Director de Primavera Sound Santiago: “Este es un festival para los huérfanos de Lolla”

Felipe Araya, director de Rock Stgo -organizadores de la versión chilena del festival Primavera Sound- admite que su flechazo no tiene matices: “Yo estoy enamorado de este line up”.

Lo reconoce mirando el cartel de artistas que animarán el debut del evento en la capital, en distintas modalidades, fechas y lugares, aunque con epicentro entre el 11 y 13 de noviembre en el Parque Bicentenario de Cerrillos. Y con una cantidad generosa de invitados que encabezan Arctic Monkeys, Björk, Jack White, Lorde, Travis Scott, Pixies, Cat Power y Beach House, entre muchos otros: es uno de los line up más imponentes que ha pasado alguna vez por la cartelera nacional.

Todo parte de la réplica de una cita que nació en 2001 en Barcelona y que ha escalado como uno de los festivales que más propone y sorprende en la escena global, quizás con un carácter más boutique y específico, sin el apetito inequívocamente masivo de pares como Lollapalooza y Coachella.

En el caso chileno, su arribo fue en parte consecuencia de la pandemia. Rock Stgo estaba hasta 2019 embarcado en traer Rock in Rio, acuerdo que finalmente cerró en octubre de ese año en la misma ciudad. Pero el estallido social y la crisis sanitaria paralizaron hasta nuevo aviso los planes de importar la fiesta carioca.

Araya sigue: “En ese minuto conocimos al equipo de Primavera y hubo un match. Vinieron a Chile y les gustó mucho la idea de hacerlo acá. Lo principal que vieron y valoraron fue la madurez y el profesionalismo de la industria, vieron que Chile está preparado para eventos de gran envergadura, vieron mucho empuje, ganas y conocimiento. De acá también nace la idea de llevarlo a otras dos ciudades, Buenos Aires y Sao Paulo, donde también se hará”.

Resuelto el primer paso, vino el siguiente: en el último trimestre de 2021 se comenzó a armar y negociar el cartel artístico, trazando los criterios de una oferta que fuera representativa del espíritu del evento y que también sacudiera a la escena local.

“Todos los países involucrados establecimos una línea de los artistas que íbamos a atacar: tenían que ser nombres que no vinieran a Chile hace tiempo, como pasó con Björk o Pixies, o que volvieran a los escenarios en este festival, como pasó con Travis Scott, que retornará a los escenarios en Sudamérica. Hay muchos músicos que también se enteraron de que haríamos Primavera Sound en la región y comenzaron a llamar para poder estar. La idea era tener un cartel que tuviera algo qué decir, que sorprendiera, y que fuera una buena carta de presentación de lo que es nuestro estilo. Que nos definiera”, cuenta Araya.

Luego sigue: “Este festival tiene además un espíritu muy independiente, no está manejado por una sola empresa de representación de artistas, como puede ser Live Nation. Eso te permite manejar con más libertad los nombres que deseas elegir, hay otro tipo de búsqueda”.

¿Y a qué público está dirigido el evento? El promotor fija cifras específicas: “Es para un segmento de 20 a 45 años”. Pero también lo ilustra de otro modo: “Es para los huérfanos de Lolla, para personas que se sienten huérfanas de Lolla. Hay un público que no es tan juvenil que prefiere buscar otros espacios, que quieren ir a otros lados. También se trata de un público cosmoplita, melómanos, gente que le encanta la música... llegamos precisamente al segmento que estábamos buscando. Entre 20, 23, a 45 años, hombres y mujeres por igual. Es un festival mucho más adulto”.

Pero hay algo que de forma inevitable vinculará a Primavera Sound Santiago con Lollapalooza Chile: ambos se realizan en el Parque Bicentenario de Cerrillos. El festín musical con sede en Chicago llegó a ocupar de emergencia esa plaza, luego de un conflicto con la Municipalidad de Santiago que los llevó a mudarse del Parque O’Higgins.

Araya asegura que ellos estaban trabajando en el lugar desde mucho antes del abrupto aterrizaje de Lollapalooza, pero que la experiencia de ese festival en marzo pasado les sirvió como antecedente.

“Estamos trabajando antes que ellos, con el alcalde anterior de hecho, porque vimos en el parque un lugar muy amplio, con áreas verdes, explanada, y lo teníamos conversado hace mucho tiempo. Queríamos que fuera nuestra casa. Estamos muy contentos que Lolla se hiciera ahí, porque así además la gente lo pudo conocer y valorar”.

¿Hay cosas que mejorar y aprender con respecto a la experiencia de Lollapalooza? Sin explayarse demasiado, Araya sólo reconoce que “hay cosas que estuvieron bien y que se pueden copiar. O sea, no sé si copiar es la palabra, pero al menos hacerlas de forma similar. Y hay otras que son lecciones para mejorar”.

Más alla de los paralelos, el productor también prefiere poner en contexto los sitios que actualmente hay en la capital para levantar espectáculos de alta convocatoria. “No hay lugares para grandes eventos y cuesta mucho encontrarlos. Tal vez Chile y las autoridades están al debe con eso, hay mucha burocracia entre medio, mucha grasa para lograr permisos, por eso se está trabajando con el gobernador Orrego en una circular para grandes eventos. Las autoridades tienen que entender que un festival como éste aporta mucho más de lo que ellos creen, contribuye mucho en lo económico, genera empleos, mueve el área turística y visibiliza incluso para espectáculos a una comuna algo olvidada como Cerrillos”.

Por lo pronto, Araya sigue fascinado con el line up que ayudó a crear. “Es como mi hijo”, dice ahora aludiendo a otra imagen. “Es lo que nos propusimos desde un comienzo para el festival. Sin duda es uno de los carteles más interesantes que podemos haber tenido en Chile, desde bandas icónicas hasta números muy actuales”.

Para discutirlo o comprobarlo, los fuegos se abren el 16 de octubre con la cita Road to Primavera en la explanada de Ciudad Empresarial, con los shows de Pixies, Jack White, Cat Power y Niños del Cerro. De ahí siguen las tres jornadas en el Parque Bicentenario de Cerrillos, aunque cruzadas por lo que bautizaron como Primavera en la Ciudad: entre el 7 y el 11 de noviembre, distintos artistas realizarán presentaciones más acotadas en diversos recintos de Santiago, como el centro de eventos Blondie, el Teatro Coliseo, el Centro Arte Alameda y la sala Ceina.

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