Desde lo creativo, Pablo Ilabaca es un hombre de personalidades múltiples. A su histórico rol de guitarrista y fundador de Chancho Piedra, ha sumado una participación vital en proyectos como Pillanes y 31 Minutos.
Pero Jaco Sánchez es quizás su iniciativa con una naturaleza más propia. Iniciado en 2005, el conjunto ha pasado por diversas fases, sonidos, formaciones y discos, arrojando un último hito en este confuso 2020: la publicación el pasado 13 de agosto del álbum Jaco Sánchez & His All-Stars, grabado en vivo, como si se tratara de una gran orquesta y junto a una suerte de superbanda: Felipe Ilabaca (Chancho en Piedra) en bajo, Felipe Salas (Como Asesinar a Felipes) en batería y Valentin Trujillo (Francisca Valenzuela).
Además, el disco trae colaboraciones de Pedropiedra, Dj Pérez y Matiah Chinaski.
“Yo lo he llamado el antidisco”, dijo el músico, invitado este martes 25 de agosto al espacio Sesiones íntimas de Culto que se emite a través de Culto y La Tercera. El calificativo apunta al origen del proyecto: reunidos el sábado 7 de marzo, justo antes del encierro generalizado en Chile, sus protagonistas nunca lo proyectaron como un álbum.
Para Ilabaca, todo es parte de la genética singular de Jaco Sánchez: “Me gusta que sea un grupo subversivo que sólo aparece de repente. Me gusta la conexión que provoca con la gente. La música no la conoce nadie, pero los que la conocen, la conocen y la quieren mucho. Entonces, me gusta esa parte del contrato que firmé conmigo mismo”.
Con respecto al confinamiento, asegura: "Antes del Covid, e incluso en los Chancho en Piedra, las giras me tenían medio hastiado; perderte fechas importantes de familia, o de mi hija, por estar girando. En la última gira de 31 Minutos por México, me pasó algo que nunca me había pasado: se murió mi abuela Ema, la mamá de mi papá. Fue terrible".
En la conversación, el músico también habló de su colección de vinilos -donde Frank Zappa ocupa un lugar destacado- y de cómo trabaja las canciones para sus proyectos de música infantil.