La noche en que Los Enanitos Verdes y el rock latino sacudieron al Festival de Viña

“Viña del Maaarrr”, cerraba la tradicional cortina musical interpretada por la orquesta conducida por el maestro Horacio Saavedra, en el fin de la tanda de comerciales y el inicio del show. Era el miércoles 17 de febrero de 1988 y el Festival de Viña arrancaba su edición 29 con un guiño a la ola del momento; el rock latino.

Si el año anterior, Soda Stereo y GIT se habían llevado los aplausos y la Antorcha de Plata a punta de temas que rotaban fuerte en las radios, en esa temporada los mendocinos de Los Enanitos Verdes no quisieron ser menos. Con el éxito de su álbum Contrarreloj (1986) habían posicionado hits como La muralla verde, Tus viejas cartas y Cada vez que digo adiós.

Por ello, eran uno de los grupos más esperados en una edición en que también estuvieron Laura Brannigan, un joven Chayanne, José Luis Rodríguez, Álvaro Scaramelli y los estadounidenses Mr. Mister, quienes protagonizaron un recordado incidente cuando su cantante, Richard Page, leyó una carta en solidaridad con los artistas amenazados de muerte, lo que le obligó a “disculparse” con el público.

Pero en el arranque, todo era felicidad. Tras anunciar lo que se traía la jornada, Antonio Vodanovic junto a la coanimadora Pamela Hodar, dejó para el final la presentación de los argentinos, apelando a su peculiar estilo de hacer referencia a las canciones más conocidas.

“Porque no hay murallas que nos separen esta noche y nos vamos a poner verdes de tantas canciones, nos subimos al tren y a recorrer este camino musical con aquellos artistas que no crecen en tamaño pero sí en popularidad”, dijo el animador, ante de dejarle a Hodar el remate. "

La presentación de los trasandinos fue contundente. Con un sobrio Marcelo Cantero al frente, despacharon un set de 10 canciones que arrancó con Yo te vi en un tren, siguió con temas de Contrarreloj como Conciencia Contrarreloj, Cada vez que digo adiós, La Muralla verde, además de otras como la muy animada Por el resto, con un monstruo totalmente entregado.

El tercer tema de la noche fue la muy popular Tus viejas cartas. Nada más bastaron los primeros acordes de piano para dar rienda a los gritos del público que siguió la presentación con mucha atención. Tras cerrar con la animada Sólo dame otra oportunidad, entre los gritos de la fanaticada, los mendocinos se llevaron dos antorchas de plata, acaso como prueba de que habían logrado un éxito rotundo que apuntaló su popularidad en el país y en el cono sur americano. Un momento memorable en una carrera que siguió con éxitos, cambios de integrantes y una extensa discografía. Y así siguió rodando en la cabeza el enigma cautivante de tu voz.