Escasas visitas y crisis financiera: la pandemia golpea a las casas de Pablo Neruda
Tras un año y medio cerradas, las tres residencias del Premio Nobel chileno enfrentan una fuerte baja en su flujo habitual de visitas -hoy de un 10% en relación a un año normal-, principal fuente de ingresos de la fundación que preserva el legado del poeta. Además de la reducción de sueldos del personal, la institución busca generar alianzas con el Estado y la concreción de un nuevo proyecto "interactivo e inmersivo" en torno a la obra de Neruda para salir de la crisis.
Fernando Sáez recuerda el punto exacto en que comenzó todo. Fue el 15 de marzo del 2020, cuando la pandemia del coronavirus comenzó a golpear a Chile con sus consecuencias más duras, entre ellas la cuarentena y el encierro obligado de la población. El director ejecutivo de la Fundación Pablo Neruda cuenta que, hasta ese momento, el flujo de visitas a las tres casas del poeta, en Santiago (La Chascona), Valparaíso (La Sebastiana) e Isla Negra, se encontraba bastante bien en cuanto a números.
“En los últimos años habíamos llegado a tener números azules -cuenta Sáez al teléfono con La Tercera PM-, llegamos a tener 350 mil personas al año visitando las tres casas. Esto bajó a cero con la pandemia”.
No recibir visitas en las casas no es menor para la fundación que administra su legado. “La Fundación -que es un ente privado sin fines de lucro- se financiaba casi totalmente con los ingresos de las entradas y de las tiendas”, cuenta el ejecutivo, por lo que el golpe que significó el cierre de sus puertas fue especialmente duro para la institución.
Al año siguiente se hicieron algunos intentos de reabrir, “pero fueron bastante frustantes”, apunta Sáez. Las casas volvieron a una apertura definitiva a contar de septiembre del 2021, aunque la situación ha estado lejos de mejorar y la crisis se hizo ostensible. “Hoy, el flujo de visitantes es más o menos el 10% de lo que era habitualmente”, detalla el directivo.
De alguna forma, reconoce Sáez, las medidas de reducción de aforos influyeron mucho en esta situación. “Las casas museo de por sí ya tienen una limitación, pero con la reducción de aforos se hizo mucho mayor”, explica. Por eso, el director ejecutivo cita dos modos de ingresos claves que ya dejaron de percibir. “Un 40% de los visitantes eran turistas extranjeros, eso ya no está. Y un 30% eran colegios y liceos, esas dos fuentes se acabaron”.
La crisis, por supuesto, ha traído consecuencias económicas para la entidad. “Estamos todos con un 50% del sueldo desde hace dos años, pero tampoco se ha despedido a nadie”. Aunque Sáez recalca que se las han podido arreglar. “Hemos podido sobrevivir con algunas reservas que tenía la fundación y también con algunas ayudas muy escasas. De parte del gobierno ha existido cero ayuda”.
De hecho, señala que pudo reunirse con la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés. “Pero no hubo ningún acuerdo, ninguna ayuda especial”.
Del aire al aire
Para la fundación, la solución a esta crisis de financiamiento pasa por una salida colectiva. “Nos ha obligado a repensar algunas cuestiones, que tienen que ver con asociarse algunas instituciones afines al Estado con el fin de poder mantener este legado”, cuenta Sáez, aunque sin entrar en mayores detalles “para no quemar” las conversaciones que se están realizando.
De hecho, el directivo pide una mayor participación del Estado en promover la figura del Premio Nobel de Literatura 1971. “El Estado tiene que tomar una determinación frente a una cosa tan importante como es el legado de Neruda en todas sus dimensiones. Lo que no se ha hecho nunca es tener una política cultural en que Neruda pueda servir de punta de lanza al exterior”.
Sin embargo, la fundación contempla un proyecto que ayudaría a salvar el momento, el Espacio Neruda. Para ello, se llamó a un concurso público hace tres años, y Sáez asegura: “Está listo para hacerse, aunque estamos viendo los financiamientos”.
A diferencia de las casas, este lugar se plantea como una muestra al estilo de la muestra inmersiva Beyond van Gogh, que se desarrolló entre enero y principios de febrero en el Movistar Arena, con la vida y obra del pintor holandés.
“Es totalmente tecnológico, tiene que ver con la vida de Neruda, con su pensamiento, lo que no queda muy claro cuando haces la visita a las casas, porque tienen un recorrido y no queda la impronta de lo que es el poeta. Será de manera interactiva e inmersiva”, señala Sáez.
“Hay medidas que uno no entiende mucho”
El pasado 21 de febrero, en medio de un concierto de Illapu en la localidad de Lanco, región de Los Ríos, el músico Roberto Márquez informó de una noticia al público: “Nos dicen que la Seremi acaba de multar al municipio por haber hecho este concierto”.
El reclamo del histórico líder del conjunto antofagastino tenía como fin destacar una situación que se ha repetido de boca de todos en el mundo de la cultura: las pocas facilidades para la reapertura de actividades en desmedro de otros rubros, como el comercio o el fútbol. “Abren los mall para cuidar sus negocios, pero cierran los espacios de cultura al pueblo”, expresó Márquez.
Fernando Sáez se suma a esta impresión: “Hay medidas que uno no entiende mucho y es extraño ver que los restoranes están repletos de gente, y no se va que haya ningún cuidado especial, en cambio la actividad cultural se ha visto muy disminuida y con muchas trabas”.
Pese a todo, Sáez descarta que las casas de Pablo Neruda estén en peligro de cierre. “No, de ninguna manera. Sería inaudito. Hay muchas otras formas de buscar una solución, lo que se trata es de buscar una solución que sea permanente, y en eso el Estado tiene una responsabilidad mayor”.
Otro elemento en esta ecuación es el debate que se ha generado en torno a la figura de Neruda en los últimos años, debido a la violación a una joven tamil -que él mismo relató en sus memorias Confieso que he vivido-, como su desempeño siendo padre de Malva Marina, a quien abandonó pocos años después de nacida (y a su madre, la holandesa María Antonieta Hagenaar Vogelzang). Aunque, consultado por este medio Fernando Sáez no cree que este factor de “cancelación” haya sido relevante en la baja en las visitas a las casas del autor de Crepusculario.
“Puede que algunos sectores sientan afectada su visión de Neruda por estas cosas, pero evidentemente que nosotros hemos puestos las cuestiones en contexto y tenemos textos y explicaciones que hablan al respecto. Cuando tú sacas de contexto histórico las cosas, evidentemente se ven de una manera que a los ojos de hoy resulta una cosa tremenda”, señala Sáez.
“Por supuesto, han aparecido muchas voces cuerdas que ponen las cosas en su lugar, con la vida privada de los artistas nadie queda bien parado, ¿no? Ningún artista resiste el análisis que se hace hoy que antes no se tomaba en cuenta”, remata.
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