De Guns N’ Roses a Marco Antonio Solís: otros conciertos caóticos que golpearon a Chile
Desde Guns N’ Roses en 1992 a Billy Idol en esta temporada, pasando por la tragedia de Doom en la sala Santa Filomena, hay momentos en que el descontrol y las peligrosas estampidas han puesto en jaque la seguridad y las vidas de los asistentes de los shows, tal como pasó esta semana con Daddy Yannkee en el Estadio Nacional, con miles de personas entrando sin boletos. Acá un repaso a algunos de los hitos.
Guns N’ Roses, 1992
En los primeros años noventas, en plena transición, el público chileno comenzó a habituarse a los megaconciertos. Espectáculos como el de Aminstía Internacional, Rod Stewart, Michael Jackson, Metallica y otros marcaron una oferta hasta entonces inédita en el país. Pero uno de los casos más bullados fue el de Guns ‘N’ Roses. El grupo llegó a Chile en la cúspide de su carrera, pero con varias polémicas acumuladas en sus shows previos en Colombia y Venezuela.
En el país, confirmaron su credencial de banda peligrosa, con encontrones de Axl Rose con la prensa y un show de alto vuelo en el Estadio Nacional, pero marcado por incidentes; Rose habría llegado ebrio con dos horas de retraso, lo que motivó botellazos y escupitajos al quinteto. La jornada del 2 de diciembre terminó con 200 detenidos y tres heridos de gravedad, entre ellos, Myriam Henríquez una menor de 15 años que fue aplastada contra una reja por el tumulto y falleció días después.
Deep Purple, 1997
El legendario grupo pionero del metal, debutó en Chile la noche del jueves 27 de febrero de 1997.
El show era el primero del tramo latinoamericano de una gira de promoción del álbum Purpendicular, que incluía pasadas por Argentina, Perú y Brasil.
Pero en su presentación agendada en el Estadio Santa Laura, estuvo marcada por un peligroso incidente. Al show llegaron cerca de 15 mil personas los que pronto dejaron claro que no desaban perderse detalle del show. Así, un grupo se encaramó a una de las torres de sonido e iluminación dispuestas para el espectáculo, pero ante el peso, la estructura comenzó a ceder. Mientras el grupo tocaba Fireball, el segundo tema de su set, la torre finalmente colapsó y cayó sobre la gente que desesperada, se movió para evitar el desastre. Todo acabó con 44 heridos.
Marco Antonio Solís, 2005
El ídolo mexicano de la canción también fue protagonista de un inesperado momento de tensión durante su presentación en la Elipse del Parque O’Higgins, el 27 de febrero de 2005.
Pese a que sus shows concentran en su mayor parte una fanaticada adulta y femenina, no estuvo exenta de excesos. La idolotaría de su fanaticada (sus “damitas” como les llama él) fue tal, que en un momento, como si fuera una avalancha, traspasaron las barreras de contención dispuestas para separar los sectores VIP y platea baja, de las localidades de Platea Alta y Galería. Los 500 guardias dispuestos para la ocasión poco pudieron hacer ante las fanáticas que se pasaban de un sector a otro, y la cosa llegó a tal punto que cuando terminó el show, Solís tuvo que salir escondido en una ambulancia.
Rage Against the Machine, 2010
Es probablemente uno de los shows más recordados en los últimos años. La legendaria banda liderada por Zack de la Rocha llegó al país con un show llamado The Battle of Santiago (en referencia a su legendario álbum The Battle of Los Angeles), en que repasaron su carrera.
Ante un Estadio Bicentenario de La Florida con 30.000 personas, el grupo debutó en Chile con un set explosivo que pronto llevó las cosas más allá; con los riffs de Tom Morello atronando en el lugar, cientos de espectadores ubicados en las localidades más alejadas del escenario iniciaron una avalancha masiva para pasarse a las ubicaciones preferenciales. La marea fue incontenible y se registraron forcejeos y trifulcas entre guardias y asistentes. El saldo final fue de 22 guardias privados heridos y 14 detenidos por diferentes delitos.
Doom, 2015
En abril de 2015 ocurrió una de las peores tragedias en los shows en vivo realizados en la capital. Esa noche en la sala de conciertos Santa Filomena, ubicada en un subterráneo en Alameda entre Santa Rosa y San Francisco, se presentó la banda británica de punk, Doom, un número esperado por la fanaticada local que llegó al recinto con alta expectativa.
Sin embargo, en un momento se desató una peligrosa y masiva avalancha de espectadores que quisieron entrar a la fuerza por una entrada subterránea y estrecha, que acabó como una peligrosa trampa. Hubo gente que quedó atrapada y aplastada por la marea.
Los testimonios de la época detallan además una violenta reacción de los guardias a los que se les acusa incluso de haber aplicado electroschock a varios de quienes intentaban ingresar. A raíz de este suceso, que acabó con cinco muertos y varios heridos, el entonces intendente metropolitano Claudio Orrego, instauró la Circular N°28, documento que detalló los primeros lineamientos para el resguardo de la seguridad en eventos de menos de 3000 personas.
Metallica, 2022
El 27 de abril de este año, Metallica debutaría en el Estadio Nacional. Pero no sucedió, pese a que estuvo anunciado por años para tocar en el coliseo central de Ñuñoa.
Cerca de un mes antes, los administradores del lugar le comunicaron a los encargados del espectáculo, la productora DG Medios, que por remodelaciones en el reducto con miras a los Juegos Panamericanos 2023, no podían cederlo.
Los californianos debieron trasladarse al Club Hípcio, un sitio que demostró en grado elocuente no estar habilitado para recitales: los accesos se hicieron estrechos, se llenó de barro (llovió el día anterior) y el sonido a veces se desvanecía en una masa incomprensible.
¿Lo más grave? Cientos de personas intentaron ingresar en “avalancha” y sin ticket, desbordando a la seguridad, quienes incluso en un momento no ofrecieron resistencia y dejaron entrar a quien fuera. Sin controlar los boletos. Un descontrol sublime.
Billy Idol, 2022
El debut en el país del ídolo del punk, no pudo tener un marco más acorde con la leyenda. Su show, el pasado 1 de septiembre en el Teatro Caupolicán con 5000 personas, debió ser detenido en un momento debido a incidentes en la entrada del recinto de calle San Diego, por parte de gente que intentó ingresar sin tickets a la fuerza, y que fue repelida por guardias que usaron humo de extintores.
La situación hizo toser al músico y le complicó su performance, por lo que se debió hacer un alto para reponerse y calmar las cosas.
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