Gustavo Santaolalla rompe todo: “Las redes son un lugar de haters”
El premiado productor argentino suma a sus múltiples proyectos la banda sonora de Maya y los Tres, una serie animada mexicana que Netflix estrena este viernes, con canciones que fusionan sin complejos el folclor de toda Latinoamérica e inspiradas, entre otros, en Los Jaivas. "A partir de afirmarte en lo que tú eres quizás puedes lograr la universalidad”, dice el doble ganador del Oscar, a quien ni las críticas recibidas por su documental Rompan Todo lo detienen en su cruzada bolivariana.
Con la misma soltura con la que se pasea por distintos soportes, instrumentos y géneros musicales, Gustavo Santaolalla (70) atraviesa las diversas trincheras que se enfrentan en la batalla del streaming.
Sólo durante el último año y medio de pandemia, el experimentado compositor y productor argentino creó la música original para la serie histórica de El Cid de la plataforma Amazon Prime Video; también la de Narcos: México (Netflix) y la del prometedor thriller post apocalíptico Finch, protagonizado por Tom Hanks y con fecha de estreno para noviembre en Apple TV+. En paralelo trabaja en la banda sonora de The last of us, la esperadísima adaptación de HBO -con Pedro Pascal en el papel principal- del célebre videojuego de 2013, cuya música también compuso.
“Pinta tu aldea y pintarás el mundo”, dice Santaolalla, citando un clásico aforismo para explicar el denominador común tras su extensa y diversa obra. Una desprejuiciada fusión de matriz latinoamericana y mirada global que es posible rastrear en prácticamente todo su trabajo para las pantallas, como también en sus inicios musicales en la banda Arco Iris, en el tango electrónico que exportó a todo el mundo con Bajofondo, en su rol como productor de bandas Café Tacvba y Juanes y también, por cierto, en esos característicos charangos que introdujo en Tren al sur de Los Prisioneros.
“Yo creo que a partir de afirmarte en lo que tú eres, de dónde vienes, por ahí quizás puedes lograr la universalidad”, plantea el doble ganador del Oscar, consultado por su más reciente trabajo: la miniserie animada Maya y los tres, el nuevo proyecto del realizador mexicano Jorge Gutiérrez (El libro de la vida), que debuta en Netflix este viernes 22 con un elenco de voces estelares -de Gael García a Zoe Saldaña- y una premisa que parece pintada para el argentino: la fábula de una princesa guerrera de Mesoamérica con influjo de las culturas azteca, maya e inca.
“Para mí fue muy lindo poder mezclar quenas y zampoñas con un violín de huapango o unas congas de cumbia. Hay hasta un ritmo de marcha camión, de murga uruguaya”, detalla sobre las piezas que ideó para la serie, donde -otra vez-mezcla texturas y elementos folclóricos de todo el continente, arropados en guitarras eléctricas tipo Morricone, orquestación a cargo de Tim Davies y voces invitadas como la de Kali Uchis.
Una fusión que el llamado “Rey Midas” del rock latino de los 90 dice tener internalizada desde sus inicios en la música, a fines de los 60, cuando en su primera banda hermanó rock eléctrico, vida mística en comunidad y música de raíz. Lo mismo que hacían por esos días Los Jaivas en Chile y Polen en Perú, a quienes destaca como influencias para el espíritu detrás de los temas de Maya y los tres.
“Eso me acompaña desde entonces. Si ves Diarios de motocicleta lo vas a ver, en mis producciones para Café Tacuba también. Esta búsqueda de la identidad y la intención de manifestar quién soy y de dónde vengo en la música que hago. Y si escuchas la música de la serie, también está ahí, es como una orquesta latinoamericana que evoca a Arco Iris, a Los Jaivas, a Polen y a todo eso”, explica el creador de las bandas sonoras de Babel, Secreto en la montaña, Amores perros y Relatos salvajes.
-Habiendo trabajado en discos propios y ajenos, en música para cine y para videojuegos, ¿qué ventajas tiene para su música el formato episódico de una serie, en este caso, animada?
Esta relación con Jorge Gutiérrez empezó hace años, con El libro de la vida. Ahí realmente se armó este equipo, porque comencé a escribir con Paul Williams, con el que también creamos la canción con Kali Uchis. Es este mismo team. Pero de alguna manera ha crecido todo. No solamente ha crecido en estos años la plataforma técnica, las cosas que hoy visualmente puede hacer Jorge, también ha crecido su visión y el proyecto en sí. Por ejemplo, el otro proyecto era sobre el Día de los Muertos, con una historia muy mexicana, y Maya y los Tres tiene una visión más latinoamericanista, el mapa se hace un poco más grande. También la música se hace un poco más grande, así que he tenido la oportunidad de explorar cosas que me encantan y que hago desde mis comienzos, desde Arco Iris, de explorar dentro de toda la música latinoamericana e incluso fusionar instrumentos de un folclor con instrumentos de otro. Todas esas mezclas que me encanta hacer desde siempre.
-¿Cree que en ese maridaje de raíces, en esta idea de convertir lo local en algo universal y moldeable, está la constante de su carrera?
Es totalmente así, y siempre estuve convencido de esa idea, al contrario de mucha gente que cree que tienes que hacer lo que hacen allá (apunta hacia el norte) para poder comunicarte. Y eso corre para ambos lados. En artistas hispanos tratando de hacer algo en inglés, con acento, todo mal, que no le llega a nadie. Pero también en un disco de Sting memorable, cantado todo en español, que directamente es una de las cosas más horribles que te puedes imaginar, pensando que de esa manera iba a entrar. No, yo creo que a partir de afirmarte en lo que tú eres, de dónde vienes, por ahí quizás puedes lograr la universalidad.
Tengo internalizada esta mezcla pero sigo igual siempre descubriendo cosas. En esta serie Tim (Davies) le da a las canciones esta cosa media orquestal, y también meto algunas cosas de guitarra eléctrica que tienen algo que ver con el lenguaje de Morricone. Pero es algo tipo spaghetti western metido en el contexto de una chacarera. O de una cumbia. De hecho, el tema principal del videojuego The last of us está escrito en 6x8, que no es un ritmo anglo, y con un ronroco, que es un instrumento andino. Ese es el tema principal de un videojuego que transcurre en un Estados Unidos distópico. Me gusta jugar con eso y que esa línea se vuelva borrosa.
-No apto para puristas.
Pero yo también soy un amante del purismo, creo que las dos cosas pueden y deben coexistir. Vivimos en una sociedad en la que ya somos una fusión constante, con los flujos migratorios, las mezclas de las personas, entonces debemos aceptar y abrazar esa fusión de la diversidad, pero al mismo tiempo también debemos tener gente que preserve. Con Leda Valladares, una gran etnomusicóloga argentina, hicimos todo un trabajo de rescate de vidalas y bagualas puras del norte (de Argentina). Con León Gieco hicimos precisamente eso, porque son importantes las dos cosas.
La fórmula Santaolalla, eso sí, también le ha traído costos y detractores. Cuando en diciembre del año pasado estrenó en Netflix Rompan todo, la comentada serie documental sobre el rock latinoamericano donde ofició de productor, le llegaron tantos elogios como críticas. No pocos cronistas y músicos del continente lo acusaron de acomodar la historia a su favor, de sobrerrepresentar su propia obra.
“Yo no me puedo hacer cargo de toda la serie porque soy sólo uno de los productores ejecutivos, ni siquiera el principal. Pero a mí me parece que la serie se pensó con una mirada bolivariana, una cosa latinoamericana, y hay bandas que pueden ser muy grandes en un país y que afuera quizás no tanto”, explica sobre la ausencia de algunos referentes en el documental. “La única banda que no podíamos obviar son Los Redondos, porque llevan más gente en Argentina que nadie, y aparte que hayan aceptado estar ya es una cosa increíble”.
“Hay muchas cosas que la gente no sabe. Músicos que fueron convocados y que nunca aparecieron, otros que aparecieron pidiendo dinero”, asegura el compositor, quien no parece dispuesto a transar en su cruzada continental por culpa de un troleo pasajero. “Las redes son un lugar de haters. Y está todo bien, los que quieran pueden hacer su propia serie. Lo interesante es que diarios como The New York Times y The Guardian dijeron que es una de las mejores series de rock que se han hecho, y que mucha gente que no conocía el rock nuestro ahora le está prestando atención. Eso ya me basta”, cierra.
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