Todo Santiago estaba en cuarentena, pero se guiaron por un correo del Ministerio de Cultura y un oficio del Ministerio de Economía, y continuaron trabajando. Dos veces fueron fiscalizados por funcionarios de la Seremi de Salud, en el mes de junio, y el resultado fueron dos multas por un total de $ 5 millones, por haber encontrado a un trabajador “realizando servicios no esenciales para la comunidad como la venta de libros”, en el local de Los Trapenses de la cadena Bros.
Al hacerse públicas las sanciones, se desató una polémica que, entre otras cosas, gatilló la salida, el sábado pasado, de 55 organizaciones de trabajadores de la cultura de la mesa intersectorial convocada por el ministerio respectivo ante la grave crisis que vive el sector con la emergencia sanitaria. Las multas fueron consideradas como una evidencia de la descoordinación entre las carteras de Culturas, Salud y Economía.
Fabio Costa, presidente de la Asociación de Librerías de Chile y dueño de Bros, comenta que recibió un llamado del equipo de la ministra Valdés justo después de esta polémica y el quiebre de la mesa intersectorial, para convocarlo a una reunión.
El encuentro se realizó el miércoles pasado y participaron la ministra de las Culturas Consuelo Valdés y la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, además de Costa. El diálogo tuvo un resultado concreto: se acordó crear una resolución que permitirá a las librerías realizar despacho a domicilio en las comunas en cuarentena. La resolución autorizará una excepción al Instructivo de desplazamiento, en el ítem “Actividades debidamente fundadas por la autoridad competente en el marco del Plan Paso a Paso”, establecido en la Resolución Exenta N° 591, de fecha 23 de julio del Ministerio de Salud.
Para que la medida se haga efectiva, Costa, como representante gremial, se comprometió a entregar a las autoridades un listado de librerías que serán autorizadas a que un máximo de tres empleados por tienda trabaje haciendo delivery, incluso en las comunas con restricciones sanitarias. La resolución no implica, por cierto, que las librerías puedan abrir al público. Sólo despachar a distancia.
Una vez recopilada la información, se podrá hacer efectivo este permiso. Los insumos que requiere el ministerio son las razones sociales y RUT de las librerías, así como los domicilios y números de identidad y dirección de los trabajadores. “Recibido eso se elabora la resolución para permitir a los empleados señalados el desplazamiento”, detalla la ministra Consuelo Valdés.
Si bien la resolución se logra luego de meses de conversaciones, y después de la controversia pública, la ministra subraya: “Para el Ministerio de las Culturas, el libro es un bien cultural de primera necesidad, un insumo básico que se puede acceder a comprar con el correspondiente permiso, en caso de cuarentena. Para nosotros es muy importante la venta de libros, de cara al sector y a la ciudadanía que demanda poder acceder a ellos”.
Sobrevivencia de la cadena del libro
Fabio Costa resalta en que este logro responde a la insistencia de la asociación que preside, y afirma que aún quedan temas pendientes para la industria editorial: “Para nosotros, este permiso es el primer paso a la sobrevivencia, en ningún caso es la situación ideal para enfrentar la crisis y menos para un desarrollo cultural sustentable”. Se refiere a la cadena del libro. “Las librerías necesitamos que las editoriales y las imprentas sigan operando, porque si no va a llegar un momento en que nos vamos a quedar sin libros. Logramos esto para las librerías, y estamos contentos y para nada pretendo que se malentienda, pero hay que hacer ver la situación en que está la cadena completa”, agrega.
La ministra Valdés, por su parte, se manifiesta plenamente consciente de ellos: “En las reuniones e intercambios que hemos sostenido con el sector, que hoy ya cuenta con una asociación de libreros, se buscó establecer los mecanismos mediante los cuales se pueda facilitar la apertura de librerías, editoriales, bodegas e imprentas, considerando todos los resguardos sanitarios pertinentes, para posibilitar la respuesta a la alta demanda que se está generando al respecto. Y de esta forma, posibilitar liquidez necesaria para evitar su inminente cierre”, explica. Ello, entendiendo que las librerías, tal como indica Cerlalc (Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, dependiente de la Unesco), “juegan un papel de agentes de difusión de la cultura y de los valores asociados a la lectura en el ámbito local”.
¿Por qué la cadena Bros trabajó en cuarentena? Fabio Costa aclara que inicialmente recibieron autorización: “Nos llegó un correo desde el Ministerio de las Culturas, y respaldado por el oficio del ministro (Nicolás) Palacios, donde se nos informaba que en los próximos días se iba a activar un permiso especial para el rubro en comisaría virtual, pero que eso ya bastaba para que pudiéramos trabajar, era el respaldo de dos ministerios”. Sin embargo, los fiscalizadores no reconocieron ese permiso. “Lo que nosotros no sabíamos, y aquí es donde se generan las fallas en la comunicación, es que ni Cultura ni Economía podían darnos ese permiso sin autorización de Interior”, explica Costa.
En todo caso, las dos multas, cuenta, ya fueron “revisadas y sobreseídas porque se entendió que fue un error. Y se nos encargó, a través de la asociación, hacer el levantamiento de otras librerías, asociadas o no, que hayan recibidos multas y si corresponde, anularlas también. Pero no hemos conocido de casos de otra librería multadas”.
Pese al quiebre de la mesa, Costa asegura que la intención del gremio es mantener el diálogo con el ministerio, voluntad que también comparte Consuelo Valdés: “Hoy más que nunca es fundamental el trabajo conjunto, responsable y coordinado entre gobierno, empresas privadas, gremios y artistas. Hemos trabajado en esta gestión, mucho antes de este contexto sanitario, en el marco de la implementación participativa de la Política Nacional de la Lectura y el Libro, porque estamos seguros que es la mejor manera de hacer política pública en cultura. En estos meses lo hemos reforzado con reuniones particulares con los representantes de los diferentes sectores, y por supuesto, manteniendo el funcionamiento regular y extraordinario de los Consejos Nacionales y Regionales”.