Pablo Zúñiga después de las pifias: “Si creen que por un fracaso voy a parar, olvídenlo”
El comediante y periodista, que tuvo un tibio paso por el Festival de Las Condes, habla con Culto a días del tropezón. Dice que fue sólo una mala noche, que no era su público, asegura que nunca antes le había pasado y descarta un paso al costado: “El nivel de odiosidad que veo, sin conocerme, sin haber ido nunca a verme, es impresionante”, se lamenta.
Un complicado debut festivalero tuvo el periodista y “standupero” Pablo Zúñiga. Era el encargado de sacar las risas en la última jornada del Festival de Las Condes -el pasado sábado 28 y emitido por Canal 13-, pero su rutina duró solo 18 minutos, luego de una tibia recepción del público, donde sobre el final asomaron pifias y chiflidos. Fue un show con pena y sin mucha gloria.
Su trayectoria en televisión, marcada por su humor irónico y con toques de absurdo, recorre programas como Gigantes con Vivi, Caiga quien Caiga, Mira quien habla e Influencia humana. Este último, un late que condujo y que contó con la participación de Felipe Avello. En ese entonces, las comparaciones en el tipo de humor entre ambos ya se comentaban. “Con Avello somos amigos. Ninguno ha copiado a otro; además, nos encontramos muy distintos”, dice el humorista en conversación con Culto.
De hecho, luego de su paso por el Festival de Las Condes, en redes sociales comenzó a viralizarse un extracto de hace un par de años del podcast Tierra 2 de Avello con Pedro Ruminot, en el que “El pececillo” acusaba a Zúñiga de copiarle. “La gracia no se compra en la calle, no se copia. Con la gracia se nace o no se nace y tú en esta vida no naciste con gracia. Pablo Zúñiga, no naciste con gracia. La gracia se lleva en el corazón”, decía y proclamaba Avello en la comentada grabación.
La presentación de Zúñiga el fin de semana tocó temas como la pandemia, sus años en televisión e incluso un bloque que contó con la participación de Diana Bolocco y Pamela Díaz -a través de llamadas telefónicas grabadas-, las que no lograron enganchar con los asistentes. Su última carta, y que usó para bajarse del escenario, fue una videollamada con Pailita, encargado de cerrar la noche musical y uno de los artistas favoritos en la escena chilena actual.
Ya pasado el huracán, Zúñiga dice que la rutina que presentó la había probado durante todo el año en distintos lugares de Chile, siempre de forma exitosa “No existe absolutamente nadie que haya asistido o me haya contratado, que diga lo contrario. Por algo me llevaron hasta tres veces a la misma ciudad y a veces actué dos veces en el mismo lugar”, comenta.
Reveló que para Las Condes, su rutina fue revisada por una comisión en diciembre, quienes que “la consideraron divertida”, lo que le dio el último impulso para presentarse en la cita veraniega animada por Tonka Tomicic y Francisco Saavedra.
El comediante continúa: “Jamás me han pifiado y jamás ha salido alguien de un show mío indiferente, por el contrario, a quienes les gusta el humor negro les encanta. En el Festival de Las Condes simplemente no funcionó. No quiero excusarme, pero quizás mi día debió haber sido con Vicentico y Nicole, cuarentones y cincuentones que te escuchan más. El día que yo me presenté no llevaba un minuto y ya me estaban pifiando”.
Respecto a los comentarios negativos que ha recibido, sobre todo a través de redes sociales, el humorista dice: “El nivel de odiosidad en Twitter e ignorancia me llama la atención. Uno ve el el currículum de quienes te atacan y no tienen estudios, teoría o respaldo en torno a la comedia. Es gente que tiene odiosidad y te crucifican diciendo que fracasaste. No quiero ni pensar cuál es el discurso de estas personas que te crucifican, hacia sus hijos cuando fracasen, se caigan o no les resulte algo, ¿o creen que nunca les pasará? Ojalá que no. A los cinco (hijos) míos ya les conté, entienden y me apoyan infinito”.
“No sé por qué (en Las Condes) no funcionó, pero de ahí al nivel de odiosidad, maldiciones que veo, sin conocerme, sin haber ido nunca a verme a una actuación anterior, es impresionante, sobre todo de gente que no tiene ninguna autoridad, estudio o algo que avale sus dichos”, sigue.
“Un detalle que no es para victimizarse. Estuve un año siete meses sin pega, sin eventos de standup. Me presenté en empresas, bares, hoteles y animé eventos y me va la raja. Siempre me vuelven a llamar. La respuesta siempre ha sido altamente positiva”.
El apoyo
Durante los últimos premios Caleuche -entregados el pasado domingo 29 en el Teatro Oriente y emitidos por TVN-, las comediantes Natalia Valdebenito y Javiera Contador llamaron a respetar a sus pares, pensando precisamente en la experiencia reciente de Zúñiga. De hecho, se refirieron a las pifias como “una mala práctica” por parte del público, la que torpedea el trabajo profesional preparado por un humorista.
“Quiero decir algo en nombre de nuestros compañeros y compañeras comediantes”, partió Valdebenito con parte de su discurso. Luego siguió: “Y es que merecemos respeto. En cada escenario merecemos respeto. Yo sé que se usa la pifia como una forma de manifestación. Pero la verdad es que, si una comediante no puede hacer su trabajo hasta el final, la gente nunca va a ver ese resultado ni ese cariño que le pusieron. Detrás de cada rutina hay mucho trabajo”.
“Yo pido respeto para mis compañeras y compañeros comediantes”, cerró la comediante.
Zúñiga asegura al respecto: “La gente puede emitir pifias, lo que sí creo es que la gente debe tener respeto para que uno presente lo suyo. No me imagino gente en el Teatro municipal pifiando porque quieren ver al maestro Bravo después”, asevera.
A dos días de su paso por el escenario del Parque Padre Hurtado, el humorista adelanta que continuará en el camino del humor. “Si creen que por un fracaso voy a parar, olvídenlo. Esto es sólo para pararse, si realmente mi rutina no funcionara, obviamente me dedicaría a otra cosa o perseguiría otro plan. Nos vemos en la próxima actuación, invitados los que quieran ir y los que no, no me maldigan. Simplemente no vayan”, culminó.
Para revisar la rutina de Pablo Zúñiga haz click aquí.
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