Ante un jurado, y quizás también ante su Dios, Esty Shapiro canta. Desprovista de acompañamientos musicales y en una ciudad que no conoce, interpreta una canción –algo prohibido para las mujeres de su comunidad– y elige una composición típica de su cultura que acompañó su propio matrimonio, Mi bon siach.
En la piel y voz de Shira Haas (25), la escena es uno de los momentos más devastadores y bellos que ha entregado la televisión desde que la vida se volcó al confinamiento. Ubicada al término del cuarto y último capítulo de Poco ortodoxa, la secuencia es también el cierre de una actuación portentosa. La revelación de un talento que, como resumió la cocreadora Alexa Karolinski, “necesita sólo mover una parte de su cara para hacerte llorar o reír”.
Así también lo reconoció el mundo y la industria, que celebró con nominaciones a los principales premios (Emmy, Globos de Oro, Independent Spirit Awards) su protagónico en la ficción de Netflix, como una joven que abandona su comunidad de judíos jasídicos en Nueva York y viaja hasta Berlín.
El gran salto de una actriz que, sin embargo, llevaba casi una década curtiéndose en personajes dramáticos y exigentes. Su primer papel en cine fue el rol central de la película Princess (2014), sobre una niña de 12 años que sufre una relación sexualmente abusiva por parte de la pareja de su madre.
Antes la nacida en Tel Aviv fue parte del elenco de Shtisel, la popular serie ambientada en una comunidad judía ultraortodoxa de Jerusalén que le dio el papel de Ruchami, la nieta del rabino que encabeza la historia. Quizá sus nuevos representantes –la agencia CAA, una de las mayores de Hollywood– hubieran querido algo diferente para Haas, pero desde antes de la pandemia tenía definido grabar la tercera temporada del drama israelí.
Disponible desde el jueves 25 en Netflix, el último ciclo de la producción le otorga nuevos matices a su personaje, ahora casada y encarando distintos obstáculos en la conservadora comunidad que habita. Un rol que la devuelve a la pantalla bajo una interrogante: ¿cómo reinventará y dará el impulso final a una carrera globalmente conocida por interpretar a ciudadanas de los grupos judíos más conservadores?
Corta de palabras a la hora de abordar lo que viene, define su trayectoria en la actuación como un viaje a Narnia, una inmersión en una dimensión deslumbrante y desconocida. Aspira a que sus siguientes papeles –hablados en hebreo, yidis, alemán o en cualquier idioma– se vuelvan tan universales como las mujeres de origen conservador que ha encarnado.
“Personajes diferentes que, aunque seamos distintos a ellos, pueden conectarnos a todos. Y seguir contando historias significativas”, afirmó al portal Deadline tras enterarse de su nominación a los últimos Globos de Oro.
Nadie podría negar que su primer proyecto confirmado tras convertirse en una estrella cumple con esos atributos. Bajo la producción ejecutiva de Barbra Streisand, Haas interpretará a Golda Meir en una serie realizada por MGM y que adaptará el libro biográfico Lioness: Golda Meir and the Nation of Israel. Una trama que abarcará desde su infancia hasta su irrupción como la primera y hasta ahora única mujer en ocupar el cargo de primera ministra de la nación.
Aunque su protagónico en Poco ortodoxa se inspiraba en las experiencias de la escritora Deborah Feldman, la actriz nunca ha encarnado un rol de esa envergadura, que además cuenta con el peso histórico de haber sido interpretado por una leyenda como Ingrid Bergman en un telefilme de 1982 que le concedió un Emmy póstumo. Rebosante de talento, Haas va por el premio mayor y por sacudirse de los personajes que le reportaron fama mundial.