Si algo une a los hombres que llegan a los 50 años, es que “estamos permanentemente cagados de miedo”, dice Frédéric Beigbeder. Después de la juerga de los 20 y los 30, hoy parecen en una gran resaca generacional. “De repente todos mis colegas destroyers de los años 80 no hablan más que de la alimentación bio, la quinoa, el veganismo y los paseos en bicicleta”, escribe.
Quien habla es el personaje Frédéric Beigbeder, alter ego del escritor francés y protagonista de Una vida sin fin, la décima novela del autor de 13,99 euros. Publicada en 2018 en Francia, llega ahora a Chile por el sello Anagrama.
Protagonizada por un escritor exitoso y figura de TV, muy parecido al Beigbeder real, que hoy oficia de padre dedicado tras una vida de juerga y aventura, la novela está atravesada por el temor a la muerte. Cruzando realidad y ficción, y abrazada por una mirada a menudo cómica, invita a un viaje por la ciencia de la inmortalidad.
Asediado por el miedo a la vejez y el fin de la vida, el protagonista visita clínicas, se reúne con expertos y prueba tratamientos que se aplican para retrasar la muerte. Una investigación que el propio Beigbeder emprendió visitando especialistas en Boston, Los Angeles y Ginebra.
En la medida que el personaje se somete a exámenes y tratamientos, desde transfusiones de sangre a rayos láser, y conoce los avances de la biotecnología y la ingeniería genética, se pregunta también por el sentido de lo humano. Desde su casa en Ghétary, al sur de Francia, Beigbeder (1965) responde a La Tercera por correo electrónico.
-Inició su investigación sobre la ciencia de la inmortalidad en un contexto muy diferente, ¿cuál es la relevancia de estas investigaciones hoy?
-Los avances en genética, biotecnología y células madre no son cuestionados por esta nueva enfermedad. Por el contrario, si una vacuna llega lo suficientemente rápido, será gracias a la investigación en inmunología y modificaciones de ADN.
-En el libro dice que comenzó a odiar la vejez. ¿Qué es lo que odia de ella?
-No soy yo quien habla sino un personaje que lleva mi nombre. Es cierto que no me gusta la vejez, pero también reconozco las ventajas: sabiduría, experiencia, cierta placidez ante los acontecimientos ...
-¿Cómo experimenta personalmente el miedo a la muerte?
-Hemos podido verificar en los últimos meses la existencia de un miedo global al final de la vida. La humanidad ya no puede soportar la muerte; ella está lista para renunciar a todas las libertades con el fin de proteger su salud. Este es un fenómeno nuevo. Pero si el miedo a morir nos lleva a la no-vida, ¿es realmente un progreso?
-¿Echa de menos sus días de juventud y fiestas?
-Estoy nostálgico. No significa que quiera vivir como si tuviera 20 años, sino que lo recuerdo con una sonrisa.
-El libro muestra la imagen de una ciencia sofisticada y poderosa. Pero el Covid-19 le ha planteado un serio reto...
-Tienes razón. En mi libro muestro científicos muy confiados. La pandemia actual ha ridiculizado a estos científicos pretenciosos que hablan de hacernos vivir 300 años. Creo que mi novela también se burla de ellos. Mi héroe quiere ser inmortal... y luego muere. Creo que deberíamos aceptar la fatalidad. Y dejar de tomarnos por Dios.
-¿Es ético aspirar a la vida eterna en un planeta sobrepoblado?
-Muy buena pregunta. Pero mira la situación: tuvimos una oportunidad de oro para sacrificar a nuestros viejos. Y preferimos sacrificar a los jóvenes para salvarlos a ellos. El hacinamiento solo será un problema si no cambiamos nuestros estilos de vida, de producción y consumo.
-¿Le Philtre, el vodka orgánico que está lanzando con su hermano, responde a eso?
-¡Gracias por mencionar a Le Philtre! Es algo muy pequeño... Pero creo que si todas las industrias cambian su forma de trabajar, el mundo podría ser más sostenible.
-Uno de los conflictos que planteó la pandemia ha sido la tensión entre salud y economía, ¿qué piensa al respecto?
-Para mí, el conflicto no es entre salud y economía, sino entre seguridad y libertad. Algunas personas prefieren sacrificar la libertad para sentirse protegidos. Otros, incluyéndome a mí, temen que este sacrificio dure para siempre... La libertad es una conquista larga y difícil, y la pierdes más rápido de lo que la ganas. Y sobre todo: nunca puedes estar seguro de tu seguridad. Seguimos siendo criaturas frágiles. ¡No renuncies a ser libre por una ilusión!
-¿Cómo ha sido la salida de la cuarentena?
-Salir del encierro es una alegría. Ver a mis amigos nuevamente, llevar a mis hijos a la casa de su abuela, estas cosas muy simples se han convertido en las más lujosas del mundo.
-¿Cómo cambió su vida con la paternidad?
-Es mi única garantía para eternizar mi ADN aquí abajo. Le da sentido a mi vida. Sobre todo, me prohíbe suicidarme.