A contramano de lo que la vida de cualquier artista suele dictar cerca de su epílogo, Ridley Scott (83) impone un ritmo propio y trepidante: al finalizar las dos primeras décadas de este siglo, su balance fue que sumó más películas como director en los últimos 20 años, que en su cosecha fílmica entre los 70 y los 90. Quince y diez títulos es el conteo de cada periodo, aunque puede que haya quienes repliquen que en sus primeros años se encuentra lo mejor de su cine, desde Los duelistas y Alien: El octavo pasajero hasta Thelma y Louise.
Como sea, el realizador nacido en South Shields en 1937 apunta a un nuevo decenio tan prolífico como los dos anteriores. Es, después de todo, el hombre que en 2016 lanzó que “la idea de la jubilación es impensable para mí”, cuando la American Cinematheque de Los Angeles premió su carrera. También el veterano que detesta las vacaciones y tiene como norte en sus filmaciones que “cada vez que pierdes el tiempo, pierdes dinero”.
Como trabajador compulsivo, no le debe haber hecho ninguna gracia tener que suspender las filmaciones de The last duel hace un año, sobre todo porque el estreno se planificaba para la Navidad pasada. Pero Scott puede contarse entre los que empezaron una película antes del golpe del coronavirus y lograron terminarla apenas volvieron los primeros rodajes.
Ambientada en la Francia del siglo XIV, la historia sigue a Jean de Carrouges y Jacques Le Gris, amigos cuya relación se fractura cuando el primero, al regreso de la guerra, acusa al segundo de haber violado a su esposa, Marguerite. El caso llega hasta las manos del rey Carlos IV de Francia, quien resuelve que se enfrenten en un duelo a muerte que será interpretado como voluntad divina.
Es la clase de película histórica que se la da bien al cineasta, aquí blindado por un reencuentro creativo y personal. El papel de De Carrouges es de Matt Damon (con quien hizo Misión de rescate) y el del monarca recae en Ben Affleck, por lo que la cinta es también el primer filme entre los amigos de infancia que en 1997 protagonizaron –y ganaron el Oscar a Mejor guión original por– En busca del destino, de Gus Van Sant.
Ambos escriben el guión de The last duel a seis manos con Nicole Holofcener (¿Podrás perdonarme?) a partir de la novela de 2004 de Eric Jager (The last duel: A true story of trial by combat in medieval France) y estelarizan la película junto a Adam Driver y Jodie Comer, Le Gris y Marguerite en la ficción, respectivamente.
También marcada por un componente fatal, House of Gucci sigue los hechos que desencadenaron la muerte de Maurizio Gucci, en marzo de 1995 en Milán. El nieto de Guccio Gucci, fundador de la histórica empresa de moda italiana, falleció a manos de un sicario cuando un día cualquiera llegaba a la oficina en que trabajaba. El giro siniestro es que el hombre fue contratado por su exesposa, Patrizia Reggiani, quien en 1998 fue condenada a 29 años de prisión y liberada en 2016 luego de su buen comportamiento.
De ascendencia Italiana por parte de ambos padres (e impulsada por su nominación a los Oscar a Mejor actriz por Nace una estrella), Lady Gaga encarna a Reggiani en el filme, que reveló una primera imagen en que luce irreconocible junto a Adam Driver, el heredero de la dinastía en la ficción.
Al Pacino, Jared Leto y Jeremy Irons interpretan a otros miembros del clan Gucci, mientras que la historia se construye a partir del libro de la periodista Sara Gay Forden sobre el caso, House of Gucci: A sensational story of murder, madness, glamour, and greed (2000).
Aunque Ridley Scott acaba de comenzar su rodaje, el estreno de la película se contempla para noviembre de este año, un mes después de la fecha que tiene por ahora The last duel. Si la programación se mantiene, el director lanzaría por tercera vez dos cintas en un año (en 2001 debutaron Hannibal y La caída del halcón negro, y en 2017 Alien: Covenant y Todo el dinero del mundo), demostrando por enésima ocasión su plena vigencia y practicando su habitual eclecticismo.
Ahora, en vez de darse un respiro, el británico tiene completamente definido cuál será su siguiente largometraje: Kitbag, su película sobre Napoleón Bonaparte con Joaquin Phoenix en el rol principal comenzaría a filmarse a inicios de 2022 y se perfila como uno de los proyectos más ambiciosos de Apple, que financiará y distribuirá la cinta.
El eje de la épica es el ascenso de Bonaparte como emperador, así como también su turbulenta relación con su esposa Josefina. “Él conquistó el mundo para tratar de ganarse su amor, y cuando no pudo, lo conquistó para destruirla, y se destruyó a sí mismo en el proceso”, definió Scott a comienzos de año sobre su reencuentro con Phoenix después de Gladiador.
Eso sí, antes de poder ver cualquiera de sus nuevas películas, en junio llegará a Latinoamérica la serie Raised by wolves, recibida con comentarios mayoritariamente positivos en su debut en EE.UU. y con segunda temporada ya confirmada.
Productor ejecutivo de The good wife y Taboo, el cineasta suma aquí a sus labores la realización de los dos episodios iniciales del título de HBO Max, marcando la primera vez en más de medio siglo que se pone detrás de las cámaras de una ficción televisiva.
En ese medio se trabaja la primera serie sobre Alien, que estará bajo la batuta de Noah Hawley (Fargo) y también contaría con la producción del responsable de Blade runner. La trama sería la primera historia de la saga ambientada en la Tierra y se emitiría a través del canal FX.
Aunque el británico tampoco se olvida de su idea de filmar una tercera precuela de la franquicia, después de Prometeo y Alien: Covenant. A sus 83 años, Ridley Scott no imagina ponerle punto final a su carrera.