Su aparición, aunque concebida como un puente para conectar a Walter White y Jesse Pinkman con las ligas mayores del narcotráfico en Breaking Bad, no demoró en ser todo un éxito para la franquicia. Rápidamente, Saul Goodman, un abogado charlatán con límites éticos difusos, se transformó en uno de los personajes más aclamados por la audiencia.
Tanto así, que Vince Gilligan y Peter Gould, creador y guionista de Breaking Bad, respectivamente, no tardaron en anunciar que el icónico abogado contaría con su propio spin off. Para el 2013, mismo año en que finalizó la emisión de la serie madre, la noticia sobre una nueva producción que ahondaría en los inicios de Goodman ya era oficial.
Entre dudas y expectativas, Better Call Saul terminó por consagrarse como una de las tramas más trascendentales de la televisión del último lustro, con un abanico de personajes propios y sub tramas que alcanzaron niveles insospechados. A siete años de su estreno, la historia del último gran antihéroe de la TV está a un paso de cerrar su ciclo final.
A lo largo de sus temporadas, la precuela protagonizada por Bob Odenkirk no sólo se ha encargado de resolver sus propios conflictos. También hay varios elementos que contribuyeron a robustecer algunos pasajes de la línea temporal de Breaking Bad, especialmente en el capítulo 11, titulado con el mismo nombre de la serie del 2008 y que contó con la participación especial de Bryan Cranston y Aaron Paul.
En medio de múltiples especulaciones por parte de los fanáticos, el desenlace definitivo de la historia aún es una incógnita. Sin embargo, su penúltimo episodio, titulado Riego de lágrimas y escrito y dirigido por Vince Gilligan, dejó algunas puertas abiertas que podrían adelantarnos algo de lo que vendrá.
Advertimos que lo que viene a continuación contiene varios spoilers, especialmente si aún no estés al día con el episodio semanal.
¿Qué pasará con la investigación sobre el asesinato de Howard?
Aunque fue uno de los momentos más esperados de la última etapa, el capítulo titulado Breaking Bad no sólo encantó a la audiencia por el cameo de Jesse Pinkman y Walter White. Además de avanzar en el cruce de ambas historias, aquella entrega también dio algunos detalles sobre destino que le deparó a Kim Wexler, la antigua compañera sentimental y laboral de Goodman que alcanzó una importancia esencial en la trama.
Mientras conversaba por teléfono con Francesca, su antigua secretaria, Gene Takovic (como se rebautizó Saul Goodman en ese futuro en blanco y negro que presenta la producción) se enteró de que su antigua pareja preguntó por él cuando todo se fue a pique. La noticia fue el impulso suficiente para que el ex abogado se animara a contactarse con ella a pesar de estar más que consciente de que la policía aún seguía su rastro.
Así, nos enteramos de que Kim se radicó en Florida y que trabaja en Palm Coast, una empresa dedicada a la venta de rociadores. Aunque no es posible escuchar la conversación, es evidente que su contenido deja a Takovic más que afectado. Tanto como para motivarlo a volver, poco a poco, a las sombras de la vida delictiva.
En Riego de lágrimas vemos el presente de Kim, igual de gris que el de su antiguo compañero y cómplice de jugarretas. Su ropa, la gente que la rodea, su trabajo y hasta su cabello son radicalmente distintos. Lejos de lo que era antes, su vida ahora está llena de monotonía.
Esa planicie es interrumpida por la llamada de Gene. El penúltimo capítulo revela lo que ofuscó tanto a Takovic: Wexler, entre la impresión y la culpa, sólo es capaz de decirle que debería entregarse a la policía. “¿Por qué no te entregas tú, dado que eres la que siente culpa? ¿Qué te detiene?” le responde su ex esposo al otro lado del teléfono.
Así, vemos cómo Kim termina regresando a Albuquerque para cerrar un ciclo. Pasa por los lugares que antaño eran escenarios fundamentales para la serie, como la cabina del estacionamiento del juzgado donde trabajaba Mike Ethernaut (ahora automatizada), el patio donde compartía sus descansos con Jimmy/Saul y los pasillos donde ejerció sus últimos días como abogada.
Lejos de una motivación nostálgica, la visita tiene un objetivo claro: realizar una declaración revelando toda la verdad detrás del asesinato de Howard Hamlin, caso hasta entonces abordado como un supuesto suicidio. El paso siguiente para Kim es tocar a la puerta de Rebecca, la viuda de su antiguo jefe, para entregarle una copia del documento y enfrentar una mentira que la atormentó por seis largos años.
Ante la revelación, Rebecca le pregunta qué es lo que vendrá. ¿Acaso la policía volvería a investigar el caso? ¿Cuál fue el destino del cuerpo de su esposo? ¿Kim pagará su silencio con cárcel? Sin mayores respuestas para ofrecerle, la ex abogada le contesta que es bastante probable que la policía abra el caso, aunque es difícil que haya algún cambio porque no hay testigos de los hechos. Sólo su ex esposo, del que asegura no saber nada, ni si quiera si sigue con vida.
El asunto podría cerrarse allí. Sin embargo, al final del capítulo vemos cómo Gene es descubierto por Marion, la madre del taxista que lo acompaña en sus nuevas estafas. La anciana llama a la policía y Saul escapa rápidamente. Sin embargo, con las autoridades ya avisadas, cabe la posibilidad de que Goodman sea atrapado. Y junto con ello, que aparezca el único testigo que puede confirmar el fatal desenlace de Hamlin. Pero eso aún está por verse.
Gene Takovic bajo amenaza
En el episodio anterior queda claro que Gene está dispuesto a continuar con la estafa al hombre con cáncer, a pesar de que Jeff y Buddy (que se negó a concretar la misión al percatarse de que la víctima sufría de la misma enfermedad que su padre), intentan convencerlo de que no vale la pena arriesgar todo por una sola persona. Con la adrenalina a tope y consciente de las posibilidades, el ex abogado allana la casa de su compañero del bar por su propia cuenta.
En el penúltimo episodio, vemos todo lo que pasa dentro del hogar. Cómo Takovic registra todos los documentos y contraseñas del estafado, que, curiosamente, tiene en su cuenta la suma de 37 mil dólares, misma cantidad que Walter White calculó que debía dejar a su familia para solventar sus futuros gastos en Breaking Bad.
Sin embargo, y pudiendo salir rápidamente una vez obtenidos los registros, Gene decide tentar a la suerte y ver hasta dónde podía llegar sin ser descubierto. Todo cambia cuando el hombre despierta por un par de minutos, en los que Takovic estuvo dispuesto a golpearlo en la cabeza con las cenizas de su mascota muerto para lograr escapar.
Las cosas se complican aún más cuando la policía se instala detrás del taxi de Jeff. Para distraerlos, el cómplice acelera para chocar contra otro auto, terminando detenido y a la espera de que Gene llegase a rescatarlo. Cuando se contacta con Marion para comentarle lo sucedido y darle instrucciones para que acudiera a liberar a su hijo, Takovic deja salir a Saul Goodman: en medio de su consejo legal, Gene deja en evidencia su conocimiento acerca de la jurisprudencia de Albuquerque, a pesar de que afirmó que nunca había pisado la ciudad.
Aquella mentira y un par de actitudes sospechosas en el garaje de su casa fueron suficientes para que Marion utilizara su nuevo computador para buscar los términos “estafador” y “Albuquerque”. Y por supuesto que los antiguos comerciales de Goodman salieron a la luz, y a todo color.
A pesar de que la amenaza e incluso parece estar dispuesto a atentar en su contra, Gene deja que la mujer avise que el mismísimo Saul Goodman, uno de los sujetos más buscados por la justicia, está parado en su cocina. ¿Veremos, finalmente, la captura del ex abogado?
El episodio termina con Takovic/Goodman/McGill escapando de la casa de Marion. Pero un breve tráiler compartido por AMC muestra lo que parece ser el antiguo auto amarillo que conducía Jimmy McGill antes de transformarse definitivamente en Goodman, abandonado y maltratado en un costado de la carretera. De fondo, escuchamos la voz de Saul repetir la frase “adaptador Hoover Max Extract, Pressure-pro, modelo 60″ casi como un ejercicio de memoria. Misma frase con la que Takovic solicitó los servicios del hombre de las aspiradoras en el primer capítulo de la quinta temporada al darse cuenta de que Jeff había descubierto su verdadera identidad.
¿Será Edward Galbraith, el sujeto detrás del servicio de desapariciones y nuevas identidades, quien le salve el pellejo a Goodman por última vez? ¿Logrará contactarse con él? ¿Cómo se resolverá el destino del ex abogado? Las respuestas definitivas llegarán con el último capítulo.
El destino de Buddy y Jeff, los cómplices de Gene
Durante los últimos tres capítulos de la serie, Buddy y Jeff, el taxista que descubre que Takovic es el abogado que promocionaba sus servicios a través de comerciales televisivos en Albuquerque, se transforman, poco a poco, en los aliados criminales de Gene. Su primer plan juntos ocurre en el centro comercial, cuando montan toda una performance para robar múltiples prendas en una tienda de lujo.
Aunque Takovic les advirtió que esa sería la primera y la última vez que trabajarían juntos, los impulsos que lo envuelven después de su conversación con Kim, casi como una adicción, terminan uniéndolos de nuevo en una serie de estafas que tienen como escenario un bar de la ciudad.
La situación llega a su máxima tensión después del encontrón de Takovic con Buddy, mientras que la pésima suerte que tuvo junto a Jeff en la casa del sujeto con cáncer fue la gota que rebalsó el vaso. Ahora que su relación delictual terminó de disolverse por motivos de fuerza mayor, es posible que el último episodio devele el rol que podrían jugar los dos hombres en una posible investigación policial sobre la nueva identidad de Goodman y su paradero.
¿Más escenas de Walter y Jesse?
La incorporación de los protagonistas de Breaking Bad en la historia de Better Call Saul era una deuda pendiente. Aunque la serie de Goodman logró brillar con luz propia, los fanáticos esperaban que la trama revelara la forma en que terminarían por cruzarse las líneas temporales de ambas historias.
Su primera aparición fue recibida como un verdadero homenaje entre las producciones. Incluso alcanzó dimensiones simbólicas con el título escogido por los creadores para nombrar el capítulo, rememorando el momento en que Breaking Bad bautizó la primera aparición del abogado como Better Call Saul, la icónica frase de Goodman que terminó siendo la identidad de la precuela.
Todo indica que las escenas con Bryan Cranston, Aaron Paul y Bob Odenkirk compartiendo el set por primera vez tras casi diez años dejaron bastante satisfechos a los fanáticos del universo. Y a pesar de que inicialmente se creía que su participación se extendería por un solo capítulo, Odenkirk dejó plantada la duda en una entrevista en el programa The View.
Al ser consultado sobre la posible aparición de la dupla en los últimos dos capítulos de la serie, el comediante contestó: “La verdad es que fue solo el comienzo. Hay más de ellos. Y las escenas que surgen son poderosas. Me encanta que todos piensen que van a aparecer [una vez], luego los ven y dicen: ‘¡Los vimos de nuevo!’ Estoy como, ‘Nunca se sabe lo que vendrá la próxima vez’”.
Justamente, una de las sorpresas del penúltimo episodio fue el encuentro de Jesse Pinkman con Kim afuera de la oficina de Goodman. Wexler acudió al despacho para firmar los papeles del divorcio, y apenas se retiró de la habitación entró un nuevo cliente de Saul: Emilio Koyama, el primo de Krazy-8 que luego sería salvado de la cárcel dos veces por el mediático abogado.
Mientras fumaban, Jesse reconoce a Kim como la abogada que defendió a Combo años atrás, cuando su amigo se robó al niño Jesús de un pesebre (información que entrega Hank en las oficinas de la DEA cuando investigan su asesinato en Breaking Bad). Ante la pregunta de Pinkman sobre si Goodman es realmente un buen abogado, Kim se limita a responder: “Lo era cuando lo conocí”.
Así las cosas, no sería descabellado pensar que la participación de los cocineros de la metanfetamina azul se extienda hasta Saul Gone (traducido como Saul se ha ido), el último episodio de Better Call Saul, que llegará a Netflix el próximo 16 de agosto a las 4.00 AM (horario Chile).