Chiquitita dime por qué: cómo ABBA llegó a cantar en español

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Las versiones en español del afamado grupo sueco tuvieron gran impacto en Latinoamérica, a partir del sencillo Chiquitita publicado en 1979. Fue el primer paso para un álbum lanzado un año después, en que las cantantes Agnetha y Frida grabaron 10 temas consolidando el alcance global de los suecos. Esta es la historia.


Probablemente el público latino se familiarizó con la música de los suecos ABBA a partir de las versiones para varios de sus temas más conocidos que sonaron en todo el continente. Para fines de los setentas, eran uno de los números pop más afamados del mundo, con singles como Dancing Queen, Fernando o Mamma Mía, que habían trepado al número uno, por ejemplo, en Reino Unido.

Y aunque para algunos de sus integrantes la experiencia de viajar no resultaba placentera, de todas formas fuera de Europa se habían presentado con éxito en Estados Unidos, Japón, Australia y Canadá. Por entonces Latinoamérca estaba lejos del radar de los tours, por lo que la única posibilidad de acercarlos al mercado latino, era intentando grabar versiones en el idioma de Cervantes.

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En eso, el hombre clave fue el argentino Buddy McClusky. “Yo me desempeñaba como director comercial del sello RCA Victor para toda América Latina y estaba absolutamente al tanto de la repercusión que generaba ABBA -recuerda en el libro ABBA, la bestia pop, de Gabriel Hernando-. Por tal motivo se me ocurrió que, quizás, el alcance del grupo hacia el público latinoamericano podía llegar a ser aún más amplio y profundo si grababa sus temas en español”.

Así, McClusky movió sus hilos. Nada de fácil, porque los suecos no conocían una sola palabra del idioma. “Me comuniqué entonces con Stig Anderson, el representante de la banda, y tras presentarle la propuesta, al poco tiempo me respondió afirmativamente. La primera adaptación al español que hice en conjunto con mi esposa Mary fue la de Chiquitita y se transformó en un éxito instantáneo”.

En una entrevista con Radiotelevisión Española, el grupo recordó el proceso que se inició en marzo de 1979. “Empezamos con Chiquitita, alguien dijo ‘¿por qué no intentan hacerla en español?’ porque pensaron que sería adecuado, y eso hicimos, de esa forma empezamos. Es un idioma muy bueno para cantar, es muy musical”, detalló la rubia Agnetha Fältskog.

“Esa canción fue una de las que más sonó en todas las radios durante 1979″, recuerda el productor y DJ argentino, Alejandro Pont Lezica, en el mismo libro. “Fue un verdadero furor en el país y en Latinoamérica. Voulez-Vous, fue el disco que instaló a ABBA en un momento de explosión, diría que en el mismo nivel que la banda sonora de Fiebre de sábado por la noche, interpretada por los Bee Gees, que había salido apenas unos meses antes. El tema de ABBA que explotó en las discotecas en aquel entonces fue Gimme Gimme Gimme (a man after midnight)”.

El éxito de la versión en español de Chiquitita (original del álbum Voulez-Vous), lanzado en junio de 1979, le dio la razón a McClusky, por lo que se decidió seguir con un segundo sencillo, una adaptación de I have a dream (también de Voulez-Vous), traducida como Estoy soñando, publicada también en 1979.

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Así, pronto surgió la idea de grabar un álbum completo con letras en español. Ese fue el origen de Gracias a la música, un compilado de grandes éxitos cantados en el idioma. Se incluyeron canciones con cierta cercanía idiomática (Fernando, Hasta mañana, Al andar), además de algunos de los sencillos más exitosos, como Dancing Queen (traducida como La reina del baile) o Knowing Me, Knowing You (traducida como Conociéndome, conociéndote).

Para ello, McClusky viajó a Estocolmo junto a su esposa para trabajar directamente con Agnetha Fältskog y Anni-Frid “Frida” Lyngstad, las dos cantantes del grupo. “Mi señora y yo viajamos a Estocolmo con todas las letras adaptadas y allí trabajamos en el estudio sólo con Agnetha y Frida -recuerda en el libro mencionado-. Los hombres del grupo jamás estuvieron presentes ni participaron del proceso. Pero la labor junto a las chicas fue sumamente agradable, sobre todo porque se generó una conexión muy especial entre ellas y mi señora”.

“Toda la tarea en general fue muy gratificante, pero a la vez ardua y compleja, ya que no se trató simplemente de crear una letra cualquiera en español que sólo coincidiera con la métrica de cada canción sino que mantuvimos y respetamos el espíritu y el sentido de los textos originales en inglés”, agrega McClusky.

El álbum de 10 canciones se publicó en 1980, y fue un éxito en Latinoamérica, sellando para siempre el vínculo del grupo con el público latino, aunque nunca llegaron a presentarse en vivo en la región. Un golpe de popularidad que extendió su alcance global, pero que tampoco lograron saborear mucho tiempo. Solo editaron dos discos más (Super Trouper y The Visitors), antes de la disolución en 1982, cuando las tensiones y el desgaste pasaron factura al grupo. Al menos, su huella en público perduró por siempre.

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