Un hombre que sólo sabe que quiere un diamante, pero que se autodefine como pacífico y sin experiencia disparando, descubre que incluso intentando comprarlo, las cosas pueden complicarse. Un pirómano hace trabajar más de la cuenta a un detective venido a menos. Una infiltrada que está investigando un bar que en realidad es un prostíbulo fronterizo de los Estados Unidos de fines de los años 20.
Así comienzan las primeras historias de Tipos Duros (Pan, 2022) -”T. McGuirk roba un diamante” (Ray Cummings); “Incendio y más” (Peter Collinson) y “Brazaletes” (Katherine Bricklebank)- una antología de cuentos pulp, inéditos en castellano, que se leen como películas aceleradas, oscuras, de lenguaje duro -pero increíblemente actual- y que evocan unos bajos fondos que por más gringos que parezcan, perfectamente podrían transcurrir en cualquier ciudad de Chile dejada de lado por el progreso y por las brechas de todo tipo.
Sus autores y relatos que completan Frederick Nebel, Thomas Walsh, Richard Sale y Randolph Barr, no estaban en las librerías o bibliotecas, sino que en los kioskos de toda Norteamérica, específicamente en la revista Black Mask que durante 1922 y 1941 visibilizó una realidad que, aunque con fines de entretención, logra volar alto literariamente. Todo ello acompañado de “violencia de todo tipo, diálogos trepidantes, la ciudad como escenario, personajes atractivos, historias que mantienen su interés (y) duelos entre buenos y malos”, como enumera Ramón Díaz Eterovic en la introducción.
El académico UC, especializado en literatura anglosajona, Marcelo E. González es posiblemente la persona que más sabe del subgénero en Chile. De hecho reconoce que esta antología surge por una necesidad académica. “Hacía leer a mis estudiantes solamente una novela clásica del período conocido como Hard boiled y sentía que con esto no alcanzaban a percibir la dimensión total de los personajes y las aventuras que las revistas de la época ofrecían. De ahí, la idea de seleccionar una serie de textos que dieran cuenta de esto. Sin embargo, no había disponible una antología de ese tipo. Por lo que dijimos “traduzcámoslos” nosotros entonces”.
Tipos listos
La idea original era traducir una decena de cuentos de detectives clásicos situados en Nueva York. “De esa lista inicial, solo cuatro llegaron a ser traducidos finalmente; incluyendo “Tipo listo” de Nebel, que es de donde sacamos el título. De Tipo listo a Tipos duros solo había un paso”, explica el antologador. Con ese listado inicial de diez textos comenzó lo más interesante: buscar el titular de derechos autor. “Un proceso de investigación en si mismo”, dice González.
“Un vez que ubicamos al titular y que me contacté con la editorial estadounidense, ellos respondieron de inmediato acerca de la plausibilidad de llevar a cabo las traducciones y de los precios de los derechos de autor que debíamos pagar. Afortunadamente, la persona con quien me contacté me sugirió un segundo grupo de textos de donde podría elegir otras historias para el proyecto, pero que se diferenciaban del grupo propuesto por nosotros en que estas no solo estaban localizadas en la Gran manzana sino que también eran historias de detectives y criminales los que protagonizaban los relatos. De ahí surgió la lista definitiva de siete historias: utilizando un criterio que mezclaba variedad de escenarios, de protagonistas, de género incluso y que se ajustaba al presupuesto que podíamos pagar por los derechos, evidentemente”.
-Cómo ves la herencia y la supervivencia del género actualmente? Porque sin duda su relación con el cine es innegable. Pienso incluso en The Batman que replica esa estética.
Justamente el ejemplo que pones de la nueva película The Batman demuestra que al menos las convenciones del género que fueron creadas en esta época, a través de esta literatura, siguen vivas y siguen siendo tremendamente populares. Y esto va más allá del hecho de que, debido a la naturaleza inquisitiva del espíritu humano, siempre sea una apuesta seguro el contar una historia en forma de misterio, sino que, en cada serie de TV o nueva película que sea parte del género negro están los códigos que estos autores iniciaron. Tarantino lo sabe muy bien: su cine no existiría si no fuera por las revistas pulp y el cine noir. Y la literatura no se queda atrás: existen hoy en día una serie de autores que recuperan y reutilizan los temas y motivos que vieron la luz en los primeros años del siglo XX.
-En la antología la violencia, la oscuridad, la intriga parece ser la metáfora de otra cosa, de una corrupción estatal, lo cual nos abre hacia ciertas lecturas políticas que trascienden el mismo género quizá.
Gran parte de la literatura pulp, pero sobre todo las historias de detectives que luego se configuran como hard boiled, establecieron lugares comunes o tópicos literarios que surgieron como representación del mundo que se vivía efectivamente en las calles de EE. UU. en la época. En este sentido, como dices, la violencia y la intriga por una parte, la oscuridad y el juego de blanco y negro que más tarde adoptaría el cine noir para representar visualmente estas historias, son una metáfora de la sociedad y del estado en que esta se encuentra. Por lo tanto, en efecto, son un comentario político sobre la época. Y como a partir de estas historias, los buenos escritores del género comienzan a desarrollar estas herramientas, se produce un cambio muy interesante: del idealismo de los escenarios británicos en donde se paseaban Dupin, Holmes, Poirot y otros, pasamos a las sucias calles del Continental Op y Phillip Marlowe: son una sociedad completamente distinta y sus héroes, aunque inspirados en aquellos, deben responder a las nuevas necesidades sociales. La literatura, entonces, transforma el equilibrio del policial de enigma en una espectacularización de la degradación social: en estas historias, a medida que avanzaron los años, fueron despareciendo los tipos buenos buenos, solo fueron quedando tipos menos malos y tipos malos. Pero todos, para bien o mal, deben ser tipos duros: es la única forma de sobrevivir en estas ciudades, estas sociedades corruptas: el dandy inglés está out.
-¿De qué forme el pulp dialoga con la actualidad?
Si uno mira con detención, al retratar estas sociedad corruptas, lo que hacen los escritores de la época es evidenciar la situación del capitalismo temprano y el cómo el sueño americano no es tal y como lo pintan. La sobrevivencia del género y su actualidad se relaciona, justamente con eso: con que las herramientas y tópicos surgidos aquí, siguen representando el estado de las cosas, solo que ahora, bajo un capitalismo tardío. Muchos críticos señalan que el género negro es la literatura realista de nuestra época.
“El género parece más machiste de lo que finalmente termina siendo”
-Veo que incluyeron autoras mujeres. ¿Cómo era el tema del género en este género, me parece que es muy machista o masculino es la palabra?
La verdad es que pareciera que el género es más machista de lo que finalmente termina siendo: Agatha Christie es una de las primeras escritoras del género, casi contemporánea a Conan Doyle y ya ves, es la escritora más leída en el mundo entero. De ahí para delante, la presencia femenina siempre ha sido importante y relativamente constante en el género. Existe en la actualidad una enorme cantidad de autoras estadounidenses, españolas y nórdicas, por ejemplo, que nos han entregado grandes obras, sin dudas. Durante la época del pulp y el hard boiled, puede que no hayan sido muy numerosas sus apariciones, pero existieron editoras, ilustradoras y escritoras que se mantuvieron firme publicando en estas revistas. El asunto es que muchas de ellas publicaban con pseudónimo y este era comúnmente masculino. De ahí que se produzca la sensación de que fueron muchas menos de las que efectivamente participaron. Por nuestra parte, no quisimos contribuir a la invisibilización de este fenómeno e incluimos no solo una historia escrita por una mujer sino que además, una historia cuya protagonista fuera mujer. Un pequeño aporte, creo.
-¿Cuál es la puerta de acceso a la antología, el cuento que te llevarías a una isla desierta?
Personalmente, creo que el mejor relato es “Incendio y más” de P. Collinson, que resulta ser un seudónimo de D. Hammett. Hay una trama compleja, varias vueltas de tuerca y descubrimientos y, por supuesto, engaños y mentiras. Sin lugar a dudas se nota la maestría en la escritura de Hammett, aun cuando es un relato temprano de su parte, antes de que se hiciera famoso. Pero se nota su talento como escritor, de inmediato. Pero mi favorito es “Doble chequeo” de T. Walsh. Es un relato del año 1933 y ahí uno encuentra ya, todos los tópicos del género: una investigación sin solución aparente, delincuentes astutos, detectives incansables, femme fatales y un final muy explosivo en donde se aclaran los hechos que, en retrospectiva, parecían tan simples.
*El libro se lanzará el martes 12 de abril a las 19 horas en el Centro Cultural de España, Avenida Providencia 927, Providencia. La presentación contará con la participación del editor del libro, Marcelo González Z., el traductor Pablo Saavedra y el escritor Juan Ignacio Colil.