En abril de 2019, un grupo de aproximadamente 50 personas se reunió afuera del West Hollywood City Hall. Con pancartas, poleras y cintillos alusivos a Britney Spears, expresaron pacíficamente su deseo de que Britney fuera libre.
Hace 12 años que la “princesa del pop” no tiene control sobre sus finanzas, sus bienes o sus acuerdos artísticos. Su padre, Jamie Spears, es quien toma las decisiones en su nombre desde que en 2007 la artista perdió la custodia de sus hijos, reaccionó con violencia ante la prensa y dio muestras de inestabilidad psiquiátrica.
#FreeBritney, como fue denominado el movimiento, pretende que la ídola pop pueda decidir quién está a cargo de su vida, algo que le ha sido impedido desde que el juez determinó a su padre como tutor hace más de una década.
Este es el foco principal del más reciente episodio de The New York Times presents: Framing Britney Spears. La serie de investigaciones realizadas por el equipo periodístico del renombrado medio de comunicación, conversó con abogados, ex empleados, fotógrafos de entretenimiento y amigos, para reconstruir la historia de Britney desde sus cimientos.
Si bien en el episodio dejan en claro que desconocen si la artista tuvo conocimiento de los intentos por contactarla, relatan la biografía de la cantante desde sus inicios a temprana edad, hasta el presente a través de entrevistas de archivo.
Framing Britney Spears comienza con las primeras incursiones de la cantante y bailarina en el escenario. Con vestidos y melena rubia amarrada con cintas, era vista como una muñeca que demostraba inocencia y ternura.
Una época que es descrita por la presencia continua de su madre -Lynne Spears- y la ausencia de su padre Jamie, quien “lidiaba con drogas, alcohol y la quiebra”. Es más, una de las pocas frases que una ex asistente recuerda por parte del progenitor de la artista fue: “Mi hija será tan rica que podrá comprarme un barco”.
Con esa introducción comienza a gestarse uno de los primeros puntos de no retorno en la vida de Britney: el escrutinio público.
Conocida es la portada de la revista People de febrero del 2000 que la muestra a sus 19 años, ante el titular “Too sexy, Too soon?”, un cuestionamiento a la artista que pretendían mantener como “dulce, inocente y virginal”, que poco a poco se convertía en una “sexy vamp en ropa interior”, como dijo un reportero de la farándula de la época.
Con promociones de su música en los centros comerciales, en medio de la era de boy bands -como *Nsync y Backstreet boys-, Britney Spears era una suerte de anomalía con su éxito arrasador que, por un lado inspiraba a las más pequeñas, y por otro, daba una mala impresión a las madres de estas jóvenes.
“Mucha gente estaba incómoda con su sensualidad”, expresa una exempleada de Spears. “Trabajé con muchas boy bands y ninguno estuvo nunca bajo tanto escrutinio”, aseguró otra persona de la industria musical.
La pareja pop
“Acá (en Estados Unidos) no tenemos realeza, tenemos celebridades. Lo que es interesante de Britney y Justin [Timberlake] es que fueron lo más cercano a ‘La pareja americana’”, relata un periodista de MTV en Framing Britney Spears.
Pero tal cuento de hadas que las revistas sensacionalistas se encargaron de vender tan bien, llegó a su fin en marzo de 2002, y la más damnificada -de acuerdo al documental del New York Times-, fue la cantante.
“La dejaron como la prostituta del colegio”, asegura en el registro un periodista del NYT.
Y es que Justin Timberlake dio a entender públicamente que el quiebre se debió a una infidelidad por parte de Britney, en tiempos en que la artista era constantemente cuestionada respecto a si era virgen o no.
Al poco tiempo, Timberlake publicó su canción “Cry me a river”, un tema de despecho, sufrimiento e ira.
“Fue una especie de fantasía de venganza masculina”, describe un periodista poco después de reproducir un audio de un programa radial, en el que Timberlake -entre carcajadas- asegura que sí tuvo sexo con Spears.
A continuación, muestran una entrevista en televisión en la que la conductora increpa a Britney por el fin de la relación “¿Qué hiciste? ¿Por qué le causaste tanto dolor?”
Blackout
En 2004, Britney se comprometió con el rapero Kevin Federlane, con quien tuvo dos hijos. Sin embargo, los fotógrafos con quienes en épocas anteriores tenía una relación cordial -”nosotros la necesitábamos y ella a nosotros”, dijo un paparazzo entrevistado por NYT-, se convirtieron en su peor pesadilla.
Si Britney iba a comprar, había una fotografía de ella en alguna revista al día siguiente. Si salía en pijama a buscar el periódico, habría una imagen de ello. Si salía con uno de sus hijos y cometía la más mínima acción cuestionable, sería portada y foco de comentarios en televisión.
Un ejemplo fue el día en que fue captada conduciendo un automóvil con su hijo de meses sentado en sus piernas. “Mala madre” fue lo más suave que dijeron.
“¿Es tu mayor sueño que los medios te dejen en paz?”, le pregunta a Britney el periodista de Dateline. “Sí, lo es”, responde Britney tras romper en llanto.
Según detalló un reportero gráfico en el documental, una fotografía de Britney podía valer 1 millón de dólares. “Todos querían una parte de Britney”, agregó.
En 2007, la olla a presión reventó. Al poco tiempo de tener a su segundo hijo, la cantante se divorció de Kevin Federlane. El problema, es que ambos demandaron a su expareja para tener custodia completa de los niños.
En ese periodo, Spears fue constantemente captada en fiestas con Paris Hilton y Lindsay Lohan. Hasta que la “princesa del pop”, ya no dio más, protagonizando el mediático episodio del corte extremo de cabello y posterior ataque a los paparazzi con un paraguas.
Durante cuatro meses, Britney Spears y Kevin Federlane estuvieron en una batalla legal por la custodia de sus hijos, una pugna que la artista perdió casi en simultáneo a la partida de su mánager.
“Nadie hablaba de salud mental, solo preguntaban ‘¿Cuál es su problema?’”, dijo un periodista de MTV en el documental.
El origen de la cruzada #FreeBritney
En ese momento, su padre asumió la tutela, luego que un juez determinara que la artista no estaba en condiciones de tener control de su carrera, finanzas y bienes. Una “conservatorship”, como se denomina, le confirió poderes especiales para tomar decisiones por ella.
“Ella [Britney] quería alguien independiente, no que fuera su padre”, dijo Adam Streisand, el abogado que representó a la cantante en un principio, en conversación con NYT.
Según el defensor, Britney demostró plena lucidez al decir con claridad que quería a un profesional a cargo de su carrera.
Sin embargo, Streisand fue removido de sus funciones y en su lugar asignaron al abogado Samuel D. Ingham. El juez del caso finalmente dio a Jamie Spears la tutela, lo que se traduce en controlar las visitas, elegir sus guardias, tener acceso a los controles médicos, poder pleno sobre su casa, tarjetas de crédito, y cerrar tratos para giras, apariciones en televisión y lanzamientos de discos.
Un dictamen que, para el público, fue visto con buenos ojos considerando que la cantante volvió al ruedo al poco tiempo: lanzó un disco, salió de gira y tuvo participaciones en televisión como las series How I met your mother, Glee y el show de talentos X Factor.
Britney incluso recuperó el derecho a visitar a sus hijos, pero sus apariciones públicas estaban lejos de representar lo que ocurría realmente.
“Siento que me escuchan pero realmente no prestan atención a lo que les digo”, dice un extracto de una entrevista a Britney. La que antecede la presentación con bombos y platillos de su residencia en Las Vegas, que la mostró apareciendo en escena, sin decir palabra alguna, para ingresar inmediatamente a una limusina e irse.
Si bien Jamie Spears niega que su hija sea una suerte de prisionera en la tutela, asegurando que “no está bajo llave” ya que puede disfrutar de su casa, viajar y hacer shows; en agosto de 2020 la artista interpuso una demanda para que su padre deje de ser quien controla su patrimonio.
En noviembre del mismo año, la solicitud fue denegada, aún cuando la artista dijo que no volverá a actuar si su padre sigue a cargo de su carrera.
The New York Times presents: Framing Britney Spears fue emitido el pasado viernes 5 de febrero a través de Hulu.