¿Cuánto han influido los acontecimientos recientes (de Chile y el mundo) en el próximo disco de Congreso? Una pista se puede encontrar en su primer adelanto, La plaza de los sueños, canción que los siete integrantes del grupo trabajaron y grabaron por separado -como dicta la lógica de 2020- y cuyo título sugiere discurso y contingencia. Pero con el conjunto quilpueíno los caminos para llegar a las verdades son siempre más crípticos y evocativos de lo que a veces parecen.

“Quien escuche la canción podrá decidir en qué espacio se va a situar: si en sus recuerdos hermosos de niño o en el momento actual”, comenta el baterista Sergio “Tilo” González, co-autor junto al vocalista Francisco Sazo de una pieza que viaja del pasado al presente y en la que confluyen brisas de infancia, pueblos olvidados a la orilla del tren y anhelos que se lanzan como monedas a una fuente, “pensando en que necesitamos evocar o por último inventarnos un lugar hermoso donde podamos concretar nuestros sueños”, explica el músico.

Si bien distante del slogan y del discurso fácil, La plaza de los sueños, disponible desde el 18 de diciembre (”un regalo de Navidad”, según el percusionista), aparece como la primera respuesta musical de Congreso a un presente caótico y confuso, que inevitablemente ha permeado el proceso creativo y la dinámica del grupo, forzado durante este año a postergar planes y a trabajar por primera vez distanciados entre sí.

Y si en La canción que te debía (2017), el aplaudido disco con el que ganaron el premio Pulsar hace dos años, el conjunto se aventuró en ritmos que consideraba pendientes en su discografía de medio siglo, su sucesor, con fecha de salida para 2021, abraza la convulsionada actualidad con cierta cuota de esperanza. Con los ojos en la calle, pero sin perder de vista el horizonte.

“En lo personal, pienso que la realidad ya es cruda y nos hace falta un bálsamo. Y creo que por ahí va el ánimo del disco: mostrar más al ser humano, lo frágiles que somos y que podemos salir de esto, porque el futuro se construye entre todos”, indica González, tratando de llevar a palabras el espíritu del álbum número 21 del grupo.

El grupo lanza el 18 de diciembre La plaza de los sueños, primer single de su próximo disco.

“Más que insistir en las heridas, el disco trata de sanarlas. Uno tiene el filtro para decidir si pongo todo mi dolor en las canciones o un grado de esperanza”, profundiza. “Nuestras canciones hablan de eso, de una mirada realista pero que tiene sueños, de algo que puede ser mejor. Desde la época de los 60, con las utopías que uno tenía, somos de la generación de la comunidad, del querernos, del tocarnos y ha sido difícil mantener eso”.

Bajo esa misma lógica el grupo trabaja en su primera incursión en los escenarios virtuales: el 27 de diciembre, desde Matucana 100 -en cuyo sitio web se pueden adquirir las entradas-, presentarán un recital vía streaming donde habrá espacio para sus clásicos, su nuevo sencillo y también para el diálogo con el público.

“Es bien extraño porque obviamente no ensayamos hace mucho tiempo, entonces nos estamos lanzando así nomás. Pero así son las cosas hoy, más urgentes y más precarias también”, cuenta el baterista sobre el show, fijado para las 17.00 horas y pensado para público de distintos países. De todas las esquinas.