“Sus canciones aún parecen diseñadas para ser cantadas lo más fuerte posible”: Arcade Fire está de vuelta (escucha aquí su nuevo disco)
La banda lanzó este viernes WE, su nueva entrega, aplaudida por la crítica como un regreso a sus mejores días, retomando su afán por describir un mundo apocalíptico y nada agradable. Un trabajo partido en dos y que también los levanta luego del tropezón que significó su título de 2017.
Arcade Fire es quizás la banda ango más omnipresente de las últimas décadas: su propuesta inquieta y su mirada aguda los han posicionado como uno de los nombres ineludibles en la escena creativa del siglo XXI, herederos del mejor linaje del cancionero popular, despachando discos siempre a medio camino entre lo épico, la vanguardia, la propuesta estética y la ambición de éxito multitudinario.
Hoy, todo eso y más vuelve sobre nosotros: Arcade Fire está de retorno con nuevo disco y eso siempre es una gran noticia. Al menos lo ha sido para las reseñas en general positivas que se ha ganado WE, su sexta entrega, disponible desde hoy a través de 10 tracks y 40 mnutos de música.
Es, por lo demás, el sucesor de Everything Now (2017), título que fue mirado como una suerte de tropezón, quizás por su sensibilidad más ligera y burbujeante, lejos del sentido solemne que había caracterizado a los canadienses. Fue, de hecho, mirado como un desvío en la ruta.
¿Vuelven al camino en esta nueva producción el conjunto encabezado por Win Butler y Régine Chassagne? “Sus mejores canciones aún parecen diseñadas para ser cantadas lo más fuerte posible, con los ojos cerrados, desde el corazón de una multitud masiva. Estos principios definen WE , un disco que reivindica las señas de identidad de la banda tras una década luchando contra ellas”, introduce el sitio Pitchfork, luego que el propio grupo haya adelantado parte del material en el reciente festival de Coachella de abril.
“Parte del encanto de la banda siempre provino de la atmósfera vibrante y vivida de sus discos. Sonaban demasiado grandes para cada habitación en la que tocaban: voces recortadas en los micrófonos, instrumentos abarrotando el escenario. Coproducidas por Nigel Godrich (Radiohead), estas canciones abren un espacio más amplio. Nunca ha habido tanto silencio en un disco de Arcade Fire, el que ofrece una sensación de dinámica que hace que los himnos de construcción lenta como Age of Anxiety II (Rabbit Hole) y los giros silenciosos como la canción principal se sientan igualmente trascendentales”, continúa el sitio web.
Después detalla: “Y, sin embargo, esto sigue siendo Arcade Fire, y es poco probable que escuches un álbum de rock de un sello importante más ambicioso en 2022. Las letras tocan la liberación espiritual y el apocalipsis real; los títulos de crédito incluyen cuerdas, trompetas, arpa, congas, djembé, violín y los coros de Peter Gabriel en Unconditional II (race and religion); las influencias incluyen The dark side of the moon y Martin Luther King Jr. Todo el registro está estructurado como un viaje desde la angustia introspectiva (el primer lado está etiquetado como “Yo”) hasta la trascendencia comunitaria (el segundo es “Nosotros”), como si tratara de acabar con la pandemia sin ayuda de nadie”.
“Queda así más o menos explicada la voluntad pacífica y comunitaria de WE”, toma la palabra ahora el sitio español Jenesaispop, para luego profundizar en torno a sus letras: “Win Butler y Régine Chassagne son padres de un niño de 9 años y parecen más que preocupados por la deriva de una generación que vive con menos certezas y seguridades que la anterior. Aquí muy claramente le alientan a él y a toda su generación perdida: ‘Hay cosas que podrías hacer que nadie más en la Tierra podría / Pero yo no puedo enseñarte’. Arcade Fire están tratando de comunicarse con la generación pre-adolescente, adolescente y post-adolescente concienciada con la salud mental, de Billie Eilish a Ariana Grande, mientras musicalmente tratan de reconectar con sus antiguos seguidores”.
Atrapados en su laberinto
The New York Times, por su parte, toma un poco más de distancia de WE y lo describe como un álbum que, si bien intenta recuperar cierta dirección extraviada, igual sigue bebiendo de los temas de sus antecesores: la sobreinformación digital, el temor a los nuevos tiempos, cierto pálpito de oscuridad por días que no son los mejores. En particular lo focaliza hacia dos composiciones: Age of Anxiety I, que abre el trabajo, y la larga suite End of Empire I-III, en clara alusión al fin del dominio planetario de una sola nación.
“Estamos viviendo una era de ansiedad y el fin de un imperio, nos recuerdan las canciones con títulos grandiosos y explicativos como, bueno, Age of Anxiety I y End of the Empire I-IV. El primero es un abridor de búsqueda y tristeza con coros rítmicos que resoplan y resoplan superficialmente, como si nunca pudieran recuperar el aliento. La suite de varias partes de nueve minutos End... tiene algunos giros encantadores, pero en última instancia es etérea y vaga, y busca canalizar el tipo de visión modernizada del apocalipsis inminente que artistas como Phoebe Bridgers ( I Know the End) y Lana Del Rey ( The Greatest ) recientemente lo lograron de manera más sucinta y aguda”.
Eso sí, el periódico estadounidense modera toda alabanza en torno al nuevo cancionero de Arcade Fire: “A pesar de sus momentos ocasionales de brillantez, WE con demasiada frecuencia encuentra a Arcade Fire atrapado en un laberinto digital de su propio diseño”.
En tanto, la publicación británica NME lo califica como “el álbum más enfocado del grupo desde The Suburbs, de 2010, y el más musicalmente dramático desde Neon Bible, de 2007″.
Después subraya: “Arcade Fire , documentalistas de rock alternativo del declive social desde 2001, han nombrado su tratado más incisivo hasta el momento sobre el desmoronamiento de la civilización occidental (...) La declaración más audaz del álbum viene en forma de pieza central de nueve minutos End Of The Empire I-IV, un lamento épico por una América moribunda y un himno en el verdadero sentido de la palabra”.
The Guardian, por su lado, cree que es el conjunto de canciones más sencillas de Arcade Fire en mucho tiempo, aunque transitan también por un terreno conocido y habitual.
“Después de un predecesor débil en 2017, el nuevo álbum de la banda regresa a un territorio reconocible. Sus letras malhumoradas son irritantes, pero deberían evitar un descenso en las facturas de los festivales de esta temporada”, dice el medio inglés, apelando a que el conjunto al menos lo ha logrado: volvió a ser eficiente y masivo, como en sus mejores días. “Trabajo hecho”, concluye.
Escucha aquí el nuevo disco:
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