Carlos Hansen y la lucha para que las salas no pierdan la batalla: “El cine no va a morir, seguirá creciendo”

El panorama se mantiene en congelamiento desde marzo: nueve meses después, las cadenas de cine locales siguen sin volver a operar, mientras que, según lo que la pandemia permite en cada lugar, la pantalla grande exhibe en parte del mundo títulos como Mujer Maravilla 1984 o Estación zombie 2: Península.

En Argentina las salas se mantendrán cerradas hasta al menos el 31 de enero, según el último decreto de la autoridad. Los complejos de Perú, en tanto, todavía no tienen fecha de retorno pese a que el gobierno autorizó su funcionamiento sin venta de comida y con un aforo del 40%, mientras que en Chile la reapertura solo se permite en la Fase 4 (y los únicos que abrieron con la capacidad limitada de ese Paso, un 50%, fueron algunos cines independientes de la capital antes del retroceso en la flexibilización de las medidas sanitarias). 2021 comienza con la cortina abajo para el Cono Sur.

Carlos Hansen ve tintes tragicómicos en ese escenario. “Entre los cuatro países donde tenemos operaciones, están los únicos tres de Latinoamérica que no han abierto los cines”, plantea el presidente y CEO de BF Distribution, compañía que además tiene presencia en Bolivia y que se dedica a traer desde películas del estudio estadounidense Lionsgate (la saga John Wick y Los juegos del hambre) hasta filmes chilenos.

Al ejecutivo, también productor de cintas como Sin filtro y Grado 3, la pandemia lo pilló masticando una idea que hace tiempo acechaba en el medio, sobre todo ante la arremetida del streaming en los últimos años.

“El mundo de las plataformas estaba rondándonos a todos los de la industria del cine, pero no necesariamente como algo malo, sino que como una nueva forma de ver películas. Porque una cosa es ver películas, otra es ir al cine”, asegura.

Pero solo una vez que los complejos quedaron vacíos, en marzo, la inquietud empezó a adquirir la forma de una iniciativa que vende sus entradas a través de los sitios web de las cadenas, estrena filmes inéditos en el país los jueves y renueva su cartelera periódicamente. “No es una plataforma”, refuerza Hansen sobre Cining (o Cine Online), que debutó en octubre simulando ser una sala de cine virtual, cuyo funcionamiento se reduce a ingresar el código que llega al comprar el ticket y reproducir la película.

Pese a lo sencillo que pueda parecer el mecanismo, su lanzamiento también supuso derribar una serie de paradigmas arraigados en la industria, en general reticente a ceder espacio a lo digital.

“Conversamos harto con los cines, porque era algo nuevo. Costó su buen poco, pero salió. Las cifras no han sido del todo buenas, respecto a lo que yo esperaba, porque partí queriendo compararlas con los números que se hacían en los cines, y hubo una desilusión ahí. Pero sí existe un optimismo, una estrategia y esto va a seguir adelante, porque si lo comparamos con las otras plataformas, estamos mucho mejor”.

El frente a frente incluye a aquellas firmas que venden o arriendan películas digitalmente, como iTunes, Google Play o el VOD de VTR. Ejemplifica con Estación zombie 2: Península, que está cumpliendo su tercera semana disponible en el Cine Online y maneja números que equivalen a un 80% de lo que ha vendido la cinta original en iTunes, de la que BF también tiene derechos.

El agente topo, la carta chilena de cara a los Oscar, es otro título que le sirve para calibrar el impacto de Cining. “Ha vendido más que mi película top uno en la historia en iTunes y Google Play, que es la primera Hitman”, detalla.

Su última experiencia, todavía en ajustes (pero ya con presencia en Argentina), no dista demasiado de sus primeros pasos en la industria. Ingeniero comercial de formación y cliente habitual de Blockbuster, a inicios de los 2000 abrió junto a unos amigos un videoclub ubicado en Cantagallo que ofrecía el servicio de dejar y retirar los VHS en las casas de las personas, cuando nadie lo ofrecía. El emprendimiento fue adquirido a los seis meses por los dueños originales de Bazuca, quienes lo contrataron como gerente de la línea de películas.

Luego, BF Distribution -llamada por entonces Bazuca Films- nació en 2005 como una extensión de la empresa de arriendo y venta de filmes, y dos años más tarde, después de que VTR le vendiera la mitad de la distribuidora a Hansen y sus socios, ésta tomó su nombre actual. Desde entonces el ejecutivo ha observado el permanente ascenso de los números de la exhibición cinematográfica en el país (casi 30 millones de entradas vendidas en 2019), hasta que la pandemia paralizó todo.

“Viene un año súper complicado para los cines, donde van a abrir y cerrar, van a haber experimentos como los de Warner, con películas que van (al mismo tiempo) al cine y a HBO Max. Es un año súper especial, y yo creo que ideal para posicionar Cining y este concepto de la sala online”, indica sobre su última incursión, que espera sea compatible con el eventual regreso de la pantalla grande. “Queremos traer ese contenido que no pudo llegar o llegaba tarde, mal y nunca, por ejemplo el cine latino”, sostiene.

Pese a la incertidumbre que reinó en 2020, Hansen suma proyectos en el sector. Uno de sus siguientes pasos, que hasta ahora mantenía inédito, es una cinta de terror que hará con uno de los principales productores y distribuidores de Rusia (el catálogo de BF también cuenta con largometrajes de ese país).

“Como conocemos a todos los distribuidores de Rusia, de Inglaterra, España y Latinoamérica, nos dimos cuenta que nuestro negocio puede ser producir películas que tengan piernas para todos los países. La película va a tener ventas en todos lados”, señala sobre su primera experiencia fuera de la región.

“El cine no va a morir. No sé si va a continuar con las tasas de crecimiento que tenía. Pero va a seguir creciendo sin lugar a dudas, porque el cine no es sólo ver una película, abarca mucho más, es una experiencia, es un panorama”.