Reseña de libros: de Silvia Moreno-García a Romina Pistolas

Silvia Moreno-García
La escritora Silvia Moreno-García.

La sorprendente novela negra con trasfondo político de la escritora mexicano-canadiense; un libro autobiográfico de una joven de Calbuco que se hizo stripper en Australia, y un hermoso libro álbum del ilustrador Luis Peña Álvarez, en las lecturas de la semana.


La noche era terciopelo

La Noche era Terciopelo, de Silvia Moreno-García (Umbriel)

A Elvis no le gustaba golpear gente. Prefería leer, hacer crucigramas, encontrar palabras nuevas en el diccionario y escuchar música rock. Ciertamente era una paradoja, porque Elvis era uno de los Halcones de El Mago, su jefe. “El requisito principal de un Halcón era que tenía que parecer un estudiante para poder informar sobre las actividades de los molestos rojillos que infestaban las universidades: troskos, maoístas, espartakos; había tantos tipos de disidentes que Elvis apenas podía seguir la pista a todas sus organizaciones y, también, si fuera necesario, chingarse a alguna de ellas”, escribe Silvia Moreno-García en esta sorprendente novela. Escogida entre los mejores libros de 2021 en EEUU y seleccionada por Barack Obama en su lista de lecturas de verano, la novela se sitúa en México en 1971, en un ambiente de agitación y protestas políticas, y se basa en la historia real de los Halcones, grupos financiados por la CIA para perseguir a militantes de izquierda.

La narración sigue la historia de Elvis, a quien le encargan hallar a una estudiante vinculada los grupos de izquierda, y la de Maite, una secretaria soltera y solitaria que pasa la vida leyendo, escuchando música y soñando con los romances de una saga de cómics. Un día su vecina Leonora, una estudiante que parece llevar una vida agitada, le pide a Maite que cuide su gato. Y cuando ella no llega a buscarlo como acordaron, Maite decide salir en su búsqueda. De este modo, las vidas y las historias de Elvis y Maite se cruzan en una sagaz novela negra, una narración cautivante cargada de emociones y violencia, con sabor a pulp fiction, y protagonizada por personajes memorables.

Carmen

Carmen, de Romina Pistolas (Cuneta)

“Los ojos son todo”, le dijo mientras la maquillaba. Era la primera noche de Romina como stripper en Australia. Skyler, una mujer nacida en California que había recorrido el mundo como desnudista, la maquilló y aconsejó esa noche. “Good girl, vas a hacer mucha plata aquí. ¿Cuál es tu nombre de escenario?”, le preguntó. “Isabella”, contestó Romina. “No, absolutamente no. No es latino. Tú eres latina”. Y agregó: “Tu nombre es Carmen”.

Esta es la historia de cómo una chica crecida en Calbuco y criada en una familia de campo cruza el charco y abre una puerta insospechada para dejar atrás pudores y barreras y encontrar un lugar en el mundo, o cómo Romina se convirtió en Carmen. Es un relato de búsqueda y crecimiento, de valentía y revelaciones personales, donde Carmen vive una infinidad de experiencias y conoce historias de hombres solitarios o en pareja, masculinidades fracturadas, heridas o melancólicas, y es también o sobre todo una historia de amor: “El amor a primera vista existe y dura cerca de tres años y nueve meses. O así nos pasó a Tom y a mí”, escribe Romina. Historia de contornos autobiográficos, la novela está escrita en una prosa que fluye, respira, refresca y a menudo hace reír.

Un hogar para Lía

Un Hogar para Lía, de Luis Peña Álvarez (Pozo de Arena)

Hay historias que prescinden de las palabras: no las necesitan o se narran en un lenguaje silencioso. Un lenguaje de imágenes, de atmósferas, gestos, luces y sombras. El ilustrador Luis Peña Álvarez confía en esos recursos para elaborar una historia visual que dialoga con su libro anterior, La Familia M. Esta vez el autor presenta una historia nocturna, que transita entre la vida y la muerte: en una noche oscura un gato solitario se encuentra con una niña perdida, que busca el camino a casa. Con sensibilidad, ronroneos y esa facultad gatuna de percibir o ver lo invisible, el gato le ayudará a encontrar una puerta y una ruta hacia el hogar.

“Vine al mundo con las manos vacías/ descalzo lo dejo./ Venir, partir; dos sencillos sucesos/ que se entrelazaron”, dicen los versos del poeta zen Kozan Ichikyo que incorpora la contratapa del libro. Una historia sugerente y atmosférica, de contornos poéticos, de notable virtuosismo gráfico, cuidadosa en los detalles, delicada en la composición y de conmovedora belleza.

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