Habitualmente, el festival literario Centroamérica Cuenta se desarrolla en Nicaragua, pero dado que el director del certamen, Sergio Ramírez, se encuentra con una orden de arresto emitida por la fiscalía de su país acusándolo de “lavado de dinero, bienes y activos; menoscabo a la integridad nacional, y provocación, proposición y conspiración”, debió cambiar su sede 2021 para Madrid, España.
Este lunes, en horas de la tarde de Chile, el evento tuvo una sesión inaugural con un invitado de lujo, el escritor peruano Mario Vargas Llosa.
Solo a minutos de empezar, el autor de La ciudad y los perros pidió rendir un homenaje al nicaragüense. “Acaba de sufrir un atropello escandaloso que ha motivado muchas respuestas en el mundo y creo que tendríamos que rendirle un homenaje. Él es un magnífico escritor, pero también ha participado de manera muy activa en la vida política de su país y lo ha hecho siempre de la manera moderada, que es la que se asocia más a sus convicciones, a su carácter, a su manera de ser y también a su manera de escribir”.
Luego, Vargas Llosa lanzó sus dardos contra el Presidente Daniel Ortega por la orden de detención contra Ramírez: “Se ha salvado de milagro de estar en la cárcel con los otros muchos opositores que tiene esta pareja siniestra, el comandante Ortega y su esposa [Rosario Murillo]”.
Tras los aplausos que Vargas Llosa pidió para él, Ramírez tomó la palabra y relató cómo fueron los momentos en que se le notificó de su situación. “No son días fáciles los que hemos pasado mi esposa y yo para no ir a la cárcel. Estábamos en Costa Rica cuando nos llegó la orden de prisión y de esa manera hemos evitado ser uno de esos 240 presos políticos que hay en Nicaragua...la realidad de los opositores en Nicaragua es exagerada hasta para un novelista”.
Luego, Ramírez añadió una reflexión, algo hilarante, quizás para tomarse con algo de mesura su difícil situación. “Siempre me he preguntado cómo es ser un escritor sueco o finlandés, donde hay tanta apacibilidad política. En Holanda, el primer ministro va al trabajo en bicicleta, esto en Nicaragua es surrealismo. Cuando Ortega sale a la calle lleva un convoy de helicópteros y cuarenta o cincuenta vehículos”, dijo.
“Ciudadanos muy incómodos con el poder”
Posteriormente, Vargas Llosa apuntó: “Es muy difícil ser un escritor latinoamericano y no verse afectado por la política. La vida literaria suele poner en riesgo al escritor frente a la realidad. Desde luego, hay escritores que se la arreglan para escribir al margen de la política. Pero es una minoría. Si uno elige la literatura como actividad central, inevitablemente se va a encontrar con la política”.
Asimismo, el Nobel de Literatura 2010 agregó una reflexión sobre el rol de la literatura en el campo social, como una forma de forjar el pensamiento crítico. “Si el ideal de la sociedad es tener ciudadanos críticos, esos ciudadanos deben ser muy buenos lectores de literatura, porque la literatura nos enseña a estar en descontento con el mundo. Esas cosas que provocan descontento varían: hay escritores que están en contra de las cosas buenas, pero la mayoría de los escritores suelen estar en desacuerdo con las cosas que andan mal”, dijo.
“Por eso, la mejor literatura crea ciudadanos muy incómodos con el poder, y esta es probablemente la razón por la que todos los poderes sin excepción han intentado establecer un control de la literatura -añadió el autor de Pantaleón y las visitadoras-. Lo huelen: es un peligro para los poderes establecidos porque crea un malestar. Yo tengo la impresión que esa es la gran contribución de la literatura: es una fuente de insatisfacción enorme creando sociedades que tratan constantemente de corregir lo que está mal. Todas las dictaduras sin excepción crean una literatura de contrabando que generalmente existe al margen de la legalidad. Es una literatura en la que siempre se encuentra una protesta contra el mundo tal como es. Y eso ha existido desde el momento en que aparece la literatura. La literatura tiene que ver con la rebeldía que hay en todo ser humano. Esa es una gran función, aparte del placer, por supuesto”.
Ramírez, ex vicepresidente de Nicaragua y ex integrante del movimiento sandinista, agregó: “En Estados Unidos, por ejemplo, es una rareza que un escritor se dedique a la política. Pero en América Latina no ocurre lo mismo: no sólo ocuparse de la política en las novelas y la poesía, sino también por medio de acciones personales. En Nicaragua muchas cosas se explican porque hemos vivido mucho tiempo bajo dictaduras. Puedo dar mi ejemplo personal: Yo nací con Somoza, estudié bajo el gobierno de Somoza hijo y luché por derrocar a otro Somoza. Y encima ahora estoy enemistado con otra dictadura. Es una realidad de la que no podemos verdaderamente escaparnos”.