Rick Harrison, líder de El Precio de la Historia: “Todos me decían que nadie quería ver a cuatro gordos en una tienda de empeño”
Con 22 temporadas y más 600 capítulos, El Precio de la Historia se ha posicionado como uno de los programas más exitosos de la TV del último tiempo. A fines de marzo, dos de sus protagonistas visitaron Chile para participar de una campaña publicitaria y aprovecharon para conversar con Culto. Rick y Corey Harrison hablan sobre los orígenes de la tienda, el suceso del programa y algunas de las reliquias más raras que han recibido.
Hace 13 años, cuando Rick y Corey Harrison terminaron de grabar la primera temporada del exitoso espacio El precio de la historia, ninguno de los dos le tenía mucha fe al programa. “Acabamos de desperdiciar grabando tres meses y nadie va a verlo”, le dijo Corey Harrison a su padre. Hoy a doce años de su estreno, la producción es una de las más exitosas e icónicas del canal History y ya preparan la grabación de una nueva temporada.
A finales de marzo, los protagonistas viajaron a nuestro país para formar parte de la campaña publicitaria de la plataforma Falabella.com, en la que grabaron un comercial. “La comida es genial, la gente es asombrosa. Intentamos mantenerlo en secreto pero adonde vamos nos reconocen. Todos son asombrosos”, declaró Rick Harrison, el líder del negocio familiar.
En el evento, celebrado en el noveno piso del centro eventos Alto San Francisco, los expertos evaluaron una seguidilla de marcas de la empresa, asegurando su calidad e innovación. “Creo que jamás había visto tanto trabajo duro y he estado aquí en la industria 40 años”, señaló Corey Harrison, hijo de Rick Harrison, en relación al equipo de Falabella. Durante la tarde los dos expertos conversaron con Culto.
Los inicios de un imperio familiar
En 1981 Richard Harrison llegó a Las Vegas, Nevada, luego de retirarse de la marina y perder mucho dinero en el mercado inmobiliario. Dedicado hombre de familia, ocupó sus últimos miles de dólares en instalar una tienda de empeño: Gold and Silver Pawn Shop. Si bien la función era la de una casa de venta y compra comunes, el objetivo final de Harrison era que esta se convirtiera en una de las atracciones turísticas más visitadas de la ciudad.
Ahí empezó a trabajar su hijo, Rick Harrison, luego de ser papá por primera vez. Aunque venía entrenándose para el negocio desde los 13 años, la verdad es que se dedicó en un principio a estafar, vendiendo copias de bolsos Gucci hasta por 2000 dólares. Finalmente, a la edad de 23, decidió asociarse con su padre. Y luego llegó el nieto: Corey Harrison, el tercer integrante del linaje.
“Había un pequeño sujeto llamado yo. Nací y él (Rick) necesitaba un trabajo, así que decidió que iba a tener que trabajar en la tienda de su padre. Tenía que alimentarme y yo era un bebé de cinco kilos y medio y me tenía que mantener vivo”, bromea Corey Harrison con respecto al inicio de su padre en la tienda.
Sin embargo, a pesar de la obligatoriedad que lo llevó a ejercersus labores, Rick Harrison asegura que está enamorado de su trabajo y que nunca ha pensado en renunciar. “Es muy entretenido, logras estar con gente distinta, objetos distintos, es distinto todos los días y realmente lo disfruto, por eso lo sigo haciendo”, declaró a Culto.
History Channel apuesta por el programa
Tal es el compromiso de Rick Harrison que, en pos de las ventas, el empresario siempre ha intentado conseguir prensa gratis. En un inicio, Harrison esperaba a la temporada previa al Super Bowl para publicar por Ebay anillos coleccionables del evento. Con eso se aseguraba que los reporteros se acercaran a la tienda y subieran las ventas. “Hace 21 años pensé que si lograba un reality show de una o dos temporadas eso sería bueno para el negocio”, cuenta. Sin embargo, ese inicio no sería fácil: “Intenté vender el programa durante varios años y todos me decían que nadie quería ver a cuatro gordos en una tienda de empeño”.
Finalmente, luego de cuatro años, en 2009 History Channel, que se había enamorado del programa, decidió producirlo y emitir su primer episodio. Automáticamente, el show se volvió una sensación y se coronó como el número uno en Estados Unidos y hoy es emitido en 150 países y en alrededor de 38 idiomas.
Cuando los protagonistas son preguntados acerca de sus expectativas con el show ellos, no dudan en ser sinceros. “ No tenía idea que fuese a ser así de exitoso, pero ha sido un excelente viaje”, dice Rick Harrison. Si bien, aseguran que la tienda se ha hecho muy conocida, por lo que además han tenido que contratar empleados, la fama no les impide manejar su vida con normalidad. “Yo todavía tengo los mismos amigos y voy a los mismos lugares. Es un poco más desordenado si quieres ir a pasar tiempo a la calle, pero igual voy si vienen amigos de otras ciudades”, declara Corey Harrison.
Rarezas, reliquias y antigüedades
Desde entonces, la tienda también se ha expandido y la cantidad de objetos que les llega a la familia Harrison son innumerables. Desde un vitral de 1119, hasta un brazalete vikingo de 12.000 años de antigüedad, Rick, Corey y Chumlee son expertos en reconocer auténticos y copias, y sacarle provecho a las reliquias.
“Cuando algo entra a la tienda primero tienes que saber un montón y también tienes que saber que no todos saben todo. Si llega algo y no sabemos que es, yo llamo a alguien del montón de personas con las que trabajo. Usualmente lo hacemos por teléfono, pero cuando estamos grabando les pido que vengan a la tienda y bueno, me aseguro que todo esté bien. Por ejemplo, con un Rolex nos aseguramos que las azas estén bien, las caras, la carcasa, la banda. Si algo no está bien, es falso y tienes un problema”, comenta Harrison padre.
Si bien los expertos aseguran que cada objeto tiene su propio valor, ambos declaran tener ciertas debilidades por algunos productos. Mientras que a Rick Harrison le encantan las cosas mecánicas raras, como por ejemplo su colección motores de keroseno 1900 que pesan 317 kilos y tienen 3 caballos de fuerza, a su hijo le fascinan los relojes: “Hay relojes allá afuera que toman 3 o 4 años en hacerse. Un tipo sentado en una pequeña mesita de trabajo, con unas pinzas y un vidrio de aumento para poner un reloj y que funcione. Es un montón de trabajo de estampado y muy difícil”, asegura.
Y estas debilidades también se ven reflejadas en su vida familiar, pues Rick Harrison asegura que su casa está decorada con “estilo casa de empeño” y Corey no había comprado un televisor hasta 2007. Pero, a pesar de sacar cosas necesarias de la tienda, los dos aseguran tener reliquias fascinantes en casa. “En mi casa en Oregón tengo una puerta de iglesia mexicana que tiene 800 años de antigüedad y pesa como 700 libras, de 8 pies”, cuenta Rick.
Un imperio de antigüedades y reliquias que ha sido construido por la familia Harrison y que seguirá alegrando a familias de todo el mundo. Actualmente se preparan para la grabación de una nueva temporada, que de seguro volverá a replicar el suceso global que vienen disfrutando.
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