores.
Tres.
A veces un viaje puede llevarnos a los lugares correctos.
El canal de ShaunTrack en YouTube comenzó a tomar forma gracias a un viaje en moto y una cámara en el casco para contarlo. "Al dejar la tienda de instrumentos estaba muy saturado de trabajar frente al público y me apetecía viajar para desconectar. Hice un viaje en moto en solitario recorriendo toda España y lo grabé con mi GoPro. Al volver a casa, edité los vídeos y los subí a YouTube. Mi sorpresa fue que tuvieron tal acogida que, al terminar de subirlos, ya tenía cerca de mil suscriptores y me pedían que siguiese subiendo contenido".
Ese primer canal se llamó ShaunMoto y alcanzó los cincuenta mil suscriptores. Nada mal para un primer intento, pero apareció un problema: no tenía nada que ver con música. ¡Bingo! "Si con un canal de temática motera, de la cual soy un completo desconocedor, me ha ido bastante bien, quizá si me abro un canal de música, que es a lo que me he dedicado toda la vida, me debería ir mucho mejor, ¿no?", se preguntó.
La idea estaba lista para ser cocinada.
Cuatro.
Que vive en Sevilla, que nunca revela su verdadero nombre ni su edad, que es profesor de música, que es productor musical, que lo siguen 1.8 millones de cuentas de YouTube, donde publica sus análisis llenos de un argot hecho de efectos y formas del sonido: sustain, delay, reverb, echo, ataque, paneo, corcheas, negras, arpegiado; y que en todos y cada uno de sus videos dice al comienzo, casi como un mantra: "hola, muy buenas a todos. Aquí ShaunTrack. Shaun para los amigos".
Todas esas cosas se saben de ShaunTrack. Estas otras se saben un poco menos: que, puesto en perspectiva, no le gusta la docencia y no tiene vocación para ser profesor; que es consciente de que se le da bien enseñar, pero que no es algo que lo llene en realidad; que, de la mano de YouTube, ha encontrado una forma de sacarle partido a su carrera de un modo alternativo; que no le gusta hablar en público y por lo general no le gustan las aglomeraciones, razón por la cual no va a muchos festivales; que su apodo digital, Shaun, viene de la película Shaun of the dead; que su guitarrista favorito es Steve Vai y que su fraseo preferido es el motivo principal del tema "For the love of god":
"Vi un video de Steve Vai explicando la historia de esa canción y es muy curioso", dice ShaunTrack. "Si alguna vez te has parado a sacar esa canción, el fraseo lo compuso verbalmente, no con la guitarra. El tipo explica y es muy cierto que una de las mejores formas de componer algo novedoso, que sea realmente creativo y que no caiga en tus vicios a la hora de tocar la guitarra, es hacer la melodía con la cabeza y después sacarla en guitarra y darle los matices que quieras. Si sacan esa melodía en guitarra van a ver que la digitación para tocarla es muy pero muy extraña. Jamás a una persona se le ocurriría tocar en una improvisación porque es inhumana la digitación. La melodía es ultra misteriosa, es bonita, es pegadiza, es especial. O sea, lo tiene todo", añade.
Cinco.
A veces una historia leída en Internet puede llevarnos a bucear en YouTube.
La receta de ShaunTrack para hacer sus videos es simplemente improvisar. Los arma sin guión y aunque reconoce que lo quema el tema del derecho de autor —YouTube es estricto si utiliza demasiados segundos de canciones de bandas como The Beatles o Queen—, lo que más le gusta es componer y crear música.
Dice que es un perfeccionista y que, si los análisis y deconstrucciones duran veinte minutos, apenas les dedica un día para su grabación y edición. Pero sus covers —otro tipo de contenidos que sube a su canal y que duran apenas tres minutos— requieren de una a dos semanas de trabajo.
ShaunTrack prefiere los videos simples, sin mucha edición y casi sin fotos ni efectos innecesarios. "Realmente no aportan nada al contenido", dice él. Hace varios años que su preocupación central es lo musical. Acompañado de una tarjeta de sonido de 16 canales, una vez que graba el video tiene 8 pistas de audio distintas para jugar con los niveles y paneos de cada instrumento. Por eso recomienda escuchar sus análisis y deconstrucciones con auriculares o con un equipo de sonido. "No con el parlante del teléfono", advierte.
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