Es un día de cielo especialmente pálido en Lima. De “panza de burro”, como le llaman allá al fenómeno meteorológico en el que las nubes de baja altura se convierten en pantalla solar y provocan un descenso en la temperatura. Y aunque los rayos de sol por lo general escasean en la capital peruana, los duros efectos de la pandemia y el ambiente de desconcierto generalizado en el país vecino a una semana de las elecciones parecen acrecentar el ánimo gris de la tarde limeña y de una de sus hijas más ilustres.
“A veces está bonito pero ahora está bien triste”, describe al otro lado del teléfono la cantante Eva Ayllón (65), una de las máximas exponentes de los ritmos criollos y afroperuanos de ese país. Tras medio siglo de carrera ininterrumpida, la llamada “Reina del landó” debió presionar -como todos sus colegas- el botón de pausa de un día para otro, lo que reconoce “fue terrible”. Pero luego de meses de angustia, de muertes cercanas y de encierro forzoso dedicados a ver televisión y a actividades domésticas, la heredera de Chabuca Granda sintió que era suficiente y se entregó a las posibilidades que entrega la tecnología para volver a conectar con su público.
“Soy una de las más afortunadas, soy de las que más trabaja, con más colaboraciones, y estoy todo el tiempo buscando cómo hacer música, cómo hacer shows, buscando repertorio. Trato de estar lo más ocupada posible” dice Ayllón, quien en los últimos meses presentó un concierto virtual para el Día de la Madre y otro dedicado al cancionero popular en español de los 60 y 70, con sus propias versiones de éxitos de Nino Bravo, Raphael, Los Iracundos y clásicos chilenos como Los Ángeles Negros y Los Galos.
Bajo ese mismo formato, la llamada “Voz de Oro del Perú” presenta este mes “Eva Ayllón & Jean Pierre Magnet: Nuevos Rumbos - Septeto”, un espectáculo que la une al saxofonista peruano y a una banda de otros cinco reconocidos instrumentistas de su país, grabado recientemente en el Gran Teatro Nacional de Lima. El show, que combina la música criolla y el bolero con el jazz, será exhibido el próximo sábado 26 de junio en diversos países, con una función agendada para las 21:00 horas de Chile a través de la plataforma PuntoPlay (y entradas a la venta en el mismo sitio).
“Estoy muy emocionada. Nos dimos cuenta que podíamos pasar fronteras, porque en los conciertos que he tenido la oportunidad de hacer veía que mucha gente de Chile, de Argentina, hasta gente de Europa o Estados Unidos compraban las entradas. Entonces lo que le sugerí a Jean Pierre es que buscáramos gente que tuviera algo que ver con el arte en esos países para poder entrar a una ticketera extranjera. No es porque yo esté ahí pero el espectáculo es hermoso. Hemos tenido una gran complicidad para hacer los temas y es muy colorido, cada canción tiene un color distinto”, adelanta la solista sobre el show, que incluirá un homenaje a su amigo Armando Manzanero y la participación de la asesora vocal de Ayllón, “a quienes la hemos obligado a cantar un tema ‘a cappella’ y lo ha hecho divinamente”.
Con la falta de actividad en vivo uno supondría que las cuerdas vocales se resienten, que necesitan mayor entrenamiento para una artista acostumbrada a cantar constantemente.
Sí, eso pasa. Y con las emociones tus cuerdas vocales y todo tu cuerpo se contrae, se estresa, se deprime. Entonces ella me protege mucho, me exige y me sube al estudio y ensayamos. Estoy siempre en actividad con el favor de Dios.
A propósito de emociones, ha dicho que el encierro y la pandemia le pegaron fuerte en el ánimo, que estuvo mucho tiempo bajoneada en su casa antes de volver a cantar.
Para mí fue terrible. Ahí es cuando aprecias la libertad, cuando no puedes salir de la casa. Y cuando sales tienes que andar todo “enfardelado” como decimos aquí, como momia, entre la máscara, el protector facial, un overol especial, la boca y los ojos tapados... mis hijos me pedían calma, me tenían aquí encerrada. Me he vuelto adicta a la televisión porque no hay otra cosa que hacer. Pero sí fue muy triste y doloroso para mí tantos muertos entre amigos, familia, compañeros de trabajo. Fue y sigue siendo malísimo porque la gente sigue desapareciendo por el Covid.
De hecho, incluyen en este show un homenaje a Manzanero, quien murió en diciembre por complicaciones derivadas del virus, con versiones de Voy a apagar la luz y Esta tarde vi llover.
Con Jean Pierre lloramos en ese momento porque lo conocimos mucho, fue nuestro amigo, de llamarnos por teléfono, de ir a su casa cuando estábamos en México. Lo hemos sentido bastante.
¿Por qué decidió homenajear a la Nueva Ola y a grupos como Los Ángeles Negros en uno de sus últimos espectáculos online?
Yo nací en esa época, soy del año 56 entonces conozco lo mejor de Los Iracundos, de Los Ángeles Negros, de Los Galos, de Buddy Richard, de Nino Bravo, de Raphael. Yo soy de esa época. Entonces dije “no me puedo ir de este mundo sin hacer un homenaje a las canciones que me marcaron de niña, de adolescente”. Y después para el Día de la Madre hicimos un show de boleros precioso.
Hace un tiempo sacó una versión de Mal paso con una nueva letra para concientizar a los peruanos del distanciamiento social. ¿Ha estado creando nueva música en estos meses de encierro?
Bueno, Pedrito Suárez-Vértiz, que es un músico amado aquí, hizo el Mal paso y le cambió la letra para hablar sobre la pandemia. Pero tengo la fortuna de tener un home studio acá, donde trabaja mi hijo menor. Y con mi productora hemos podido hacer cinco producciones hermosas, dos nominadas al Grammy. Y ya tenemos un plan para hacer desde la primera canción que canté hasta la que estamos haciendo ahora, porque lamentablemente esas producciones no me pertenecen, sino que a la disquera que me tenía contratada. Pero como estoy haciendo un recuento de todo, ese repertorio va a ser exclusivamente mío. Vamos a estar sacando varios discos hasta lograr el objetivo de tener todo mío.
¿Cómo percibe actualmente la situación para los trabajadores de la cultura en Perú? Aquí en Chile, al menos, los artistas vienen reclamando hace un año por falta de apoyo del estado, por una cierta invisibilización por parte de las autoridades.
Lamentablemente acá es igual. Nosotros nunca hemos tenido una ley que nos proteja entonces hay mucho intérprete adulto mayor en la total pobreza, ignorados por la gente, olvidados. No tenemos ese famoso apoyo. Yo desde que tengo uso de razón artístico siempre he pedido eso a las autoridades pero nunca he logrado nada. Entonces aquí cada uno baila con su pañuelo. Y yo soy una de las más afortunadas, soy de las que más trabaja, con más colaboraciones. Trato de estar lo más ocupada posible y como una bendición me ha llegado la oportunidad de ser nuevamente coach en la cuarta edición de (el programa de TV) La Voz Perú, donde esperamos sacar la mejor voz del Perú.
¿Cuál es su mirada de la actual situación política y social en su país, donde a más de una semana de las elecciones las autoridades electorales aún no proclaman al nuevo presidente?
Yo soy apolítica, nunca me ha gustado hablar de política, ni de fútbol ni de religión, porque es un nunca acabar. Pero sí veo con preocupación que no estamos llegando a nada, que hay muchos problemas para nuestro nuevo presidente o presidenta. No sé qué es lo que va a pasar, estoy muy intrigada y la gente está muy asustada. Me he dado cuenta al salir a la calle que hay muchos letreros de “se vende” en las casas y eso es muy triste, muy preocupante.
El contexto global ya es de incertidumbre, esto lo vuelve todavía más angustiante.
O sea, además de la pandemia, además del bendito hongo que no qué cosa, ahora no sabemos qué va a pasar con nuestras vidas en nuestra tierra, entonces es problemático.