El Festival de Cannes cerró este viernes su maratón de estrenos, con una crítica que apuesta por coronar por tercer año consecutivo una cinta asiática, la japonesa “Drive my car”, aunque las sorpresas de última hora son también marca del mayor certamen de cine del mundo.

“Nitram”, del australiano Justin Kurzel (“Assassin’s Creed”) y “Les intranquilles”, del belga Joachim Lafosse, fueron las últimas películas en proyectarse de las 24 que compiten este año por la Palma de Oro, el mayor número de los últimos tiempos.

La primera, un retrato del autor de una matanza que en 1996 dejó 35 muertos en la isla de Tasmania, suscitó polémica en Australia incluso antes de su estreno, especialmente entre las familias de las víctimas.

“La película ha generado muchos debates y odio”, admitió a la AFP Kurzel. Pero lo que busca ante todo es “comprender cómo pudo cometerse un acto semejante”, agregó.

“Les intranquilles”, un drama sobre el trastorno bipolar basado en la experiencia del propio director, bajó por su parte el telón de esta edición, que marcó el retorno del cine mundial a La Croisette tras la anulación del certamen el año pasado debido a la pandemia.

El palmarés se anunciará el sábado después de una jornada de deliberaciones a puerta cerrada por parte del jurado presidido por el cineasta estadounidense Spike Lee.

Murakami, en competición

La crítica internacional coincide hasta el momento en que “Drive my car”, del japonés Ryusuke Hamaguchi, se merece la Palma de Oro, aunque “Memoria” también cosechó un excelente apoyo, según recoge el panel de especialistas la revista Screendaily.

Basado en un relato de Haruki Murakami, uno de los novelistas contemporáneos más celebrados, el filme avanza en el tiempo de la misma forma en que sus protagonistas, un dramaturgo y su joven chófer femenina, recorren día tras otro la ciudad de Hiroshima, donde el primero ensaya “Tío Vania”, el clásico de Anton Chéjov.

La película, la más larga de toda la competición (2h59), va acercando estos personajes atormentados por la muerte de un ser querido a medida que van derrumbando el silencio en el que llevan años sumidos.

“Absorbente”, “profundamente conmovedora”... son algunos de los elogios que brindó la crítica internacional a la película de Hamaguchi, que ya compitió en 2018 en Cannes.

El vuelco de 2019, con Almodóvar

De ganar, supondría la tercera Palma de Oro asiática consecutiva, después de “Un asunto de familia”, del también japonés Hirokazu Koreeda (2018) y de “Parásitos”, del surcoreano Bong Joon-ho (2019).

En esa última edición, este “thriller” tragicómico que posteriormente arrasó en los Óscar se estrenó casi al final del certamen y dio un vuelco a las quinielas, en detrimento de la hasta entonces favorita, “Dolor y gloria”, de Pedro Almodóvar.

Además de las sorpresas de último minuto, la historia del Festival de Cannes también ha demostrado que crítica y jurado no tienen por qué ir de la mano.

Fue el caso por ejemplo en 2010, cuando nadie vio venir la Palma de Oro para Apichatpong Weerasethakul, por “El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas”.

El tiempo pasado en Colombia

Y el director tailandés, que se caracteriza por una filmografía alegórica admirada por sus colegas y grandes cinéfilos pero incomprendida por el gran público, volvió este año a la competición con “Memoria”.

Para su primera película rodada fuera de Tailandia, el cineasta escogió Colombia, ante cuya naturaleza se puede sentir “la humanidad” y se es “consciente del tiempo pasado”, según dijo a la AFP.

El musical “Annette”, “Un héroe”, del oscarizado director iraní Asghar Farhadi, y la noruega “The worst person in the world”, un estudiado retrato de los milenials, también convencieron a la crítica entre las películas aspirantes.

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