“Después de dos años de no poder celebrar el festival, nos apetecía que nuestra vuelta fuera espectacular”, dice a Culto Joan Pons, vocero de Primavera Sound, sobre un objetivo que, al menos en su primera parte y hasta que la pandemia no diga otra cosa, parece cumplido con creces.

Tras postergar en dos ocasiones su realización, la de 2020 y la que se haría este año, el gigantesco festival de Barcelona, probablemente el más importante de los eventos de este tipo surgidos en este siglo a nivel mundial, apuesta todas sus fichas para volver en plena forma y con una edición XL en junio de 2022, con un cartel revelado esta semana que incluye -hasta ahora- a cerca de 400 artistas capaces de despertar el apetito de fiesta y masividad hasta del más incrédulo o temeroso.

The Strokes, Nick Cave and the Bad Seeds, Dua Lipa, Tame Impala, Tyler, The Creator, Gorillaz, Beck, Megan Thee Stallion, el regreso a los escenarios de Lorde -aparentemente con nuevo disco- y la reunión de Pavement son algunos de los puntos altos de la mastodónica parrilla, además de Massive Attack, Jorja Smith, Interpol, Yeah Yeah Yeahs, C. Tangana y la chilena Paloma Mami, entre otros nombres que estaban confirmados para el año pasado y que aseguraron su presencia para 2022, junto a otros 200 que se suman a la cita. Un anuncio de envergadura tal que repercutió en varios rincones -en Chile llegó a ser trending topic- y generó un efecto inmediato en la alicaída industria global de la música en vivo.

Dua Lipa, una de las confirmadas para el festival español.

Pero además del ambicioso cartel, es el modelo que implementa Primavera Sound 2022 el que alimenta la ilusión y pareciera mostrar la luz al final del túnel para el mundo de los espectáculos en la era Covid, con un diseño de festival que se expande a dos fines de semana en el Parc del Fórum -su epicentro habitual- durante los dos primeros fines de semana de junio; un innovador circuito de shows que involucra a más de 10 salas y recintos cerrados de la ciudad, las que albergarán conciertos durante la semana y se reactivarán recibiendo ingresos por venta de alimento, comida y porcentaje de entradas; un salto importante en compromiso medioambiental y una parrilla nuevamente paritaria  -al igual que en 2019- con la misma cantidad de artistas hombres y mujeres, entre otros aspectos que sintonizan con las necesidades del presente.

“Hay una parte romántica, que es la de devolver la ilusión de ver música en directo, algo que creemos que vale la pena. Mirar hacia adelante y ver que el futuro que está por venir es ilusionador, que se van a poder hacer eventos culturales como nunca se han hecho antes. Porque el público va a tener la ilusión reforzada, vamos a intentar entre todos volver a celebrar un acontecimiento cultural en directo de la mejor manera posible”, comenta Pons, Director de Comunicaciones de Primavera Sound.

Para llegar a este punto, la producción trabajó activamente en la implementación de un protocolo de reapertura para el sector en España y en dos comentados ensayos clínicos realizados en Barcelona en los últimos meses: uno en la sala Apolo para mil personas y otro para 5 mil asistentes en el Palau Sant Jordi con Love of Lesbian como protagonistas. Y aunque los promisorios resultados no son necesariamente extrapolables a un diseño de festival al aire libre, sí allanaron el camino para la reapertura de España a los espectáculos con público en recintos cerrados, para un ciclo de recitales que la misma productora hará en salas a mediados de este año y también para los shows que Primavera Sound 2022 tendrá en recintos techados.

“Hay un elemento de responsabilidad con la ciudad. Nosotros hace años que hacemos un esfuerzo por ser un festival integrado en la ciudad, en este caso Barcelona, pero también con Porto y con la versión que íbamos a hacer en Los Angeles que se pospuso. Queremos estar integrados en la ciudad y que la ciudad sea partícipe del festival”, explica Pons, quien asegura que la implicación y la coordinación con las autoridades catalanas fue clave, así como la buena disposición del ayuntamiento local para acordar el regreso del evento.

“Las medidas sanitarias decretadas por la autoridad siempre las hemos seguido y por eso de hecho no hacemos el festival este año. Porque sabemos que en 2021, dentro de la fase de la pandemia en la que estábamos, un festival como Primavera Sound adaptado a las limitaciones que nos exigen las autoridades no sería Primavera Sound, sería otra cosa, o un modelo de festival que se parecería poco a nosotros”, dice.

“Entonces lo que les planteamos y ellos a nosotros fue: si esto lo pasamos a 2022, ¿qué pasa? Nadie ha visto el futuro, nadie sabe qué medidas va a haber en junio de 2022. Entendemos que las medidas que haya nosotros las cumpliremos. Si hay que seguir yendo con mascarilla, se cumplirá. O quizás habrá un carnet de vacunación, no lo sabemos, pero nosotros nos adaptaremos”, agrega Pons.

Lorde volverá a los escenarios -y aparentemente con nuevo disco- en Primavera Sound 2022.

¿Cómo han sido las conversaciones y negociaciones con los artistas? Entendiendo que muchos de ellos estaban programados para 2020 y que las condiciones sanitarias han ido cambiando y siguen teñidas de cierta cuota de incertidumbre. Había incluso grupos, como Pavement, que postergaron su reunión dos años para materializara en Primavera Sound 2022.

Hubo una gran predisposición de parte de los artistas y de las agencias de negociación de artistas, de ayudarnos en lo que fuere. Porque los principales afectados son ellos. Si no tocan, si no suben a un escenario, su propuesta se queda en algo parcial, pierde parte de su atractivo. Yo estoy convencido que algunos artistas no han sacado material nuevo porque no lo pueden presentar. Están igual de afectados que nosotros.

¿Han cambiado las condiciones o las cláusulas en los contratos con los artistas a partir de la pandemia?

Bueno, hay uno clarísimo que es que en los contratos no había ninguna cláusula de cancelación por pandemia global. Es un chiste pero no es un chiste. Estaban previstas las causas por fuerza mayor, pero pandemia global no lo tenía contemplado nadie. Ahora sí está pero no deja de ser una letra pequeña que esperemos que no vuelva a repetirse con la gravedad que ha sucedido ahora. Pero no nos hemos puesto ninguna limitación. Tenemos artistas que vienen de Nueva Zelanda, de Sri Lanka, de Chile tenemos a Paloma Mami. De todos los rincones del planeta. ¿Cómo confiamos en que de aquí a un año no debería haber problemas de cuarentenas en esos países, de restricciones en los vuelos? Creemos que será mas fácil. Y si no lo es, aplicaremos la normativa que toque en cada caso.

¿Cuánto incidió el éxito de los ensayos clínicos que organizó la producción del festival en este regreso y en este nuevo modelo del evento?

Fuimos pioneros e impulsadores de estos ensayos clínicos. Quisimos buscar soluciones y una que se nos ocurrió fue el test de antígenos como herramienta que permita a la gente estar en un concierto sin distancia social. Hicimos una prueba en diciembre en la sala Apolo para mil personas, y luego contribuimos a un concierto mayor para 5 mil personas en el Palau Sant Jordi con Love of Lesbian. Ahí pusimos toda nuestra logística, porque en realidad un conjunto de festivales y promotores se unieron bajo el paraguas de “Cultura Segura” para intentar llevar ese modelo de prueba. Era una inversión para ver qué se podía rescatar para seguir haciendo música. En festivales vimos que era muy complicado aplicarlo, porque hay muchas variables que hacían que los resultados del Apolo o Palau no fueran aplicables a un festival, pero sí a una feria gastronómica, a un evento deportivo, a cualquier evento en espacios cerrados.


La realidad en Chile

El anuncio de Primavera Sound, sumado al regreso de los eventos en Estados Unidos para este verano boreal -con Lollapalooza Chicago fijado para fines de julio- vuelve a instalar preguntas sobre la posible reapertura de los eventos en vivo en Chile, donde si bien el proceso de vacunación avanza a mucho mejor ritmo que en casi la totalidad de Europa, las cifras de contagio de Covid-19 vuelven a ir al alza y debuta un carnet de movilidad para los vacunados, configurando un panorama algo contradictorio y aún incierto.

La coyuntura social y política, el repliegue de los auspiciadores y las cifras de contagio que exhiben otros países de la región complejizan todavía más la ecuación para el eventual retorno de la actividad en vivo en Chile, que hasta ahora tiene como único hito aún en pie el Lollapalooza santiaguino de noviembre próximo. A esto se suman los reclamos de los productores de conciertos -agrupados en AGEPEC- por la falta de respuesta de las autoridades a las propuestas y protocolos que han enviado desde el año pasado para coordinar un camino a la reapertura, similar al de industrias como el fútbol, las aerolíneas o la gastronomía.

Incluso, un productor de conciertos -que prefiere mantener su nombre en reserva- cuenta que en los últimos meses ofreció a la autoridad sanitaria implementar en Chile sin costo los ensayos clínicos que se realizaron en salas de shows en España, a cargo de los mismos profesionales que lideraron los experimentos en ese país, aunque sus mensajes habrían quedado nuevamente sin respuesta.

“La apuesta de AGEPEC y de otros gremios es empujar por un protocolo centrado en la trazabilidad y el control de ingreso, que también sirva para otras actividades económicas”, indicó a este medio Francisco Goñi, de la asociación gremial que reúne a los productores de espectáculos en Chile, en marzo. “Tenemos toda la tecnología y herramientas para hacerlo, pero tenemos una autoridad que no tiene ni la intención ni ve la necesidad de que el sector vuelva a operar”, agregó.

La versión chilena de Rock in Rio fue pospuesta y aún no tiene fecha definitiva para su estreno.

“Creo que (la autoridad) no está teniendo una visión macro, están reticentes a que una reactivación de la industria pueda significar un foco de contagio”, complementa Felipe Araya, de la productora Rock Santiago, quien tiene el acuerdo para realizar la primera versión local de Rock in Rio, anunciada originalmente para este año y actualmente pospuesta y aún sin fecha oficial para su realización.

“Si hoy tuviéramos los estudios clínicos que han hecho en Estados Unidos, en Inglaterra, en Holanda, en España, claramente la autoridad tendría una herramienta para definir protocolos para ir abriendo distintas áreas. Desde el fútbol hasta las industrias creativas, que están super dañadas”, agrega el promotor, quien reafirma que el aterrizaje en Santiago de Rock in Rio sigue en pie para 2023 o 2024, al tiempo que destaca el modelo que implementa Primavera Sound para el sector a nivel mundial.

“Lo que está haciendo Primavera Sound, por su importancia, es levantar la industria en Europa y por eso apostaron por una edición 2x1. Es un tremendo ejemplo de que con preparación se pueden hacer eventos y cada vez más grandes”, asegura Araya.

Sobre la potencial expansión de Primavera Sound a otros territorios a futuro, como Latinoamérica, Pons señala: “Nosotros ya tenemos ediciones en otros países, como Portugal o Los Angeles, que aún no hemos podido celebrar. Para nosotros poder hacer un festival como Primavera Sound en Latinoamérica sería un sueño y Chile sería un país ideal en ese sentido”.