Billy Summers, de Stephen King (Plaza & Janés)
Lee con placer las historietas de Archie y sus amigos; está interesado ahora en Thérèse Raquin, la novela naturalista de Emile Zola, y se ha aventurado también en La broma infinita de David Foster Wallace. Quizá por todo ello Billy Summers, ex veterano de Irak, podría parecer un asesino a sueldo inusual. Pero hay otro aspecto: Billy tiene “un lado tonto”: solo mata a gente mala. En plena era de Trump, Billy recibe el encargo de matar a otro asesino. El plan exige que se haga pasar por escritor, lo que lo lleva a escribir una historia atravesada de autoficción que recoge las obsesiones literarias de Stephen King. De este modo la novela ofrece dos líneas argumentales que se trenzan con maestría y donde se refleja la obra del propio autor. Novela negra, drama naturalista, reflexión literaria, King ofrece una gran historia de múltiples resonancias.
Leer y Dormir, de Gonzalo Maier (Minúscula)
El verdadero problema de la filosofía es quién lava los platos. Lo dijo Nicanor Parra es uno de sus antipoemas y lo desarrolla Gonzalo Maier en una de las miniaturas narrativas de su nuevo libro. Lavar los platos como un problema metafísico, pero también como un placer silencioso: una despedida, un ritual. “Hay algo que termina y comienza con cada una de esas lavadas de platos: navidades, años nuevos, cumpleaños”, escribe el autor. El volumen reúne un conjunto de mini ensayos, notas, apuntes, en los que Maier reivindica disciplinas perezosamente placenteras: dormir una siesta en el cine, recorrer con la vista los lomos de libros, andar descalzo, y reflexiona en torno al “estilo doméstico”, un estilo “en el que se mezcle lo íntimo y cotidiano, lo informal y lo afectivo”, como suele ocurrir en las páginas de este libro encantador.
Este es el Bosque, de Eunice Odio (La Pollera)
La vida y la obra de Eunice Odio (1919-1974) están cubiertas por un velo de desconocimiento, si no de omisión, producto acaso de prejuicios o malentendidos. Tal vez en su falta de reconocimiento influya su posición crítica hacia la Revolución Cubana en años de Guerra Fría, y cierta idea de ser una poeta difícil o impenetrable. Esta antología editada por Vicente Undurraga la rescata de la penumbra y la ilumina con la selección de 25 poemas. “Estoy sola,/ muy sola,// entre mi cintura y mi vestido,/ sola entre mi voz entera,// con una carga de ángeles menudos/ como esas caricias/ que se desploman solas en los dedos”, escribe esta poeta misteriosa y de espíritu rebelde, admirada por Augusto Monterroso y Humberto Díaz-Casanueva, que no juega al oscurantismo, sino como dice el antologador, más bien busca “alumbrar en medio de lo incierto”.
Los que Susurran bajo la Tierra, de Jesús Diamantino (Zig-Zag)
El horror es político, especialmente en América Latina, donde nuestra historia está atravesada de violencia y de muertos. Así lo entendió Roberto Bolaño en Nocturno de Chile y también Mariana Enríquez en Nuestra parte de noche, una novela de formación, rock y juventud estremecida por el horror de la dictadura. Y es lo que intenta, en un lenguaje más jovial y de un modo más accesible, esta novela de Jesús Diamantino. Raimundo de la Cruz nació en una familia que adhería y participó de la dictadura de Pinochet, y desde niño oyó extrañas voces en la capilla familiar. Fan del terror como todos los niños, años después Raimundo descubrirá en su casa un subterráneo que conduce al infierno. Muertes, torturas, venganza, violencia, se entrelazan en esta historia que explora en lo monstruoso.