Por familia y trabajo, Benjamín Vicuña divide su atención entre Buenos Aires y Santiago. En la cartelera porteña está presente desde agosto con El método Grönholm, la nueva versión del éxito teatral escrito en 2003 por el catalán Jordi Galceran. Un montaje que seguirá con funciones hasta fines de noviembre en la sala Pablo Neruda en el Teatro Paseo La Plaza, parte de la emblemática avenida Corrientes, y que no descarta traer al país en el corto plazo.

En paralelo, el actor nacional sigue en detalle cada paso de Teatro Mori. El proyecto cultural creado en 2005 junto a su colega Gonzalo Valenzuela y al ingeniero Cristóbal Vial salió a flote tras la crisis gatillada por la pandemia y enfrenta una agitada recta final de 2022.

El Retiro, el nuevo espacio de Mori. Foto: Mori

Lo más inmediato es la inauguración de El Retiro, el bar que desde esta semana opera en su sede de calle Constitución (miércoles a domingo, de 18:00 a 01:00 horas). Vicuña lo describe como “un espacio gastronómico que de alguna manera viene a completar la experiencia teatral”.

Esa iniciativa conllevó importantes reformas en su histórica fachada, en el jardín interno y en la segunda propiedad que poseen los socios. Cirugía mayor en que trabajaron en alianza con los creadores de La Jardín, La Diana y El Bajo.

“Con este hito gastronómico en el que invertimos estamos apostando nuevamente por Bellavista, un barrio de la cultura, de la bohemia, donde nació Mori. Es más que un restaurante, es un lugar de encuentro al aire libre que esperamos nos dé un impulso. Creemos que va de la mano la experiencia de ir al teatro con comer o tomar algo, divertirse, entretenerse”, señala el intérprete a Culto.

Con esa misma convicción plantea que este ha sido “un año de transición” para el proyecto del que es fundador. El mismo en el que, asegura, “en los últimos meses estamos retomando número prepandémicos. El público necesita y tiene ganas de volver a los espectáculos en vivo, que son irrepetibles, únicos. No sólo al teatro, sino que también lo estamos viendo con los conciertos”.

Volver al lugar donde asesinaron a mi madre. Foto: Andrés Valenzuela

Actualmente con cuatro salas en funcionamiento (Parque Arauco, Vitacura, Recoleta, Bellavista), la plataforma ofrece una cartelera de cierre de año en que destacan una nueva temporada de la exitosa De uno a diez, ¿cuánto me quieres? (de Teatro Aparte y con Juan Bennett en reemplazo de Gabriel Prieto), y un ciclo consagrado a directoras nacionales. Una selección a cargo de Andrea Pérez de Castro, principal responsable de la programación de Mori.

En la sede de Bellavista se muestran La madre de Eva, dirigida y adaptada por Heidrun Breier, y Antes de morir quiero conocer el cielo, bajo la batuta de Javiera Mendoza. En tanto, en Recoleta (que abrió a mediados de 2019) hay funciones de Volver al lugar donde asesinaron a mi madre, escrita por Carla Zúñiga y dirigida por Cheril Linett, y Espíritu, con Trinidad González como autora y actriz.

La comedia se manifiesta a través de Amiga date cuenta (Parque Arauco), obra con las interpretaciones de Javiera Contador, María José Bello y Claudia Pérez, que cuenta con la dramaturgia y dirección de Carla Zúñiga.

Benjamín Vicuña sintetiza: “Intentamos hacernos cargo de la contingencia, de la política, de lo que está pasando, sobre todo en salas como Recoleta, que está en la mitad de la ‘Zona Cero’. También haciendo comedias, entendiendo que el humor y la risa unen en momentos en que hay tanta polarización en Chile”.

Otros títulos incluidos en la grilla son Bajo terapia y Escuela de perros, además de las presentaciones de los comediantes Felipe Avello (El show de Avello) y Felipe Izquierdo (Soy el único que no me conozco). Las entradas están a la venta a través de sistema Puntoticket.

De uno a diez, ¿cuánto me quieres?

Además, acaba de concluir la 15° edición de Famfest (Festival Internacional de Teatro Familiar), que agrupó a 23 obras locales y cuatro extranjeras (Argentina, Ecuador y dos de España). “Es la única manera de generar y crear nuevas audiencias”, dice acerca de una instancia que en esta ocasión regresó a la presencialidad total luego de dos versiones en formato híbrido.

“La pandemia fue muy difícil sobre todo para las artes escénicas. Y fue muy difícil poder sostener y buscarles el rumbo a los espacios culturales”, advierte. “Nos costó muchísimo, pero pudimos sostener los cuatro espacios que tenemos. Nos pusimos de pie y ahora estamos felices porque de nuevo estamos creciendo y tenemos proyección. Estamos felices por nosotros y por los protagonistas de nuestra gestión: los actores y las compañías”.

Al elaborar ese análisis, Vicuña no olvida la participación de los privados. “Han sido fundamentales en el modelo de Mori y tenemos que volver a salir a buscar esa tercera pata. Tal vez hoy están más enfocados en otro tipo de áreas, pero hay que entender que la cultura es un patrimonio que hay que cuidar entre todos, porque es muy difícil hacerlo a pulso”, concluye.

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