Cuando conoció a Carl Erik Juhl, Analisse se sintió inmediatamente atraída, especialmente por sus rasgos viciosos. “Por su trabajo con niños con problemas psicológicos y dificultades de aprendizaje, había conocido a muchos adultos que no estaban dispuestos a reconocer sus puntos débiles, así que la sinceridad de Carl Erik le pareció una redención”, escribe la narradora danesa Dorthe Nors en Golpe de kárate, el cuento que da título al libro. Autora de cuatro novelas, este conjunto publicado en 2008 permitió la internacionalización de su obra. Historia de una relación abusiva que resuelve con una narración precisa y atenta a los detalles, el relato es una muestra de sus intereses y de sus talentos literarios. En 135 páginas, la escritora entrega 15 cuentos, miniaturas narrativas atravesadas de tensión, en los que explora en la violencia, la angustia y la fragilidad de la vida cotidiana. Escritos con notable concisión y perspicacia, y con gran sentido del ritmo, los relatos dibujan un mundo de personajes dislocados, heridos o extraños, que protagonizan historias a menudo perturbadoras, y cargadas de humor negro.

“Búsqueme el último diálogo de Hamlet con Ofelia”, le dice. Ella corre por la casa buscando entre los libros. “¿Encontró el diálogo? Es el último…”. Ella lee en voz alta. “¡No, pues! ¿Qué es eso?”. Es una traducción, dice ella. “¡No, pues! Esto se lee en inglés!”. El texto se titula Shakespeare y forma parte del libro de Colombina Parra, un conjunto de fragmentos, poemas, anotaciones y pequeñas escenas que atraviesan desde su niñez hasta la vida adulta. La figura que recorre estas páginas de manera invisible pero omnipresente es la de su padre. “Cuando la casa se llenaba de guitarras quería decir que habían llegado los tíos. Dele que dele las guitarras sonando. ‘Chao, papá. Nos vamos al colegio’. ‘¿Para dónde va usted, Colombinita’?. ‘Al colegio’. ‘No, no, no, no, no. ¿Al colegio? Pero si este es el verdadero colegio!’”, anota en otro recuerdo. Enrique Lihn, Jodorowsky, Lafourcade, Jorge Teillier y Camilo Catrillanca son otros perfiles que conviven en este álbum donde la voz del antipoeta resuena en frases más dadas a la melancolía que al humor: “¿Cómo recojo mis pedazos ahora?/ ¿Y los tuyos?/ ¿Los recoges tú?”.

Abrió los ojos en torno a las 6.00 de la mañana y se encontró con otros ojos: Julian, su pequeño hijo, estaba despierto y lo miraba con una expresión divertida. “De modo que nos levantamos y le di un baño, y luego me bañé yo”, escribe Nathaniel Hawthorne el jueves 31 de julio de 1851. El autor de La letra escarlata se encontraba solo con su hijo de cinco años, luego de que su esposa viajó con sus dos hijas a Boston. Durante 20 días, el escritor juega, cuida y convive a solas con su hijo; se alegra y a veces también se cansa y pierde la paciencia. “Son tan constantes sus demandas”, escribe, “que resulta imposible leer, pensar, tan siquiera dormir (durante el día); pero es un hombrecito tan alegre y simpático que todos los incordios tienen algo de satisfactorio”. Padre e hijo juegan a la guerra entre los cardos; van al lago, recogen grosellas y le dan lechuga a Conejito, la mascota. Escrita con la inmediatez del diario, estas páginas transmiten ternura, amor y el enorme aprendizaje que significa la paternidad. “Medido con la vara de su época, Hawthorne es un padre tierno y ejemplar”, escribe Alejandro Zambra en el prólogo.

¿A dónde van a caer las estrellas fugaces? ¿Por qué los atardeceres son rojos si el cielo es azul? ¿Por qué la luna parece que nos sigue? ¿El sol está celoso de las estrellas? Kika es una curiosa niña de cinco años. Vive con su mamá, su abuela y su perro Barbas en un entorno natural, rodeado de cerros, árboles y pájaros silvestres. Con Facu y Maripi, sus vecinos y buenos amigos, comparte su curiosidad por el universo. Detrás de sus preguntas de resonancias poéticas, los niños expresan auténtico interés científico. A veces Kika intenta seguir a la luna o descubre con sus amigos, bajo la lluvia de una manguera de jardín, cómo se forman los arcoiris, o va de campamento con su mamá y juntas observan las primeras luces del amanecer sobre el lago. La astrónoma y comunicadora científica Francisca Contreras es la autora de este libro, donde presenta siete aventuras protagonizadas por Kika. Historias que exploran en misterios de la astronomía y el universo, narradas con un lenguaje transparente y accesible, en un tono amable y coloridamente ilustradas por Marcela Muñoz.