A bordo de un vehículo de segunda mano que bautizó como Van Halen, la periodista Jessica Bruder inició en 2014 un viaje por la carretera con el fin de intentar descifrar una historia poco conocida que se enlaza con la crisis económica de 2008.
Tres años después, luego de acumular entrevistas y kilómetros recorridos, la escritora tenía un elogiado libro en sus manos, Nomadland: Surviving America in the twenty-first century, una crónica que reúne los testimonios de la creciente población estadounidense que, ante los golpes del sistema, optó por transformar su día a día: cambiar una casa por una furgoneta, trabajar en empleos temporales según el cambio de estación y unirse a otros que comparten ese estilo de vida en puntos de Dakota del Norte, California y Texas.
Su relación con esos personajes, los llamados nómadas norteamericanos del siglo XXI, podría haber finalizado en las 320 páginas que componen la edición original de su publicación. “Tengo muchos amigos que trabajan en no ficción y de los que escuchas que tal vez alguien esté interesado en sus historias pero nunca se convierten en una película”, dice Bruder, aún sorprendida con que su libro haya inspirado una cinta. Fuera de todas sus proyecciones estaba que Nomadland se alzara como un hito cinematográfico (este lunes en salas chilenas con funciones de preestreno, en la previa a su debut oficial, el jueves), dueño del León de Oro del Festival de Venecia 2020 y de los Oscar a Mejor película, Mejor dirección (Chloé Zhao) y Mejor actriz (Frances McDormand).
En diálogo con Culto, la autora lo pone en estos términos: “No sé si alguien más que Chloé y Frances podrían haber logrado algo como esto, porque es una historia muy inusual para llevar a la pantalla grande. Pero estoy muy contenta de que lo hayan hecho”.
Luego de que la actriz-productora y su socio Peter Spears adquirieran los derechos para concretar la adaptación y comprometieran a Zhao como directora, Bruder fue invitada a participar del proceso de la cinta. En calidad de asesora de producción, les compartió “toneladas de materiales que nunca terminé usando”, además de conectar al equipo con personajes como Linda May, Swankie y Bob Wells, los mismos nómadas que la periodista conoció durante su investigación y que aparecen en la película interpretándose a sí mismos.
Por cómo su cine funde la creación propia con elementos del documental, Zhao imaginó a Fern (McDormand) como un personaje ficticio que se acomoda a la realidad capturada en el libro. “Como escritora de narrativa de no ficción, el hecho de que ella se adentre en las personas que está filmando es algo con lo que definitivamente me puedo identificar. Y vi The rider y Songs my brothers taught me antes de que empezáramos realmente con Nomadland, ambas me gustaron mucho y eso me dio confianza”.
Aunque la película desarrolla una poética propia, Zhao se ajusta a la perspectiva del libro, en el que Bruder quería aprovechar su foco de estudio para tomar una instantánea del Estados Unidos del siglo XXI, la desigualdad y las nociones de colectivo e individuo, en vez de priorizar algún tipo de tesis sobre la Gran Recesión.
“Creo que nuestro país ha estado muy dividido, incluso más desde que escribí el libro, que salió antes de la administración Trump”, opina la periodista, quien no sólo ha comprendido a los nómadas al desarrollar su trabajo, sino que ha forjado una amistad con muchos de ellos.
“Creo que nos necesitamos unos a otros para darle sentido al mundo. Mucha gente, cuando ven a las personas que viven en furgonetas, identifican independencia y libertad. Pero lo que yo veo es un tipo diferente de unión, veo personas que encuentran amigos a los que perciben como una familia que los comprende. Esa no es toda la historia, pero es una parte importante de ella”.