“Ya no podía más”: los dramáticos últimos meses de Taylor Hawkins y su lucha por reducir los shows de Foo Fighters
Poco tiempo antes de su inesperada muerte a los 50 años, durante el tour sudamericano de Foo Fighters en marzo, el baterista habría dudado de continuar con la intensa agenda de giras de la banda. Un reportaje de Rolling Stone detalla que el músico habló del asunto de Dave Grohl y que incluso le comentó a otros cercanos que “ya no podía más”. Músicos chilenos, en tanto, detallan las dificultades físicas de retomar las presentaciones en vivo tras dos años suspendidas por la pandemia.
Fue un llamado de emergencia, la noche del 25 de marzo, desde una habitación del Hotel Casa Medina, en Bogotá, Colombia, el que alertó de que algo no andaba bien con el baterista de Foo Fighters, Taylor Hawkins, quien finalmente falleció en el lugar. Solo una semana antes, el viernes 18, se había presentado con la banda en el regreso de Lollapalooza Chile -donde además fue muy solícito con los fans que llegaron hasta el hotel Mandarin Oriental, donde alojaron-, y en ese mismo fin de semana lo hizo en Argentina. Esa fue la última vez que se sentó frente a la batería con la banda comandada por Dave Grohl.
Poco después, la revista Semana publicó un reporte en señala algunos detalles de los reportes forenses sobre el deceso; estos indicaron que la muerte se debió a una sobredosis de heroína mezclada con antidepresivos y benzodiazepina, y que en total se le hallaron unas 10 sustancias psicoactivas en su organismo.
Hasta ahora se pensaba que lo de Taylor había sido más bien un infortunio. Una de esas tantas historias del rock en que un artista se pasa de la dosis o mezcla tal cantidad de sustancias, que estas generan una reacción letal en el organismo. Pero lo que no se conocía, es que Hawkins al parecer estaba cansado del intenso calendario de giras de la banda, y a sus 50 años, ya sentía el desgaste de los viajes y de tocar noche tras noche en shows que podían extenderse fácilmente por más de dos horas.
El desgaste de las giras y el antecedente de Chicago
Un reciente reportaje publicado por Rolling Stone da cuenta de las aprensiones de Hawkins en palabras de otros músicos y gente relacionada a él. Incluso, desde antes del regreso de la banda a los shows, en junio del año pasado, el músico guardaba dudas respecto a volver a las giras, más con el intenso calendario de presentaciones por delante.
Los datos del portal especializado en conciertos Setlist fm, detalla que solo en 2021, tras la reactivación en junio, la banda tocó en 40 conciertos concentrados en EE.UU. y México. Una marca todavía lejos de los 69 que hicieron en 2018 o los 60, del año anterior o los 110 del año 2011; pero hasta la pandemia, el calendario siempre fue extenso. Según el reporte, para esta temporada la banda tenía no menos de 60 shows en agenda, de allí que Hawkins solicitara bajar la cantidad de presentaciones.
En la previa al regreso, el músico le detalló a Rolling Stone que de alguna forma, la para de la pandemia le había dado un descanso tras 28 años de giras. “El último año y medio, además de ver el mundo desmoronarse en las noticias, he estado en la carretera durante 28 años -detalló en junio de 2021-. Así que digo esto con el corazón apesadumbrado, para el resto de la gente que jodidamente...me alegré de poder mantener a la gente, ayudar a mi familia y a todos, asegurarme de que todos estuvieran bien. Ha sido una maldita bendición. Pero llevo 28 años en la carretera, literalmente, así que tuve un año y medio de descanso de este sentimiento que tengo hoy”. ¿Cuál era ese sentimiento frente al regreso?: “Tengo un gran miedo escénico: mayor, mayor, mayor”.
Incluso, deslizó que ensayar para mantener un nivel aceptable en la batería -en una banda en que está Dave Grohl, acaso uno de los mayores exponentes del instrumento en la historia- le significaba un esfuerzo, más al tener que compatibilizar su labor entre las tareas propias del cuidado de su familia. “Me estoy esforzando mucho para descubrir cómo continuar manteniendo la intensidad de un hombre joven en el cuerpo de un hombre de 50 años, lo cual es muy difícil”, señaló.
Al parecer, Taylor no se quedó en las quejas. El reporte de Rolling Stone detalla que Hawkins habló del tema con Dave Grohl. “Tuvo una conversación sincera con Dave y, sí, me dijo que ‘ya no podía más’, esas fueron sus palabras”, señaló Matt Cameron, el baterista de Pearl Jam y Soundgarden, cercano a Taylor. “Así que supongo que llegaron a un acuerdo, pero parece que el calendario de giras se volvió aún más loco después de eso”.
Pero no era fácil. “[Una banda como esa] es una gran máquina [con] mucha gente en la nómina”, comenta Matt Cameron en el mismo reportaje. “Así que tienes que ser realmente consciente del lado comercial de algo cuando es tan grande y tiene una presión inherente, como cualquier negocio”. Cercanos al músico detallaron que pese a todo, accedió a seguir de gira para no crear tensiones y actuar con espíritu de equipo. Desde el equipo de Foo Fighters, quienes no accedieron a hablar para aquel reporte, simplemente detallaron que esa conversación no existió y que el baterista nunca alertó cosa alguna sobre las giras.
Ya había un antecedente; Taylor Hawkins se habría desvanecido y perdido el conocimiento durante una escala en Chicago, en diciembre pasado. La banda había volado desde Los Angeles a la Ciudad de los vientos para tomar una conexión vía Etihad Airways a Abu Dhabi, donde se iban a presentar en el Gran Premio de F1 que se corre en dicha ciudad. Este debió ser cancelado y fue el promotor de conciertos John Lickrish, quien señaló que esa decisión se tomó debido a que uno de los músicos de la banda -no se especificó quién- había sido internado de urgencia, sin entregar más datos al respecto. La información, sin embargo, fue desmentida a Rolling Stone desde la oficina de la banda.
Pero fue otro baterista, Chad Smith de los Red Hot Chili Peppers, quien confirmó lo ocurrido en ese vuelo con Hawkins. “Simplemente dijo que estaba exhausto y colapsado, y que tuvieron que llenarlo de sueros y esas cosas”, le detalló a Rolling Stone. “Estaba deshidratado y todo tipo de cosas”. Más aún, asegura que tras lo sucedido, Hawkins le dijo: “Ya no puedo hacerlo así”.
Para Matt Cameron, la ocurrido con Hawkins es que “él trató de mantenerse al día. Simplemente hizo lo que fuera necesario para mantenerse al día, y al final no pudo seguir el ritmo”.
Un desafío
Para los músicos, volver a presentarse en vivo tras dos años, ha resultado particularmente desafiante, en particular cuando sus shows involucran movimiento, coreografías, y no solamente ejecutar un instrumento. Así le ha ocurrido, por ejemplo, a la chilena Francisca Valenzuela, quien ha retomado sus presentaciones y tiene una nutrida agenda de cara al verano boreal y el estreno de su nuevo álbum, Vida tan bonita.
Cuando Culto le preguntó cómo ha sido recuperar el ritmo de los shows y cuánto training perdió por la pandemia, la artista señaló. “Yo perdí el training heavy. Estuvimos hace poco en Colombia y lo pasé increíble, pero me siento como tiesa un poco. En la parte emocional estaba bien, pero es como entrar a un training heavy; uno esta muy fuera de training, en la parte física y vocal, en que la exigencia no es menor”.
Una historia similar nos detalló Felipe Ilabaca, bajista de Chancho en Piedra, al momento de recordar la reactivación de los shows del grupo, los que habitualmente son muy intensos. “En nuestro primer concierto quedé muy cansado porque quedé fuera de training, no me acordaba cuánta energía es la que se entrega. Quedé con la lengua afuera -señaló en charla con La Cuarta-. Se me había olvidado que hay factores que uno no puede controlar cuando está en vivo, la corriente eléctrica pasa por muchos cables, y a veces se interrumpe, queda distorsionada e influye en tu forma de tocar. Si la banda no está afiatada y preparada para cualquier eventualidad, esas cosas son las más difíciles”.
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