La alocada noche en que Pam Grier salió con John Lennon (y fueron expulsados de un club)

Pam Grier (73), puede reclamar con autoridad ser la primera heroína afroamericana de Hollywood. A comienzos de los setentas, con su imponente melena rizada y sus 1,73 mts de estatura, se volvió una estrella de blaxploitation, el género de películas de acción baratas, orientadas al público negro.

Así, Grier protagonizó filmes cargados de armas y desnudos, como Coffy (1973) y Foxy Brown (1974), los que le dieron un nombre en la industria. Tanto que años después, Quentin Tarantino la llamó para el protagónico de Jackie Brown (1997), su homenaje al género que hasta hoy es considerada una de sus mejores películas. En los últimos años, se ha mantenido en activo con una serie de podcast en que cuenta su historia, además de unas memorias, Foxy, que serán llevadas a la pantalla en un tiempo.

La historia de Pam Grier no solo se extendió en Hollywood. Con su acostumbrada seguridad en sí misma, no dudó en hacer notar sus aptitudes musicales a fines de los sesentas. “Hice coros con Bobby Womack y Wonder Love, el grupo de apoyo de Stevie Wonder. Bobby me presentó a su amigo Sylvester Stewart -cuenta la artista en una reciente entrevista con Rolling Stone-. Entonces lo veo tocando con Family Stone. con un gran afro y digo, ¿Sylvester es Sly Stone? Pellizcadme, apuñaladme con un tenedor, ¿cómo está pasando esto? Sly dice: ‘Escuché que puedes cantar’. También puedo tocar el piano y el Hammond B-3″.

Ese trabajo le permitió incluso conocer a estrellas de rock del momento. “Una noche, estaba cantando con Bobby, y dije, oh hombre, estoy cansado, tengo hambre, me voy. Entonces miro hacia arriba, se abre el ascensor, salen tres tipos. Dos rubias, pero el que está al medio tiene puesto un sombrero negro puesto; es Jimi Hendrix y su Band of Gypsies, que venían para improvisar con Sly and the Family Stone”.

La actriz no olvida esa noche. “Miro a Jimi y digo: ‘Puedo cantar’. Bobby le dijo: ‘Sí, ella puede tocar el teclado’. Jimi dijo que está bien. No quería ser el niño pequeño, todo loco y atolondrado por esta gente, necesito estar fresca y tranquila. Ellos sacan una gran ensaladera con cocaína, pero no me acerco. Pensé que era polvo de hornear”.

El vínculo con la música no se acabó en esas regadas noches con Sly y Hendrix. Una noche de 1974, fue testigo de un incidente que protagonizó un ebrio John Lennon, en medio de su período de juerga conocido como el lost weekend, en que se separó de Yoko Ono y salió a regadas fiestas con su asistente, May Pang. “Casi voy a la cárcel con John, la noche que nos echaron del club. Lo conocí a él y a Harry Nilsson”, cuenta Grier en la misma entrevista.

“Estábamos en los ensayos para los premios Oscar -recuerda-. Yo era amigo de Jackie Haley Jr. y su esposa Liza Minnelli. Me sacaron a escondidas de la casa de Sammy Davis Jr, una noche cuando intentaba cazarme. Tuve que sumergirme en la parte trasera de su Rolls Royce. Tenía que alejarme de Sammy porque no se detenía y no quería matarlo. ‘Noticias a las 11: Pam Grier noquea el otro ojo de Sammy’”.

Una vez a salvo del acoso de Sammy Davis Jr, a Pam le ofrecen un panorama para esa noche. “Jack quería que fuera a ver a los Smothers Brothers en el Troubadour con Nilsson Schmillson y John. Estoy preguntando, ¿quién va? Espera, ¿todos son hombres? no puedo ir. Pero me meto en el coche y no están borrachos. Están callados a mi alrededor, porque yo estoy muy callada”.

Fue así que legaron al local. “Entramos y están tocando gospel de fondo, Old Time Religion. A John le recuerda I Can’t Stand The Rain, la canción de Ann Peebles que hizo Missy Elliott más tarde. Comienzo a tocar ese ritmo en la mesa y él empieza a cantar. ‘No soporto la lluvia, contra mi ventana, me trae esos recuerdos’. La gente se da la vuelta para ver quién está cantando: ven a John Lennon y se vuelven locos. Entonces se armó un gran lío de borrachos, tirando mesas”, cierra.

Lennon, continuó en plan escandaloso. No paró de gritar durante la presentación de los Smothers Brothers, tanto así que el mánager del dúo lo fue a encarar. Allí comenzó la gresca y los guardias sacaron al ex beatle del lugar. “Estamos sentados en la acera con la policía de Los Ángeles, tomando nuestra declaración para poder volver a los ensayos para los Oscar -recuerda Grier-. Me rompí las uñas, me arranqué el pelo, me rasguñé todo. Yo estaba como, oh Señor, pasando el rato con esta gente blanca. Será mejor que seas rico o estés preparado”.

Según Pam Grier, la historia terminó con un gesto del inglés. “John me envió flores al día siguiente con una nota. Decía: ‘Gracias por no golpearme’”.