Los disturbios raciales de Tulsa de 1921, donde la población blanca atacó a la comunidad afroamericana –a un grupo que llamaron "The Negro Wall Street-, dejando muertos y heridos, es el punto de partida de Watchmen, la recién estrenada serie de HBO (domingos, 22 horas) que se inspira en la serie de cómics creados por Alan Moore, Dave Gibbons y John Higgins –publicados en 1986 y 1987-, aunque no se basa en las novelas gráficas originales sino en su universo.
El showrunner Damon Lindelof (Lost, The leftovers) ha logrado refrescar la historia a los tiempos actuales, donde el conflicto racial sigue vive y se puede extrapolar incluso a inmigrantes y todo aquel que un hombre blanco siente como diferente a él, con un reparto de lujo: Regina King (la detective Angela Abar y Sister Night), Don Johnson (el jefe Judd Crawford), Jeremy Irons (el extrañísimo Ozymandias, robándose cada escena), Frances Fisher (Jane Crawford) dan vida a una historia que parte en 1921 y en el mismo primer capítulo da un salto a 2019 distópico, donde los oficiales de policía usan máscaras para ocultar sus identidades y que tras el ataque a un oficial, el jefe Crawford pide represalias y permiso para utilizar las armas libremente y atrapar al atacante.
Con una envolvente y superlativa banda sonora compuesta por el vocalista de Nine Inch Nails, Trent Reznor, junto a Atticus Ross (la misma dupla tras The social network), la trama avanza rápidamente y logra conectar con una fotografía y efectos visuales que más la asemejan a una película, resultando un conjunto que hipnotiza, que se siente diferente a lo que se ve hoy en televisión y que, aunque tiene una complejidad que le exige concentración al espectador –hay secretos que van cayendo de a poco, pero que no se sienten forzados ni mañosos-, consigue entretener desde el primer minuto.
Para quienes no han leído los cómics de Watchmen, la verdad es que no es necesario haberlos leído previamente para disfrutar de la serie: funcionan en carriles separados. Tampoco hay que dejarse llevar por aquellas frases que hablan de una nueva Game of thrones, algo que resulta majadero cada vez que se estrena una nueva serie de HBO: no hay punto de comparación posible, salvo que se trata de una producción de primer nivel. Tampoco habría que llevarse por prejuicios para quienes están agotados con el arsenal de películas de Marvel, DC y el mundo de los superhéroes. Sería mezquino encasillar a este serie como una más de enmascarados que luchan por una causa: esto es bastante más que eso.
Tras un piloto excepcional, Watchmen conserva su nivel en su segundo episodio, sin bajar el ritmo, con numerosas escenas notables (que acá no haremos spoiler si aún no la han visto). Regina King, una actriz de carácter y que ha hecho una carrera importante en los últimos años, se luce en uno de los roles protagónicos y demuestra solidez en las escenas de acción. En ella descansa parte del interés de una serie que, seguramente, estará en el listado de las mejores y más interesantes del año. En una temporada particularmente plagada de estrenos, Watchmen es la serie que hay ver.