Freddie Mercury no solo es sinónimo de un amplio rango vocal, un talento único para la composición y un desplante inigualable sobre el escenario. Es también considerado rupturista y un ícono de la comunidad homosexual, tras revelar públicamente su orientación sexual siendo una estrella en la escena musical de los 70 y 80.

La voz de Queen habló de sus amores en más de una entrevista -entre los que se cuenta la traición de Paul Prenter, quien fuera su asistente personal-, pero su “gran amor” -de acuerdo a su testimonio y como la relación más extensa- fue su novia de la universidad: Mary Austin.

Mary y Freddie se conocieron mucho tiempo antes de que el mismo Mercury supiera que era gay y previo incluso a que el cantautor se uniera a Queen. Fue en 1969, cuando Freddie y su familia llevaban cinco años viviendo en Inglaterra, que la dupla coincidió y conectaron.

Mary (19) trabajaba en una pequeña boutique de ropa en el Oeste de Londres cuando conoció a Freddie (24). La conexión entre ambos se dio tan rápida y fuertemente, que al poco tiempo estaban compartiendo un pequeño departamento en Holland Road, cercano al Mercado de Kensington. Pero si de amor se trata, Austin dijo que le tomó más tiempo. “Me llevó tres años enamorarme de él”, dijo la mujer en su última entrevista.

Mary Austin fue la pareja de Mercury durante todo el proceso de surgimiento de Queen como banda de rock. “Keep yourself alive” fue el hit que les dio reconocimiento en Inglaterra y les abrió el camino para agendar conciertos en bares, universidades y otros recintos de reducida convocatoria.

Con el andar de la banda que completaban Brian May, Roger Taylor y John Deacon, y el pasar de los años; así mismo Freddie fue descubriendo qué quería en la vida y cómo se sentía realmente. Tras un affair con un hombre, Mercury se dio cuenta que debía conversar con su compañera.

Fue en diciembre de 1976 que Freddie le dijo a Mary que era homosexual, lo que daba por terminada su relación de pareja, pero no su vínculo de estrecha amistad.

“Creemos el uno en el otro”

“Pude verlo florecer y era algo maravilloso de observar. Me aparté poco a poco, pero no me sentí ni triste ni molesta. Estaba feliz por su éxito y por lo que estaba consiguiendo gracias a su talento. Pero él no me dejaba marchar”, registra el Daily Mail.

Mercury decidió mudarse del departamento que compartían para trasladarse al 12 de Stafford Terrace en Kensington, y le compró a Mary una propiedad en el mismo barrio.

En entrevista con People Magazine en mayo de 1977, Mary Austin describió su relación con Freddie como “un poco confusa” y agregó que el cantante “está mentalmente en todas partes”.

Mercury, en tanto, decía sin rodeos que Mary era “su única amiga”. “Todos mis amantes me han preguntado por qué no pueden reemplazar a Mary, pero eso es simplemente imposible. El único amigo o amiga que he tenido es Mary, y no quiero a nadie más. Para mí, ella era mi esposa de hecho”, dijo el hombre de “Bohemian Rhapsody” en una entrevista de 1985.

“Para mí, era un matrimonio. Creemos el uno en el otro, eso es suficiente para mí”.

Una amistad eterna

En 1990 Mary se casó con el pintor Piers Cameron, con quien tuvo dos hijos: Richard y Jamie. Freddie es el padrino de Richard, mientras que Jamie nació poco tiempo después del deceso del cantante.

Mercury, en tanto, compartió su vida amorosa con Jim Hutton hasta sus últimos días de vida. Pero ello no significó que Mary continuara su vida por un camino diferente. Es más, las visitas a su casa eran frecuentes y se dedicó a cuidarlo cuando el VIH desgastó su salud significativamente.

“Aprendí tanto de él y me dio tanto, de ninguna manera podía abandonarlo. Nunca”, dijo Austin en entrevista con Daily Mail en 2013. De hecho, Austin fue la primera persona a la que Mercury le dijo que tenía Sida.

“En aquella época sentí un tremendo amor por él, lo veía frágil. Me sentaba todos los días junto a él en la cama, estuviera despierto o dormido. A veces abría los ojos, me miraba y sonreía en cuanto me reconocía: ‘Ah, eres tú, vieja fiel’”, develó Austin en su última conversación con la prensa.

Tras la muerte de Freddie Mercury -el 24 de noviembre de 1991- el cantautor heredó su mansión en Garden Lodge a su amiga, junto a la mitad de su fortuna y los derechos de sus canciones. Además heredó libras a su chef -Joe Fanelli-, su asistente personal -Peter Freestone-, su chofer -Terry Giddings-, y su pareja Jim Hutton. El resto lo destinó a sus padres y hermana.

El artista falleció en su casa en compañía de Hutton, Austin y el mánager de Queen, Jim Beach, quien el día anterior publicó el comunicado que anunciaba que Mercury tenía VIH positivo.

Mary no solo fue quien realizó la llamada telefónica a los padres de Freddie, también fue la designada para elegir la ubicación del lugar en el que sus restos descansarán para siempre. Un lugar que solo ella conoce y que se ha negado a revelar.

“Nunca traicioné a Freddie en vida, ni lo traicionaré aunque pasen muchos años de su muerte”, sentenció Mary Austin, reafirmando el pacto de mantener en secreto permanente la ubicación de las cenizas de Mercury.