Antoine y su esposa asisten a una clínica de fertilidad. Tras un largo tiempo intentando tener hijos, decidieron optar por otros caminos para lograr concebir.

El procedimiento fue rápido y sin mayores dificultades, pero Antoine quedó impactado por lo que vio en la televisión aquel día: un video grabado en la guerra de Siria mostraba a una mujer que, Antoine sospecha, es su hermana dada por muerta en el conflicto.

Si bien su esposa intenta convencerlo de que es una locura, ya que los análisis forenses confirmaron que el cuerpo encontrado pertenece a su hermana; Antoine está determinado a contactar a esa mujer y confirmar o descartar por sí mismo, si sigue o no con vida.

Sin embargo, entre preguntas con una persona y otra, termina viajando al punto neurálgico del conflicto, lo que escalará a un intento de secuestro por parte de ISIS, y la captura del francés a manos de un grupo de mujeres kurdas.

Amit Cohen y Ron Leshem trabajaron durante años como periodistas corresponsales de la Guerra Civil Siria y por largo tiempo tuvieron la idea de llevar sus conocimientos del conflicto bélico a una serie: No Man’s Land.

Este 2020 tuvieron la oportunidad de hacerlo de la mano de Starzplay, plataforma que este domingo 22 de noviembre estrena en Latinoamérica su primera temporada.

“Mantenerlo auténtico fue lo más desafiante”, dice Cohen en conversación con Culto. “Queríamos lograr que cualquier persona en el mundo -ya sea de Sudamérica o Japón- tuviera la chance de oler la guerra y sentirla en todos los sentidos”, añadió Leshem en una sesión por zoom en la que detallan los mayores desafíos de la producción y aquellos elementos que la distinguen de otros relatos bélicos.

-¿Cómo surge la historia de No Man’s Land?

-Amit: Por mucho tiempo supimos que queríamos crear una serie sobre la Guerra Civil en Siria. Por muchos años trabajamos escribiendo thrillers de espionaje y, por muy divertido que sea, quisimos tomar este género y llevarlo a la guerra siria, que es una historia increíble, importante y la mayor tragedia actual de la que nadie está hablando. No habíamos encontrado la forma de hacerlo hasta que llegamos al detalle preciso que hizo desarrollar nuestra imaginación: Solo hay una cosa a la que ISIS le tiene miedo, y son las mujeres, porque según su creencia, si una mujer los mata, no puede ir al paraíso. Por ello, necesitábamos muchas voces diferentes, porque queríamos crear algo que sea un drama familiar, una historia romántica, la relación entre dos hermanos, el amor imposible de una mujer que decide sacrificar su vida por una causa, y un hombre que llega prácticamente por error desde Francia y termina involucrado. Fue una oportunidad para hablar de esta guerra desde una mirada íntima y humana.

-Ron: Una vez que decidimos contar la historia en Siria y que nos sentimos cómodos con la parte realista de la historia, allí es cuando entra el drama. Hay muchos documentales sobre Siria, pero queríamos que nuestra historia se sintiera real, incluso en términos de imagen... No queríamos que se sintiese como una serie americana sobre Siria. Queríamos que los personajes tuvieran también un viaje emocional, su lado psicológico, y ponerlo con la guerra siria de fondo. Creo que logramos que personas ordinarias tuvieran un conflicto dramático claro inserto en la guerra.

¿Cómo fue el trabajo de investigación?

-Amit: Para comenzar, los dos fuimos periodistas por mucho tiempo y cubrimos este conflicto. Conversamos en extenso con distintas personas que participaron de la guerra de algún u otro modo, incluso con quienes eran enviados a poner bombas: hombres, mujeres y niños. Así mismo, conversamos con políticos y oficiales militares, así que sabíamos ambos lados y sabíamos lo que motivaba a las personas, sus historias. Descubrimos que tras esta ideología radical, hay razones personales para hacer cosas. Una vez que comenzamos a trabajar en la serie, nos enfocamos en cada detalle, por menor que puedas imaginar, desde la ropa -según lo que tuvieran que hacer- así como la línea de tiempo para la guerra civil siria. Queríamos asegurarnos de que éramos 100% precisos al contar esta tragedia.

-Ron: También queríamos lograr que cualquiera en el mundo -ya sea de Sudamérica o Japón- tuviera la chance de oler la guerra y sentirla en todos los sentidos. Por lo mismo, contamos la historia a través de un personaje [Antoine] que, de un momento a otro, se ve en un ambiente completamente diferente y que él no sabía que existía. Él es la audiencia que está cruzando la frontera para llegar a esta tierra de nadie. Pero no llegamos a la primera línea del campo de batalla. Lo hicimos cuando ejercimos como periodistas, pero no pudimos hacerlo esta vez. Por otro lado, estuvimos en contacto con muchas personas que participan de esta guerra. Si bien nos fijamos en detalles como el color de las casas o qué cosas habían las salas de estar, nos fijamos sobre todo en las historias humanas. Por eso creo que somos diferentes, porque no es la versión hollywoodense de estas historias. Esta serie fue hecha con guionistas de 10 países diferentes hablando diferentes idiomas. Algunos eran sirios, otros kurdos... lo que nos ayudó no solo a ser precisos, sino también a tener muchas ideas. En esta era de la globalización, lograr eso es muy emocionante.

¿Cómo fue trabajar con los diferentes idiomas a lo largo de la historia? Un francés intentando darse a entender con un grupo kurdo resulta un tanto frustrante para el espectador...

-Amit: Esa es justamente la reacción que queríamos por parte de la audiencia. El sentirse desolado, el estar en un país extranjero y no poder darte a entender, no poder expresar lo que necesitas. Quizás tienes una explicación lógica, pero no logras que te entiendan. Además, como dijo Ron, tuvimos un increíble equipo de distintas partes del mundo, de Marruecos, kurdos, franceses, estadounidenses... trabajamos con lingüistas e instructores de idiomas para asegurarnos de que éramos precisos en lo que hacíamos, incluyendo los temas religiosos. Fue desafiante, pero creo que contribuyó para el lado realista. Somos muy afortunados de trabajar esta historia diferente con diversas nacionalidades.

¿Cuánto tiempo les tomó realizar este guión?

-Amit: Fue muy rápido. Nos tomamos un tiempo para completar la investigación, pero teníamos la historia más o menos clara. Creo que nos tomó unos seis meses. Fue muy intenso.

-Ron: Lo increíble -y que casi nunca pasa con una cadena norteamericana como Hulu- es que en cuanto presentamos la idea, firmamos contrato para una temporada completa de la serie. Usualmente te piden ver un piloto, pero en este caso, aprobaron desde un comienzo la realización de una serie.

¿Hay alguna escena improvisada?

-Amit: No hubo lugar para escenas improvisadas. El director de la serie estuvo con nosotros en todo el proceso y dirigió todos los episodios. A veces sugería algunos cambios o se daba que tenía dificultades con una escena específica, pero mayoritariamente se ciñó al guión.

¿Qué fue lo más desafiante?

-Amit: Más que desafiante, fue muy divertido. Incluso en los desafíos, incluso en las dificultades, fue muy entretenido, porque esta serie es algo que no se ha hecho. Por ejemplo, filmar en Marruecos fue algo genial porque es un país muy grande, -tenemos muchas locaciones-, filmamos por 4 meses en Marruecos, que fue agotador. También fueron complejas las escenas de guerra, con todas las explosiones, recrear Siria, recrear bases kurdas, casas de ISIS... Mantenerlo auténtico fue lo más desafiante, pero de nuevo, de una muy buena forma.

¿Habrá segunda temporada de No Man’s Land?

-Ron: Podemos decir que probablemente habrá una segunda temporada. Nos encantaría escribirla porque hacer una serie es comenzar el viaje y encariñarte con los personajes. Hay tanto más que explorar, tanto más que decir...

-Amit: Hay mucho que decir de los personajes existentes, tenemos ideas para nuevos personajes. Queremos que el espectador encuentre respuestas para todo. Creemos que es injusto comenzar una temporada y luego dejarla así.

No Man’s Land debuta este domingo 22 de noviembre en Starzplay.