“Me gusta el vino, porque el vino es bueno”: Tito Fernández y un hit folclórico
Lanzada en 1975 en el disco del mismo nombre, durante los días del régimen militar, se trata de una canción que originalmente era una composición por encargo.
“Me gusta el vino, porque el vino es bueno. Pero cuando el agua brota pura y cristalina de la madre tierra, más me gusta el vino”, comienza el recitado del fallecido Tito Fernández, el Temucano, para Me gusta el vino, acaso uno de los temas emblemáticos de su extensa carrera en el folclore.
Se trata de una canción publicada originalmente en 1975, en el álbum del mismo nombre lanzado bajo el sello Alba IRT. Una pieza que llegó en un momento en que el artista mantenía una intensa agenda de actividades en televisión y en la reducida vida nocturna, a causa de las restricciones impuestas en los primeros años del régimen militar, lo que le endilgó la eterna suspicacia de otros colegas.
El Temucano, comenzó su carrera discográfica en 1971, tras algunos años en que se dio a conocer en la capital con presentaciones en la afamada Peña de los Parra. Pese a que había trabajado junto a Ángel Parra, el hijo de Violeta, y fue uno de los artistas más populares de Dicap, el sello administrado por las Juventudes Comunistas, con el golpe, su vida tuvo un giro.
Hacia 1975, su marca autoral se consolidó en trabajos que mantuvieron su impronta campechana y popular, apelando a temas universales. Según el sitio Músicapopular, la enciclopedia online de la música chilena, Fernández recibió el encargo de componer una canción para Antonio Prieto, esta fue precisamente, Me gusta el vino. Una canción que le dio un envión de popularidad tal, que califica como un hit folclórico tal como El gorro de lana y Corazón de escarcha.
El tema arranca con su tradicional recitado y se extiende por catorce estrofas en que desarrolla una versificación anclada en el mundo popular. Así, apela a imágenes cotidianas, propias de una fiesta de tono costumbista. “Me gusta el vino al lado del asao, de las papas cocidas, la ensala, al lado del ají y del pebre cuchareao. Ese tan rico que hacia mi’amá”.
Y sigue con otras referencias apelando al añoso vínculo del brebaje con la jarana. “Me gusta el vino, el sábado en la tarde y me gusta con harina el domingo en la mañana, y pa que no me deje feo mi compadre. Me gusta el vino casi toda la semana”.
El tema también tiene una suerte de estribillo, al modo de una canción pop. “Allá va la muerte, me está esperando, allá va debajo de la enramada, allá va debajo de la enramada”.
El álbum contiene además otros títulos ineludibles en la carrera de El Temucano; la hilarante Los pelados y los guatones, así como Dicen que soy borracho, son otros temas que solían estar en los sets de directo del artista, acaso con menos impacto masivo que otros como La casa nueva, pero que asimismo, resumen la mirada autoral de un creador tan inquieto como cuestionado.
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