Christian Bale: “No disfruto cuando las cosas se sienten fáciles”
Uno de los actores más prestigiosos del mundo del cine habla con Culto sobre su regreso a las películas de superhéroes con Thor: Amor y Trueno, que llega este jueves 7 de julio a salas. Si antes quedó inmortalizado como Batman, ahora encarna al malo de la función. “No solo es divertido ser el villano, sino que también es mucho más fácil que ser el héroe”, asegura en esta entrevista.
Conoce a la perfección lo que demanda ser el héroe de la función. Y más que eso: también conoce lo que significa ser arrinconado por el villano de turno, como lo ejecutó de manera magistral el director Christopher Nolan en Batman: El caballero de la noche (2008), con el Joker de Heath Ledger amenazando con quebrar al personaje principal.
“No sólo es divertido ser el villano, sino que también es mucho más fácil que ser el héroe. Pero la gente siempre piensa que es más difícil”, afirma categórico Christian Bale (Haverfordwest, Gales, 1974) en una entrevista por Zoom en la que participa Culto. “Te ganas mucha atención con mucho menos esfuerzo”, insiste sobre lo que implica transformarse en la némesis del protagonista.
A una década de colgar el traje del Hombre Murciélago (Batman: El caballero de la noche asciende, 2012), hoy Bale examina las películas de superhéroes a través de otro lente: desde lo que implica encarnar a la figura que se opone a los intereses del héroe central. El intérprete salta de DC Comics s a la saga de Marvel y se pone en la piel de Gorr, apodado El Carnicero de Dioses, una de las grandes novedades de Thor: Amor y trueno, la superproducción que llega este jueves 7 a cines chilenos.
“Los villanos”, dice, sembrando algo de suspenso, “la naturaleza humana le fascina a la gente, ¿no? Así que logras fascinar sólo por el hecho de que eres el malo. Y este era un malo muy bien escrito”.
Parte de la industria desde que con 13 años hizo El imperio del sol (1987), de Steven Spielberg, el actor acumula experiencia de sobra y tiene bien ganado el prestigio de ser uno de los mayores camaleones del mundo del cine. Es selectivo con sus roles y siempre toma proyectos que lo pongan a prueba. El caso más extremo fue El maquinista (2004), cinta para la que perdió 27 kilos, pero antes y después de aquel filme se ha caracterizado por aceptar producciones que signifiquen mucho más que sólo cobrar el cheque.
Alguna vez, en medio de la promoción de su segundo largometraje de Batman, explicó así su método: “Mi filosofía no es tanto, ‘haz lo que haces’. Es más, ‘hagas lo que hagas, hazlo por completo. No lo hagas a medias. Hazlo mejor de lo que cualquier otra persona lo haría’”.
Definido ante todo como un intérprete con apetito creativo que puede descollar en la sátira más ácida y en el drama más desgarrador, a nadie le extrañó que durante años se ausentara de las superproducciones y de las cintas basadas en cómics (que, a estas alturas, vendrían siendo lo mismo).
Desde que concluyó su trilogía con Nolan y ganó el Oscar por El vencedor (2010), encarnó a Moisés en una fallida película de Ridley Scott (Éxodo: Dioses y reyes, 2014), se transformó en el exvicepresidente de Estados Unidos Dick Chiney (El vicepresidente, 2018) y dio una nueva muestra de su versatilidad liderando comedias negras (Escándalo americano, La gran apuesta) y dramas vigorosos (La ley del más fuerte, Contra lo imposible). ¿Dónde encaja entonces su participación en la nueva entrega del Universo Cinematográfico de Marvel?
Bale sale al paso: “Me encantan todos los tipos de películas. Todo filme le pertenece espectador y es tan significativo como ellos lo deseen. Así que no tengo ningún tipo de sentido de jerarquía sobre cuáles películas son más importantes que otras, o nada de eso. Hay fantásticas comedias tontas que son algunas de las películas más importantes que he visto. Y disfruté mucho ir a ver Thor: Ragnarok (2017) con mi hijo”, explica citando la anterior cinta en solitario del personaje de Chris Hemsworth.
Todo podría haber sido radicalmente diferente. En un momento, debido a problemas de agenda, se tornó complejo que el actor se uniera al blockbuster dirigido por Taika Waititi. Pero los dos retoños que tiene fruto de su matrimonio con la exmodelo Sandra Blažić inclinaron la balanza hacia un lado y se terminó sellando su regreso al mundo de los superhéroes. “Mis hijos me dijeron: ‘no, no, no, tú vas a hacer esta?’. Y junto a Taika (Waititi), Chris (Hemsworth), Natalie (Portman) y Tessa (Thompson), estuve en muy buena compañía, así que me puso muy feliz que mis hijos me dijeran: ‘hazla’”.
“Es un padre amoroso”, anota sobre su papel, un tipo de aspecto pálido y esmirriado que se convierte en la pesadilla de los dioses y en particular de Thor, un héroe ya atribulado por el reencuentro con su expareja, Jane Foster, ahora convertida en la imponente Mighty Thor. “Y él tal vez, tal vez, podría evocar un poco de simpatía”, añade sobre Gorr.
El actor ahonda en otro motivo detrás de su fichaje: la mente del neozelandés Taika Waititi, responsable de películas como What we do in the shadows (2014) y Jojo Rabbit (2019), por la que ganó el Oscar a Mejor guión adaptado.
“Esto no es nada nuevo, ¿verdad? La tragedia y la comedia siempre han ido de la mano, y Taika tiene un talento increíble. Miras Ragnarok, por supuesto, pero si miras Jojo Rabbit hay una ironía absoluta que va de la mano con una sinceridad increíble. Es una película increíble y conmovedora. Y encuentro lo mismo en Thor: Amor y trueno. Honestamente, Taika tuvo que contener mucho su comedia para mantener el campo familiar que todos buscábamos, pero igualmente, en términos de emoción, es una película conmovedora, realmente sorprendente”.
-Ud. es conocido por interpretar papeles exigentes que lo lleven a nuevos lugares. ¿Cuál fue su aprendizaje mientras filmó Thor: Amor y trueno?
Estoy agradecido de poder hacer lo que hago, y a todos les gusta tener un desafío en sus vidas, ¿no es así? Ciertamente no disfruto cuando las cosas se sienten fáciles. Tengo muy mala memoria, pero según recuerdo, cuando me reuní con Taika, me dijo: ‘oye, puse un montón de puntos en tu cara, y todo lo demás será CGI’. Luego, obviamente, olvidé la conversación en que me dijo que en realidad todo sería con prótesis. Así que añadimos este glorioso invento que realizó el equipo de efectos especiales en Sidney. Eran cuatro horas, y luego bajaron a tres horas y media cada día, para la creación de Gorr.
“Y fue una experiencia maravillosa, muy creativa. La disfruté inmensamente. Escuchamos mucha música muy extraña y cosas que nos pusieran en ese espacio mental. Y fue diferente a cualquier película que hubiera hecho antes. Lo natural es que la gente piense que podría ser similar a los filmes de Batman que hice. Pero el enfoque es totalmente diferente aquí, donde (el rodaje) fue completamente en pantalla azul, la que con Chris Nolan, literalmente, usamos un día, según puedo recordar. Y ahora hay tecnología y cámaras digitales nuevas. Así que fue una experiencia completamente nueva para mí”.
¿Pero tuvo que perfeccionar alguna habilidad en específico? “Hubo un poco de trabajo físico, lo que no esperaba, porque veía a Gorr como un personaje abstracto y etéreo. Pero tenía que estar un poco en forma. Aunque nadie puede compararse con Chris Hemsworth, estás perdido”, bromea. Y detalla: “Miré al Child Catcher de Chitty Chitty Bang Bang (1968). Y hay un maravilloso video musical de Aphex Twin (Come to daddy). Esa fue principalmente mi inspiración, aunque tuvimos que contenernos un poco para mantenerlo familiar”.
Los cines tras la crisis
Christian Bale es uno de los pocos actores de la primera línea de Hollywood que hasta ahora no había podido estrenar ninguna película en pandemia, con las restricciones que ha implicado salir al mercado en condiciones poco amables para la pantalla grande. Su lanzamiento más inminente, Thor: Amor y trueno, debiera transformarse en un fenómeno en la taquilla mundial, aunque eso no se da por sentado para todos los títulos que vienen, incluso si se trata de una película colmada de grandes estrellas de la industria.
El actor encabeza el elenco de Amsterdam (3 de noviembre en salas), una cinta que cruza el romance y el crimen en la que vuelve a trabajar con el cineasta David O. Russell (Escándalo americano) y comparte cartel con Margot Robbie, John David Washington, Robert De Niro y hasta Taylor Swift. Podría ser una carta de premios, así como también The pale blue eye, de Netflix, su primera cinta para una plataforma de streaming, cuyo estreno se espera para este año. El intérprete se multiplica, aunque siempre es una posibilidad aflojar el ritmo.
-Thor es su primera película estrenada desde el inicio de la pandemia. ¿Cuán preocupado está por el futuro de los cines y el espacio que ocuparán las superproducciones y los filmes más pequeños en el futuro cercano?
Películas como Thor parecen bastante sólidas, ¿verdad? Todo el mundo va a ir a verlas. Se produjo un efecto después del confinamiento, en que me comprometí con filmes antes de tiempo. Y terminé haciendo tres en un año. Thor: Amor y trueno es uno de ellos. Y eso es demasiado. Nadie quiere ver tanto de mí nunca. Yo no quiero ver tanto de mí. Así que me alejaré un poco ahora.
“En cuanto a, no sé cómo describirlos, ¿los dramas para adultos? Sí. Podrían estar en una posición de peligro, en ese sentido. Definitivamente tenemos que encontrarles lugar y probar que todavía tienen una audiencia. Creo que siempre hay un lugar, ahora con el streaming y todo eso. Aún espero que ojalá podamos encontrar una experiencia comunitaria para ver otras películas. Pero parece que el mundo de Marvel está bastante a salvo”.
Filmes más o menos grandes, Bale no olvida cuál es una de las esencias de su oficio. “Siempre estás en sociedad con otras personas. Una película no es una aventura única para nadie. Dependes de todo un equipo para hacerlo”, explica. En ese sentido, su vuelta a las superproducciones fue “un esfuerzo realmente colaborativo, como lo es cualquier película. Y obtuvimos algunos resultados preciosos realmente buenos. Estoy muy orgulloso”.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.