Help!: la primera alerta de Dylan en los Beatles
El álbum que contiene las canciones de la segunda película de los fab four, vio nacer, durante su proceso, algunas de las tendencias que los de Liverpool desarrollarían en la segunda mitad de su carrera. Temas más personales, el influjo de la marihuana, la introducción de los arreglos de música docta y la semilla de la influencia india en George Harrison, son algunas de las historias que marcaron este LP.
Una chica alta se acercó a John Lennon en el lobby del hotel Rivseride Motor Inn, en Nueva York. Los Beatles se encontraban ahí en medio de una agitada gira por el gigante del norte. Algo que se les estaba haciendo una costumbre.
Pese a que había un tumulto, como siempre se producían en cada lugar al que iban los cuatro de Liverpool, para la observadora muchacha no pasó desapercibido el hecho de que John tenía puntos en la piel. Y se lo hizo notar.
Avergonzado, como a un colegial al que pillan en una maldad, John admitió el hecho ante su interpeladora, e incluso fue más allá. “Ya lo sé. Son los nervios”, respondió un aturdido Lennon.
Para 1965, la fama y la locura de la beatlemanía estaban haciendo mella en un cada vez más complicado John, al que el traje de ser “más grandes que Elvis” como lo predijo Brian Epstein, estaba comenzando a quedarle incómodo. Se sentía cansado, deprimido y eso no solo lo exteriorizaba con lo de los puntos en su piel, también en un aumento de peso. Era lo que él llamó –años más tarde– “mi etapa de Elvis gordo”.
“Todo aquello de los Beatles iba más allá de toda comprensión. Comía y bebía como un cerdo, y estaba gordo como un cerdo, nada contento de mi mismo e inconscientemente suplicaba que me ayudasen”, recordó Lennon en la biografía sobre él que realizó Philip Norman llamada John Lennon (Anagrama, 2009).
Pero esa sensación de agobio pronto saldría catalizada gracias a lo que John mejor sabía hacer.
Filmación entre risas
Ese año, los Beatles decidieron concretar la segunda de las tres películas que por contrato debían realizar para la productora United Artists. El año anterior habían hecho A hard day’s night y la tercera sería la animada Yellow Submarine (1969). En febrero comenzaron las grabaciones y esta vez, dado el éxito de la película predecesora, hubo más presupuesto y se filmaría en color. El nombre inicial del largometraje era Eight arms to hold you, y nuevamente Richard Lester estaría en la dirección.
Las grabaciones se realizaron en las Bahamas, en los Alpes austríacos y en Inglaterra. En las islas caribeñas, encontraron cualquier cosa menos lo que fueron a buscar.
“Viajamos a las Bahamas para rodar las escenas de calor y resultó que hacía un frío polar. Tuvimos que conducir y corretear por ahí vestidos con una camisa y un pantalón y estábamos helados”, recuerda Ringo Starr en el libro The Beatles Anthology.
La película se trataba de una especie de secta hindú que trata de secuestrar a Ringo. Ocurre que uno de los anillos que lleva es un anillo de sacrificio, y cualquiera que lo lleve puesto –el baterista en este caso– debe ser sacrificado. Tratando de salvar la vida de su compañero los Beatles comenzarán una loca aventura escapando de este grupo.
Pero la cosa no resultó simple. En esos días el pasatiempo favorito del grupo era fumar mucha marihuana. Entonces, el pobre Lester sacó canas verdes de tanto enojo debido a que sus pupilos –por los efectos de la cannabis– estaban permanentemente riéndose y por supuesto, no hacían mucho esfuerzo en aprenderse sus parlamentos del guión.
“Nos lo tomamos un poco a broma. No estoy seguro de que nos aprendiéramos el guión. Creo que lo memorizábamos camino a los estudios”, recuerda Paul McCartney en el Anthology.
“En esa época fumábamos marihuana para desayunar. Nadie podía comunicarse con nosotros, teníamos los ojos siempre vidriosos y no dejábamos de reírnos como idiotas. Estábamos encerrados en nuestro propio mundo. Es como no hacer nada prácticamente durante todo el día, pero tener que levantarte a las siete de la mañana, de modo que nos aburríamos”, señala John Lennon en el Anthology.
En Austria se rodaron escenas de los oriundos de Liverpool haciendo esquí y además se tomó la foto para portada del álbum que acompañaría a la película. Curiosamente, ninguno de los cuatro sabía usar esquís. Pero “aprendieron” de una forma poco convencional.
“Nos dieron botas (que no nos molestamos en anudar), unos esquís, nos dijeron ‘Toma primera, ¡acción!’ y nos dieron un empujón”, relata George Harrison en el Anthology.
Tras siete semanas de rodaje, el nombre de la película cambió. Ya no se llamaría Eight arms to hold you, sino que tendría una denominación que pasaría a la historia.
El hombre que había iniciado a los Beatles en el consumo de la marihuana, fue nada menos que un cantautor oriundo de Minnesota y quien era uno de los referentes del cuarteto hacia 1964. Robert Allen Zimmermann, más conocido como Bob Dylan.
Fue en agosto de 1964 en un hotel en Nueva York, tras una presentación, que los Beatles recibieron la visita inesperada de Dylan, quien vivía en la ciudad. Ahí junto con conversar, reírse y tomar vino, el hombre de “Blowin’ in the wind” sacó un arrugado porro de marihuana y lo compartió con los de Liverpool.
Pero la marihuana no fue lo único que Bob Dylan dejó en aquella visita. Los Beatles eran admiradores de su trabajo, y sobre todo Lennon, sintió el influjo en las letras. Las composiciones muy personales del oriundo de Duluth lo remecieron y por supuesto, quiso imitar ese estilo de escribir.
Algunas canciones
A medida que avanzaban las filmaciones de la película, también iban apareciendo las canciones que darían cuerpo al soundtrack. Una de ellas, “You’ve got to hide your love away”, mostraba la influencia de Bob Dylan en John Lennon. Una balada acústica, con un aire oscuro, una letra muy personal (una faceta que John no había explorado tan a profundidad hasta entonces) y con un toque bien poético.
“Aquí estoy con la cabeza entre las manos / de cara a la pared / Cuando ella se va no puedo seguir / sintiéndome empequeñecido”.
“Ese era yo en mi período Dylan; yo soy como un camaleón influido por todo lo que está pasando. Si Elvis puede hacerlo, yo puedo hacerlo”, señaló el mismo John en palabras rescatadas en el libro Los Beatles: desde el inicio (Planeta, 2017) de Sergio Marchi y Fernando Blanco.
En la misma cita, John agregó: “Cuando era adolescente escribía poesía pero estaba todo el tiempo tratando de ocultar mis sentimientos verdaderos. Yo vivía en Kenwood y era mi período de compositor, por lo que todos los días trataba de escribir una canción. Esta era una del tipo de las que te cantas tristemente a ti mismo: ‘Aquí estoy, con la cabeza entre las manos’. En vez de proyectarme en una situación, trataba de expresar cómo me sentía, que es algo que hacía en mis libros. Creo que Dylan me ayudó a darme cuenta”.
Una curiosidad es que en esta canción los Beatles usaron por primera vez un músico externo diferente a George Martin. El honor recayó en John Scott, en rigor, era un sesionista que solía componer arreglos para las canciones de Cilla Black (otra artista que representaba Brian Epstein).
Para esta canción, a Scott se le pidió grabar flauta. En rigor, grabó dos (tenor y soprano) y fueron colocadas de modo sobrepuesto, como si se estuviesen tocando ambas al mismo tiempo.
“De las que hago yo, me gusta ‘You’ve got to hide your love away’, pero no es comercial”, comenta Lennon en el Anthology.
En la banda sonora del filme también se marcó un hito interesante. El regreso de las canciones de George Harrison a los álbumes de los Beatles. El miembro más joven del grupo se había anotado con “Don’t bother me”, en el disco With the Beatles (1963), y los dos siguientes permaneció al margen de las composiciones.
“I need you” se llamaba la canción, y estaba dedicada, como no, a su entonces novia Pattie Boyd (con quien acabaría casándose, en 1966). En ella, Harrison se permitió probar una innovación: el uso de un pedal de volumen, que es el que le da ese sonido tan característico.
“Completamente novedoso para la época, George comenzaba a desarrollar con ese pedal un estilo propio que no requería de efectos; un tinte de tristeza que estaría presente en buena parte de sus canciones”, señalan al respecto Marchi y Blanco en su citado libro.
En rigor, “I need you” formaba parte de los esfuerzos de Harrison por componer canciones que estuvieran a la altura de sus afamados compañeros Lennon y McCartney. “Creo que fue bastante difícil para él, pero estaba realmente decidido a escribir canciones”, dice Boyd en la biografía George Harrison, Behind that locked door, de Graeme Thompson.
“Había muchas canciones, escribía constantemente. Siempre tocaba su guitarra, y la forma en que componía era tocarla hasta que encontrara un pequeño riff realmente agradable que le gustara, y luego escribía la música. Se sintió [sobrecogido por John y Paul], pero estaba muy decidido a no permitir que eso lo detuviera”, agrega Boyd.
Años después, John se refirió al asunto. Para él, que George fuera poco considerado en los primeros tiempos del grupo se debe a que no tuvo la misma expertise que habían tenido él y McCartney componiendo canciones. "Hubo un período vergonzoso cuando las canciones de George no fueron tan buenas y nadie quería decir nada -dijo Lennon-. Él no estuvo en el mismo nivel por mucho tiempo, eso no lo decepcionó, simplemente no había tenido la práctica como compositor que nosotros habíamos tenido".
Para Beatles for sale (1964), había presentado una canción titulada “You know what to do”, la que sencillamente fue rechazada por no ser lo suficientemente buena.
Sin embargo, lo más relevante es que durante el rodaje de la película, Harrison tuvo su primer acercamiento a la música de la India. Algo que influyó notoriamente en su vida posterior, tanto en el resto de carrera con los Beatles, como en su faceta solista.
Fue uno de esos momentos que solo se comprenden posteriormente. Mientras filmaban en las Bahamas, en Nassau, curiosamente el mismo día de su cumpleaños 22, George –y los otros Beatles– recibieron un particular obsequio de parte del Swami Vishnu Devananda, un gurú indio de 37 años que había comenzado a enseñar Hatha Yoga por varios lugares del mundo. El hombre había abierto recientemente uno de sus centros de meditación en Bahamas, y le dio a cada miembro de la banda una copia de su libro, La completa guía ilustrada del Yoga.
“Supongo que ese fue el punto de partida. Fue un encuentro casual, ese hombre tenía una casita en Paradise Island y alguien debió de susurrar en su oído interior que nos diera ese libro”, cuenta Harrison en el Anthology.
Pero el encuentro definitivo de George con la India se produjo semanas más tarde, cuando en los Twickenham Film Studios de Londres (donde mismo comenzó a filmarse Let it be, cuatro años más tarde) se encontraban rodando la escena que muestra a los fab four en un restorán junto a unos músicos indios. Ahí fue la primera vez que Harrison, escuchó un sitar. Se acercó, pidió permiso, y llevado por su curiosidad lo tomó y le arrancó algunas notas. Eso bastó para que el bichito se alojara para siempre.
“All my troubles seemed so far away”
A medida que también avanzaban las grabaciones del álbum, fueron apareciendo otros temas que no fueron incluidos en la película, pero sí tuvieron lugar en el disco. Uno de ellos ocupó un lugar relevante en el acervo musical beatle.
Mientras rodaban el filme, Paul de repente comenzó a pedirle al director Richard Lester que le facilitara un piano. Lester lo miró asombrado, seguro tenía muchos asuntos antes que preocuparse de conseguirle un piano a uno de los Beatles. Al final, le facilitaron uno pequeño y “Macca” comenzó a tocar una melodía que le sonaba en la cabeza tras despertarse. Por entonces, vivía en Londres, en el ático de la casa de su novia, la actriz Jane Asher.
La melodía estaba casi completa, por lo que en un primer minuto Paul pensó que estaba plagiando alguna canción ya conocida, pero no podía recordar cuál. Así que se la comenzó a mostrar a todo el mundo: a sus compañeros de banda, a los roadies, a los asistentes del set, y a todos les hacía la misma pregunta, ¿te suena esta canción?
Todos respondían de manera negativa. Así que temporalmente le asignó el título de “Scrambled eggs”, con una letra que rayaba en lo jocoso. Sin embargo, tiempo después, terminó la canción usando una guitarra acústica, en unas vacaciones en Portugal junto a Jane Asher. Ahí nació “Yesterday”.
Aún preocupado que alguien le acusara de plagio, Paul consultó a George Martin si recordaba ejemplos de canciones que se llamaran como la suya. Solo recordó una llamada “Yesterdays”, de la cantante Peggy Lee, en la década del ’50. Pero el productor no tenía dudas de la autenticidad del tema, y decidió registrarla.
El problema era que la canción era demasiado suave para el sonido de guitarras eléctricas y batería. Entonces, Martin –con formación de músico docto–, propuso algo que estaba en su salsa: un acompañamiento con un cuarteto de cuerdas. Él mismo se encargó de componer el arreglo y escribir las partituras para los músicos.
Sin embargo, Paul igual se permitió un gustito. Le añadió una nota en séptima, bien en la línea del blues y el R&B del Motown que tanto le gustaba, ante la protesta en vano del serio productor.
Paul grabó la voz, luego el cuarteto de cuerdas hizo lo propio, y el tema quedó armado. Se le dejó en el lado B del disco, como antepenúltima canción. Los otros Beatles no pusieron objeciones a que el bajista grabara prácticamente solo. Entendían que el tema no necesitaba de otras cosas. Eso sí, “John, George y Ringo vetaron su lanzamiento como sencillo por Parlophone para que no dañara su credibilidad como grupo de rock”, según cuenta Philip Norman en Paul McCartney. La biografía (Malpaso, 2018).
Pero los ejecutivos de su sello en Estados Unidos, Capitol, no pensaron lo mismo y lanzaron “Yesterday” como single (con “Act Naturally” como lado B) especialmente para el país del norte y se fue directo al número 1.
¿Y la canción principal de la película?
“When I was younger, so much younger than today”
Las primeras en escuchar la nueva canción de John, fueron su entonces esposa Cynthia, y la periodista Maureen Cleave, quien era cercana al grupo. Paul había acudido a la casa de su eterno socio en el exclusivo barrio de Kenwood, en Londres, para ayudarlo a terminar el tema. Cuando acabaron, bajaron desde la sala de música que John tenía especialmente para estos fines, rumbo al living a tocarla para las dos mujeres.
Ambas escucharon pacientes. Cuando acabaron, les dijeron que la encontraban buena. No lo sabían pero acababan de escuchar el siguiente hit de los Beatles.
La canción se llamaba “Help!”, era una balada lenta, al estilo Roy Orbison, y la letra era totalmente personal. Tomando como referente a Dylan, Lennon se permitió agarrar parte de la letra de la canción “My back pages” –que solía tocar una y otra vez en la intimidad de su casa– para comenzar su nueva composición: “Ah, pero yo era más viejo entonces, soy más joven ahora”.
Y esos versos de Dylan, Lennon los convirtió en: “Cuando era más joven, mucho más joven que ahora”.
En la letra, Lennon hablaba de pedir ayuda. Como si le estuviese hablando a su terapeuta o a algún buen amigo en un bar mientras se toman unas cervezas. Era justamente lo que necesitaba en ese momento.
“Yo cantaba sobre cuando era mucho más joven y todo lo demás, volviendo la vista para ver lo difícil que era, y que luego las cosas se hicieron mucho más difíciles…De todos modos, estaba gordo y deprimido y suplicaba que me ayudasen. Eso es verdad”, señala John en la citada biografía de Philip Norman.
En rigor, la canción era un encargo que Richard Lester le hizo a Lennon para el tema central de la película, ya rebautizada como Help!, y que John simplemente aprovechó para tomar un desahogo que sentía necesario.
Con la canción terminada, Lennon y McCartney fueron al estudio de Abbey Road para mostrársela al productor George Martin. Este, escuchó el tema y opinó que si bien le gustaba, era demasiado lenta. Más si iba a ser la canción principal de la película.
“El sentimiento auténtico de la canción se perdía porque aquello era un single. La hicimos demasiado rápida, tratando de ser comerciales. Me acuerdo que me puse muy emotivo entonces, al cantar la letra. Cuando canto, es siempre con auténtico sentimiento. No hago tonterías”, recuerda el mismo John en la biografía de Norman.
La película Help! tuvo su estreno en los cines ingleses el 29 de julio de 1965, con una Gala Real en el cine Pavillion, de Londres (hoy, un centro comercial). Con presencia de dos miembros de la realeza: la princesa Margarita y Lord Snowdon.
En tanto, el álbum salió a la venta el 6 de agosto de 1965, y por supuesto, ocupó el primer lugar en los charts. Ese mismo mes saldrían de gira, y el día 15 se presentaron en uno de sus shows más multitudinarios, en el Shea Stadium, en Nueva York, y doce días después, la banda conoció a uno de sus ídolos: Elvis Presley.
Pero las búsquedas de los miembros de los Beatles continuarían. Help! de algún modo comenzó a definir lo que vendría más adelante. George Harrison, explorando en la música india, introduciría sonidos propios de esa latitud en canciones posteriores del grupo. Paul, volvería a repetir la experiencia de grabar solo con voz y acompañamiento docto en “Eleanor Rigby”. Por otro lado, los porros de marihuana y la influencia de Dylan se verían aún más patentes en el disco que vendría: Rubber Soul. Pero esa, es otra historia.
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