Los salieris de Charly: cómo un rap contra la Argentina de Menem se transformó en himno de campaña de Boric
Publicado hace casi tres décadas y con alusiones a Charly García, Víctor Jara y el modelo cultural argentino de los 90, el éxito del cantautor trasandino León Gieco agarró especial protagonismo en la campaña de segunda vuelta del presidente electo, cerró anoche su discurso en la Alameda y contó incluso con una reversión para captar el voto joven, aprobada por el propio Gieco y grabada por artistas nacionales de Moral Distraída, Illapu, Natisú y Juana Fe, entre otros.
Algunos menos enterados o más jóvenes pueden haber pensado que la canción fue hecha especialmente para la campaña de Gabriel Boric, por sus alusiones a “un presidente joven”, preocupado por la vida “de un perro, de un gato, de un árbol de toda la gente”. Pero lo cierto es que Los salieris de Charly, uno de los grandes éxitos de la carrera del cantautor argentino León Gieco, se compuso y publicó al otro lado de la cordillera en 1993, cuando el presidente electo de Chile tenía sólo 7 años. Curiosamente, casi tres décadas después, el tema fue rescatado por la campaña del abanderado de Apruebo Dignidad y cobró especial protagonismo en la previa al balotaje.
De hecho, anoche en la Alameda, el primer discurso de Boric como presidente electo terminó con Los salieris de Charly sonando en los parlantes, refrendando su calidad de himno no oficial de su candidatura a La Moneda. De alguna forma, aquella parte en que Gieco señala que “dicen la juventud no tiene para gobernar experiencia suficiente”, uno de los flancos que se abrió durante la campaña del exlíder estudiantil de 35 años, la letra se responde a sí misma y a las críticas con eso de “Menos mal, que nunca la tenga / Experiencia de robar / Menos mal, que nunca la tenga / Experiencia de mentir”.
La canción, en todo caso, ya había sido éxito absoluto en Chile en 1993. Gieco, a quien por ese entonces se le asociaba más a su impronta de cantautor folk de guitarra y armónica a lo Bob Dylan, gracias a himnos acústicos de los 70 como Sólo le pido a Dios y su versión de El fantasma de Canterville, sorprendía dos décadas después con esta pieza más rítmica y en donde el fraseo rapero se mezclaba con una instrumentación cargada al acordeón y cercana al chamamé.
Fue el primer sencillo de su disco Mensajes del alma (1993) y un golazo a ambos lados de la cordillera, convirtiendo a Gieco en un personaje reconocible para un público más joven y en invitado habitual a estelares locales de la época, como El tiempo es oro de Canal 13.
Su coro y su título son un homenaje a Charly García. Gieco, quien siempre fue admirador del ex Sui Generis, habría compuesto la canción luego que para un cumpleaños de su esposa llegara García disculpándose por no traer regalo pero ofreciendo a cambio cantar lo que la festejada pidiera, maravillando a los presentes con sus versiones de los Beatles al piano. Siguiendo la tesis que presenta la película Amadeus (1984), de Milos Forman, que presenta al compositor italiano Antonio Salieri como responsable de plagiar a Mozart en el siglo XVIII y de boicotear su carrera, Gieco plantea en su single que todos los músicos argentinos son, en definitiva, deudores y una copia de Charly.
Pero la canción es sobre todo una irónica y mordaz crítica a la Argentina de inicios de los 90, la que abrazaba el modelo neoliberal y su salida al mercado internacional de la mano del gobierno de Carlos Menem. Pese a la distancia temporal y geográfica, los versos del autor referidos a las dicotomías de su país también fueron abrazadas por el comando de Boric para esta campaña, sobre todo en pasajes donde se posiciona en plan de resistencia a ese modo de vida diciendo: “Compramos el Página (12), leemos a Galeano / Cantamos con la Negra (Mercedes Sosa), escuchamos Víctor Jara”. Según un artículo del mencionado diario trasandino Página 12, en ese pasaje “el cantautor da cuenta de los consumos culturales ajenos al modelo neoliberal, justamente el tipo de política económica que Boric prometió combatir en su presidencia”.
Tal vez por lo mismo, Gieco se mostró desde el comienzo dispuesto a colaborar en la campaña de Boric y en prestar su famoso himno para las actividades previas a la elección del fin de semana pasado. De hecho, hace un mes, el autor de Solo le pido a Dios participó en una conversación a distancia con el ahora presidente electo junto a su compatriota Víctor Heredia, la que se transmitió en vivo en las redes oficiales del entonces candidato de Apruebo Dignidad.
Además, el músico argentino se mostró especialmente generoso y desinteresado cuando hace algunos días un grupo de artistas y productores chilenos lo contactó para pedirle su autorización para reversionar Los salieris de Charly, alterando parte de su letra para motivar el voto joven en favor de Boric y bajo el eslogan de “la esperanza que le gana al miedo”.
El resultado se subió a las redes la semana pasada, y en él participaron músicos de Chancho en Piedra, Moral Distraída e Illapu, además de solistas como Francisco Victoria, Juan Ayala, Evelyn Cornejo, Natisú, Tomás Maldonado y Vicente Cifuentes, entre otros. Muchos de ellos, al encontrarse en campaña en regiones, participaron a distancia, mientras que otros lograron hacerse un espacio para ir a grabar al estudio capitalino de La Makinita. “Somos la gente que construye esperanza y con el miedo no nos van a vencer”, cantan en su coro.
La idea de los organizadores, al ver la buena disposición de Gieco, fue que el mismo autor del tema participara de la reversión. “Lo invitamos, pero estaba con un problema de cuerdas vocales y se excusó de no poder participar”, cuenta Guillermo Scherping, músico y productor nacional (Denise Rosenthal, Santaferia, Los Vásquez, La Combo Tortuga), quien estuvo a cargo de la nueva versión de la canción, junto a Rodrigo Rojas y la producción ejecutiva de Pablo Morales.
“Él (Gieco) básicamente nos dijo que le diéramos con todo y que hiciéramos los que quisiéramos. Nos sorprendió bastante lo puesta que tenía la polera, fue súper generoso”, cuenta el productor, quien detalla que de todas formas le fueron enviando algunos avances de la grabación a Argentina.
“Tiene que ver con lo que representa para el resto de Latinoamérica lo que está pasando en Chile”, dice Scherping. “Hay un gesto de solidaridad de parte de Gieco pero también una identificación con esta campaña”.
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