Iván Jaksic, estudioso de Andrés Bello y de la filosofía chilena, es el nuevo Premio Nacional de Historia
"Me enorgullece mucho ser parte de una tradición tan importante de premios de historia", comenta el académico de la Universidad de Stanford y autor de Andrés Bello: La pasión por el orden. El ganador del máximo galardón que entrega el Estado en esta disciplina, está asociado además a la U. Adolfo Ibáñez y es miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Entre sus publicaciones más reconocidas destaca también Rebeldes académicos: La filosofía chilena desde la Independencia hasta 1989. Se impuso a Armando Cartes Montory, Rafael Sagredo y Ana María Stuven.
Iván Jaksic (1954) se convirtió este viernes en el vigésimo cuarto profesional que recibe el Premio Nacional de Historia. Nacido en Punta Arenas, estudió Filosofía en la Universidad de Chile y recibió los grados de magíster y doctor en Historia en la Universidad Estatal de Nueva York.
Académico de la Universidad de Stanford, Jaksic preside el Consejo Académico del Centro de Estudios de Historia Política de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Entre sus publicaciones se cuentan Andrés Bello: La pasión por el orden (2001); Rebeldes académicos: La filosofía chilena desde la independencia hasta 1989 (2013), Ven conmigo a la España lejana (2007). Es, además, miembro de la Academia Chilena de la Lengua.
Fue postulado por la Universidad Adolfo Ibáñez y en el documento se destaca su aporte en materia de derechos humanos, su foco en la transición del autoritarismo a la democracia, y su activa participación y promoción de investigaciones colectivas, así como el haber “proyectado la historiografía chilena a nivel internacional”. Apoyaron su postulación los premios nacionales de Humanidades Tomás Moulián, Ricardo Ffrench-Davis y Elizabeth Lira, además de Jared Diamond, Alan Knight, Brian E. Loveman, Enrique Barros, Ascanio Cavallo, Gloria de la Fuente, David Gallagher, Claudia Heiss, Leonidas Montes, Juan Luis Ossa, Pablo Ruiz-Tagle, Lucía Santa Cruz, Alberto van Klaveren y Cristián Warnken.
Como parte del máximo reconocimiento que entrega el Estado a la disciplina, Iván Jaksic recibirá cerca de $23 millones y una pensión mensual vitalicia de 20 UTM ($ 1 millón al día de hoy). El jurado lo integraron Sol Serrano, la anterior galardonada; el ministro de Educación, Raúl Figueroa; el rector dela Universidad de Chile, Ennio Vivaldi; Joaquín Fermandois, de la Academia Chilena de la Historia; y Patricio Sanhueza, rector de la Universidad de Playa Ancha, por el Consejo de Rectores.
La decisión del jurado ratifica una tendencia que hasta ahora ha existido en los 46 años del Premio Nacional de Historia: la mayoría de los galardonados estudió o ha enseñado en la Universidad de Chile. Con Jaksic, son 17 de los 24 premiados.
Reacciones de sus pares: un premio merecido
Armando Cartes Montory, abogado e historiador, y también postulante al galardón de este año, destaca el libro Academic Rebels, y sus investigaciones sobre Andrés Bello. “Espero que el premio lo estimule a seguir aportando a la historiografía chilena con nuevos trabajos sobre nuestro pasado común”, comenta el profesor del departamento de Historia de la Universidad de Concepción.
El Premio Nacional de Historia 2008, Eduardo Cavieres, por su parte, asegura en forma enfática que “Iván Jaksic es un muy buen historiador” y que tiene muy buena formación en historia política. A su juicio, sus mayores contribuciones están en asuntos historiográficos como la formación de Estado y liberalismo en el siglo XIX. “Otro mérito importante es que él estudió en una escuela industrial, y de esa formación técnico profesional pasó a estudiar filosofía y luego se transforma en historiador. Es muy meritorio”, agrega.
Este profesor de la Universidad Católica de Valparaíso y de la Universidad de Chile, reconoce, además, que la elección del jurado lo sorprendió. “Pero no por la calidad intelectual de Iván Jaksic, que respeto enormemente, sino porque él ha estado al margen de la vida académica que tiene la historia en Chile, muy en relación con las universidades. Intuyo que los estudiantes poco lo conocen. Pero bueno, ya lo conocerán ahora, a partir del premio”, aclara.
Para Tomás Moulián, Premio Nacional de Humanidades 2015, es un premio merecido y los grandes aportes de Ivan Jaksic son dos: su biografía de Andrés Bello y “el texto global sobre la historia de Chile que publicó por el Fondo de Cultura Económica”.
La profesora de la Universidad de Chile, Isabel Torres, se suma a la apreciación del trabajo de Iván Jaksic en torno a Andrés Bello. “Su estudio es riguroso y profundo, va mucho más allá de la biografía y de la transcripción. Jaksic comprende el significado de sus cartas y escritos, lo que quería decir, en su contexto”, apunta Torres.
Claudio Rolle, profesor de la Universidad Católica, aclara que existen dos obras de Iván Jaksic: una en Chile y otra en Estados Unidos, y que eso puede invisibilizar parte de su trabajo, al que califica de serio e innovador. Destaca, además, la consistencia de su obra en el ámbito de la historia intelectual, el cual no se limita a sus publicaciones sobre Andrés Bello, sino que son muchas más.
Igualmente, el académico UC destaca la capacidad de gestión de Jaksic, y su rol como traductor: “Esa faceta es parte fundamental del trabajo de un intelectual e historiador, porque favorece el intercambio y es además una manifestación de generosidad”. Rolle entrega dos ejemplos relevantes del aporte de Jaksic en este sentido y que implican la recuperación actual, para el mundo hispano, de dos libros relevantes: Ideas y política de la independencia chilena, de Simon Collier, y La historiografía del siglo XX, de Georg G. Iggers.
La multiplicidad de focos de trabajo de Iván Jaksic, representa además una nueva apertura del campo de investigación que el Premio Nacional de Historia reconoce. En los primeros 20 años de existencia del galardón, se premió la investigación de la conquista y la colonia, con sólo dos excepciones: la historia universal de Occidente y la general de Chile, con Ricardo Krebs y Sergio Villalobos, respectivamente. Pero en 1994, con el arqueólogo Mario Orellana, el undécimo premiado, ingresó la prehistoria de nuestro territorio.
Desde entonces, las áreas de estudio reconocidas se diversificaron notablemente, incorporándose territorios, culturas y etnias: Magallanes con Mateo Martinic, el Norte Grande, con Lautaro Núñez, los pueblos andinos con Jorge Hidalgo, Eduardo Cavieres y Sergio González, y los mapuches con Jorge Pinto. También han ingresado otros sujetos de la historia: las clases populares, con Gabriel Salazar y Julio Pinto, con foco en los siglos XIX y XX. Este mismo período, pero centrándose en la educación, abordó la primera y única mujer que ha recibido el reconocimiento en sus 46 años de existencia: Sol Serrano.
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