En el camino: la larga ruta de la novela clave de Jack Kerouac
Piedra angular de la llamada “Generación beat”, fue publicada en septiembre de 1957, tras 6 años de espera ante las dudas de la editorial Viking Press, debido a lo explícito de sus temáticas. Escrito sobre un rollo de papel, Kerouac desarrolló la idea de un libro que fuera una gran frase única. Aquí, damos cuenta de la trastienda de un libro fundamental.
Había algo que a Jack Kerouac le molestaba. Con 29 años y la vocación de escritor marcada a fuego, solía tipear permanentemente en su máquina de escribir Underwood negra. Hasta entonces había publicado un solo libro, El pueblo y la ciudad, de escasa resonancia. Pero lo que tenía en mente necesitaba una condición especial, y tenía mucho que ver con su gusto por el jazz.
Entonces, la solución fue un extenso rollo de papel. “Escribió en un rollo porque estaba tratando de crear un largo solo de prosa espontáneo, como un solista de jazz bebop, y las interrupciones por los cambios de página en la máquina de escribir rompían el flujo”, explica a Culto el escritor estadounidense Gerald Nicosia, el principal biógrafo de Kerouac, y quien acaba de editar una nueva versión de su libro, disponible en su sitio web.
No es que Kerouac haya acudido a alguna fábrica de papel y haya comprado un rollo enorme. El arreglo fue mucho más artesanal, propio de alguien que sobrevivía a la vida. “Pegó con cinta adhesiva hojas de 3,5 metros de fino papel de arte japonés para formar el primer rollo”, comenta Nicosia. El papel lo había dejado Bill Cannastra, un entusiasta aspirante a artista que había fallecido en octubre de 1950, y quien era amigo de Joan Haverty, entonces la esposa de Kerouac, con quien vivía en un departamento de un solo ambiente, en Manhattan.
Al ir avanzando, Kerouac se dio cuenta que ese rollo no le bastaba y entonces tuvo que añadirle otro. Ahí apareció su amigo Lucien Carr, quien le consiguió un rollo de papel de teletipo de la agencia de noticias UPI. Sumando todo, quedó en una enorme serpiente de celulosa de 36 metros de largo y 22 centímetros de ancho.
En ese coloso, Jack Kerouac dio forma a su novela más importante, En el camino. Hoy, existe consenso que fue escrita durante solo tres semanas, entre el 2 y el 22 de abril de 1951, al menos así se indica en el prólogo de la edición que hizo la catalana editorial Anagrama del rollo mecanografiado original, en 2009. Un tiempo record si se considera que lo usual es que los escritores tarden años en finalizar una novela. Para ello, fue clave la alta velocidad de trabajo de Kerouac. “Era un mecanógrafo rápido, 120 palabras por minuto, por lo que esto le permitía hacer riffs siempre que tuviera la energía o ‘respiración mental’ para hacerlo”, explica Nicosia.
Curiosamente, pese a escribirlo de forma frenética, el rollo tenía pocos errores de escritura. “Kerouac añadía correcciones a mano en forma de notas que incorporaría luego en la preparación de un borrador revisado y final”, explica el académico británico Howard Cunnell, quien editó la versión del rollo para Anagrama.
En el camino es una novela autobiográfica donde Jack Kerouac relata una serie de extensos viajes que realizó por Estados Unidos y México, entre 1947 y 1950, junto a su amigo Neal Cassady. Como en Los detectives salvajes, ambos protagonistas tenían otros nombres: Sal Paradise (Kerouac) y Dean Moriarty (Cassady).
El libro recogió varias de las influencias literarias que tenía Kerouac hasta ese momento. “The Road, de Jack London, es una referencia obvia. También Viaje al fin de la noche, de Céline, o las novelas confesionales de Dostoievski como Memorias del subsuelo. Además, hay toques sutiles de Moby Dick y El estafador y sus disfraces, de Melville. Y definitivamente hay una influencia de Rimbaud, abrazando la locura, rompiendo las leyes, buscando una nueva visión”, señala Nicosia.
Tras las correcciones, el libro estaba listo para publicarse en ese mismo 1951. Pero la sombra de la mala suerte estaba puesta sobre Kerouac. Ningún editor se interesaba por su trabajo, y su esposa, Joan, estaba descontenta con el matrimonio. “Su mujer se quejaba de que era un vago, de que siempre estaba en casa, de que no salía a buscar un trabajo”, recordó años después su contemporáneo y amigo, el poeta Allen Ginsberg, en un testimonio recogido en el libro Las mejores mentes de mi generación (Anagrama, 2021).
Vino lo inevitable y el matrimonio se quebró. Luego, Kerouac inició una relación con otra chica, Joyce Johnson, en 1957. Ella vivió el proceso en que el libro llegó a librerías. La editorial Viking Press se interesó, pero dudaban en publicarlo. “Era una época muy diferente de la nuestra. Los textos de Kerouac hablaban de sexo y de drogas de una forma muy abierta. En esa época era inimaginable publicar un libro así. Viking Press tenía los derechos, pero no se atrevía a sacarlo por miedo a su carácter explosivo”, recordó Johnson años después, en 1996.
Viking Press pulió el texto del rollo y lo dejó en el formato adecuado para libro. Esa es la versión que conocemos y que está en librerías. “Acortaron las frases de Jack, dividieron el libro en capítulos, introdujeron puntos y aparte y comas, cosas así. Jack estaba furioso por haberse dejado convencer. ¡Le habían tocado su texto!”, señaló Joyce. Por eso Anagrama editó también la versión del rollo original, que no tiene pausas. Solo puntos seguidos.
Pero un hecho fortuito destrabó la publicación. En 1956, Allen Ginsberg publicó su poema largo Aullido, el cual fue acusado de obsceno. Con un bullado juicio de por medio, finalmente un juez autorizó su publicación. Ahí se abrió todo. “Las editoriales se dieron cuenta de que ya era posible publicar En el camino”, recuerda Joyce.
Desde ahí, el resto es conocido. Seis años después de su escritura, el libro se publicó en septiembre de 1957. Fue un éxito rotundo y se transformó en la piedra angular de la llamada “Generación beat”, que reunió a nombres célebres como Allen Ginsberg, William Burroughs, Gregory Corso o Lawrence Ferlinghetti. Influenció sobre todo a gran parte de la juventud estadounidense en los 60, que tomó los viajes iniciáticos a través del país como un acto sagrado. El camino estaba listo para recorrerse.
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