Apenas un puñado de músicos han repetido o incluso superado el espesor artístico y la repercusión de sus primeros proyectos, como alguna vez ocurrió con los integrantes de Joy Division que sobrevivieron para dar forma a New Order.
Es el caso de Damon Albarn, que luego de protagonizar toda una década al frente de Blur, para el cambio de milenio debutó con Gorillaz, una banda virtual que excedería al britpop para incursionar en el trip hop, el rap y un extensivo uso del sampler para dar con una estética de baja fidelidad conseguida con su particular enfoque de producción.
Ahora, si las melodías estaban a cargo de la voz de Blur, las imágenes, otro aspecto muy importante en Gorillaz —banda virtual, recordemos—, corrieron por cuenta del diseñador y dibujante de cómics Jamie Hewlett.
Para “Clint Eastwood”, el segundo sencillo en la historia de Gorillaz, Albarn tomó como base el tema principal de la banda sonora de la película El bueno, el feo y el malo, escrita por Ennio Morricone en 1966.
Grabó los arreglos de cuerda con un instrumento sacado del rock progresivo, como el Solina String Ensemble, una caja de ritmos para la percusión y una melódica que sonaba como el western de Sergio Leone, por lo que el título lleva el nombre del protagonista del filme: Clint Eastwood.
El rap, interpretado por Del Tha Funkee Homosapien, fue añadido al final para despeinar el aire cansino de un tema que sería estrenado en sociedad a comienzos de marzo de 2001.
Con un celebrado video que también llevaba referencias de El bueno, el malo y el feo, pero además al cómic Resident Evil y a la coreografía de “Thriller” de Michael Jackson.
El título no sería el único guiño al popular actor estadounidense, la frase “I got sunshine in a bag” es una línea de Clint Eastwood sacada directamente de los textos de su personaje Rubio, el bueno, para referirse a una bolsa de oro.