En medio del desconcierto y el estancamiento generado por los primeros meses de cuarentena, los elencos de series como Malcolm, Community y Hannibal decidieron regalarles a sus seguidores un puñado de reuniones por videollamada. Algunas funcionaron mejor que otras, pero a la larga constituyeron un rito para la industria que no se explica sin el periodo de confinamiento total que tuvo a todas las estrellas y creadores en casa sin poder salir a rodar.
El mexicano Manolo Caro fue algo más allá y durante la cuarentena empezó a imaginar una forma de traer de regreso a los protagonistas de La casa de las flores. Un retorno con bastantes matices, porque la despedida original de la historia se concretó justamente al comienzo de la pandemia, cuando en abril de 2020 lanzó los 11 capítulos finales de su tercer ciclo en Netflix, incluido un episodio final con invitados especiales y toda la fanfarria propia de un adiós en clave de melodrama.
Cecilia Suárez, su amiga y musa desde antes que la plataforma de streaming se interesara en realizar ficciones en Latinoamérica, se sorprendió tanto como cualquier fan con la idea que le transmitió el director y guionista hace un año: filmar una película que trajera de vuelta a su personaje, Paulina, y a la extravagante familia que encabeza, los De la Mora.
“Cuando se bajó la cortina, en la tercera temporada, realmente creíamos que era el final de La casa de las flores. Esta inquietud surgió a partir del confinamiento”, dice la actriz en diálogo con Culto. A las puertas del estreno en el servicio de streaming, este miércoles 23, añade: “Este impulso, este ímpetu corresponde a ese deseo de que la gente en este momento en particular se divierta y la pase bien. Pero ya más adelante, no sé. Yo creo que Manolo tiene ganas también de moverse en otras direcciones, y lo ha hecho, lo ha hecho creo que estupendamente bien”.
De estrenar juntos en octubre su miniserie ambientada en la España franquista, la irregular Alguien tiene que morir (Netflix), Suárez y Caro vuelven a unir fuerzas en un largometraje de hora y media en que los De la Mora planean un robo que responde algunas interrogantes que vinculan el pasado y presente de la familia.
“Hay muchísima acción en esta película, y ellos (los personajes) tienen un objetivo muy específico. Para todos los involucrados es regresar a un lugar de cariño y un lugar familiar donde nos sentimos muy cobijados por toda la familia que hacemos La casa de las flores”, señala la intérprete.
Suárez subraya que al terminar de grabar el tercer ciclo practicaron el “hasta siempre” de rigor. Por lo mismo, hoy prefiere la cautela y no le cierra la puerta a volver a interpretar a Paulina de la Mora en algún momento: “Ya no me atrevo a decir, ‘este es el final’, en principio porque no soy yo quién decide eso y porque uno nunca sabe. Si algo nos ha enseñado la pandemia es que uno nunca sabe”.
“El entendimiento que hemos logrado a nivel creativo es bien particular y creo que ambos lo apreciamos con enorme agradecimiento y respeto mutuo y cariño. Siempre que él llega con un proyecto, no hay duda en mi cabeza”, indica sobre su lazo con Manolo Caro, su socio en Perfectos desconocidos (2018) y La vida inmoral de la pareja ideal (2016), pero no en Érase una vez… Pero ya no, la serie musical y fantasía que el realizador acaba de terminar de filmar con Sebastián Yatra, Daniela Vega y Rossy de Palma.
Por su cuenta, la actriz estrenó a inicios de año una miniserie española en Amazon Prime Video (3 Caminos) y hoy, según dice, está por comenzar el rodaje de una nueva película. En ningún caso, por cierto, se obsesiona con desarrollar una carrera en Hollywood, una meta final que en plena era del streaming ya no es tal.
“Yo creo que con las plataformas todo eso realmente ha cambiado, específicamente en el mercado en español. Se nota muchísimo el ir y venir de un lado a otro y que eso en gran medida ha ayudado a que podamos ver el trabajo que se hace en otros países de habla hispana”, sostiene.
“Un principio que rige en cualquier mercado es que no acepto cualquier papel y no lo digo de manera petulante (…) Una vez que te involucras en un proyecto, te roba casi todo lo demás. De modo que al menos en mi caso tiene que ser un proyecto que realmente me guste y tenga ganas de hacer y que le encuentre algún significado al hacerlo. Eso es independientemente del país o del idioma en que se vaya a contar o rodar la historia. Es importante que sea algo que tenga algún propósito más allá de entretener”.