Pablo Chill-E: “Me gusta escuchar a los Beatles, me gusta I am the Walrus”
Uno de los referentes de la música urbana chilena vuelve con Duende Verde, un extenso nuevo trabajo discográfico que pone a fin a un período convulso en que estuvo limitado por líos contractuales . En charla con Culto, se explaya sobre la recepción que sentido de su trabajo, su visión crítica de la televisión, y su inesperado gusto por el rock. “Igual sería curioso un tema junto con Ozzy Osbourne”.
Una señal luminosa con la imagen del Duende Verde, el archienemigo de Spiderman, se proyectó en los edificio aledaños de Plaza Italia la noche del pasado 28 de marzo. Originalmente se pensó como una acción para promocionar el nuevo álbum de Pablo Chill-E (23), llamado precisamente como el personaje de ficción.
Pero sin proponérselo, el llamado difundido por las redes sociales convocó a fans y curiosos que llegaron al habitual centro de celebraciones en el corazón de la capital. Así el mismo artista (que además estaba de cumpleaños) debió bajar desde la Galería CIMA, donde se realizaba el lanzamiento, para compartir con todos. “Estuvo bonito, hermano, me sentí apoyado. Nunca pensé que iba a llegar tanta gente -cuenta a Culto-. Lo que nosotros queríamos hacer era que la gente desde su casa o los que estuvieran ahí, vieran la proyección. Pero la convocatoria se armó sola, al final fue como una fiesta”.
Pese a lo que desliza el nombre, el álbum no tiene mucho que ver con Spiderman. De hecho, el Duende Verde es un apodo que salió desde el círculo de Pablo Chill-E, uno de los astros del trap local. “El Duende Verde es un tipo que es bueno, pero que se vuelve como un malo. Entonces mis amigos me empezaron a decir así porque me volvía como otro yo. Entonces, como que me quise agarrar un poco de ahí. En el trap se hablan de cosas como más negativas, entonces ahí viene el concepto”.
Este lanzamiento de 21 temas, trabajado durante 3 años en diferentes estudios, marca el regreso discográfico de Pablo Chill-E tras un período en que líos contractuales le impidieron lanzar música. Pese a ello, las colaboraciones e hitos puntuales (como participar en el show de Bad Bunny en el Estadio Nacional), lo mantuvieron en activo, aunque reconoce que hubo momentos difíciles.
“Lo más difícil obviamente fue no poder sacar música y las críticas de la gente que no sabían la real situación de por qué yo no podía sacar música -dice Chill-E -. Me trataban así como que estaba apagado y cosas así. Un poco el odio de la gente, eso fue como lo más fome. En un momento no me sentía apoyado, yo sentía que no me lo merecía tanto odio”.
Toda esa frustración se destiló en las letras del álbum, pero además, mucho de su ánimo por retomar sus líricas con historias de la calle, que marca su propuesta. “Quise demostrar lo que estaba sintiendo en ese momento. También de los códigos que tenía la calle. Hay temas que hablo de la calle como algo malo y en otras haciendo apología a lo negativo. Pero con este disco quise matar todo eso, de ya dejar de hacer un poco de apología a lo que es negativo”.
¿Sientes que ese tipo de cosas te pasaron la cuenta en tu carrera? ¿sientes que pudiste haber ganado cosas que no ganaste en ese momento?
Sí, por eso y porque también uno va creciendo con el tiempo. Uno no se cuenta de las cosas que son buenas y las cosas que son malas. Obviamente, hay mucha injusticia y por eso hay cosas malas, pero eso no le quita la maldad. Y uno se va dando cuenta después, sobre todo cuando vas viviendo otro tipo de vida, y conociendo otro tipo de personas. Uno va creciendo con el corazón y con la mente.
¿Ves este disco como un cierre para esta etapa de tu carrera?
Sí, igual sí. Obviamente voy a seguir haciendo trap, pero dejé atrás una etapa de las frustraciones, el odio y de todas esas cosas negativas por no poder sacar música. Voy a seguir haciendo trap, pero ya me estoy centrando en hacer mucha música más comercial.
Entre las colaboraciones del disco, destaca Mínimo esfuerzo junto al argentino Duki. ¿Cómo se gestó eso?
Ese tema yo lo tenía grabado hace rato y justamente el Duki venía a un show que tenía aquí en Chile. Con él siempre hemos sido amigos, nos gusta trabajar juntos. Mi hijo ‘hermano manda algún tema para el Duende Verde’ y yo le dije tengo un tema perfecto para que te montes. Vino, fuimos para el estudio, trabajó el verso, grabamos el video sobre la misma y se dio así bien orgánico. El disco está terrible orgánico, hermano. No fue que dijimos de antes ‘este tema será con tal persona’. No, todo se fue dando paso a paso.
¿Cómo sientes la recepción que ha tenido el disco?
Me sorprendió mucho el recibimiento que ha tenido el disco. Yo pensé que por ser un disco de trap duro no iba a tener tanto revuelo, porque ahora anda sonando más el reggaetón y esas cosas. Pero me equivoqué, menos mal que me equivoqué. La gente lo recibió bien y les gustó caleta.
¿Qué tienes en mente para la promoción del disco?
Yo quiero irme para fuera. A lo mejor con el Duende Verde voy a seguir estando en Chile, pero ya este fue un paso para seguir dándole con mi carrera. Quiero irme para afuera y después, cuando ya tenga la carrera comercial como hecha, volver a hacer el trap, quizás un poco más comercial. O sea, al final el trap fue lo que pegó a la mayoría de los artistas que ahora volvieron todos al reggaetón.
“Yo alucino con Paranoid, me gusta caleta”
¿Cómo has visto el reconocimiento que ha tenido el género urbano? Estoy pensando en gente como Pailita y Young Cister que estuvieron en escenarios centrales en Lollapalooza, tú mismo en el show de Bad Bunny, lo de Polimá en Viña...
Es lo que tenía que pasar. Por más que nos decían la gente no está ahí con nosotros, éramos como, ‘ah qué se cree este hue...’. Y ahora somos los artistas, nos ganamos el espacio, nos fueron dando el espacio, tuvieron que saber dárnoslo.
Estuviste de invitado en la presentación de Polimá en el Festival, pero hubo una situación con tu micrófono que no se escuchó, lo que después comentaste en tu cuenta de Instagram ¿qué pasó ahí?
Hermano, eso que pasó ahí fue netamente culpa de alguien del equipo del Poli. Yo cuando tenía que salir un minuto antes, no tenía ni el micrófono, nadie me lo pasaba. Entonces, yo no sé qué pensar realmente ahí de lo que pasó, no sé cómo habrá sido realmente. Yo preferí decir, ya fue no más. No creo que haya sido con maldad, pero fue una gran irresponsabilidad lo que pasó ahí.
Fuiste parte de Urbanos, la serie de TVN, ¿qué significó para ti esta experiencia, exponer tu vida, tu intimidad, abrirle tu puerta a la televisión?
Yo siento que supe llevar bien mi capítulo. Siento que hice las cosas bien, siento que mostré lo que tenía que mostrar para que la gente se sacara esa mala imagen que me había hecho la misma televisión. Siento que aprovechamos esa oportunidad para mostrar los seres humanos que de verdad somos, sirvió para demostrar que no somos malos como nos había pintado antes la tele. Todos tenemos problemas, todos tenemos momentos malos y todos se mandan cagadas, pero como somos cantantes, nos condenan mucho más, ¿cachai? A mí me gustó la experiencia y siento que mostré lo que tenía que ser mostrado de mí.
Y a propósito de TV, ¿cómo ves lo que pasó con Marcianeke en un programa cuando le preguntaron si le gustaban a los Beatles?
Mira, la tele siempre ha ganado del morbo y de ridiculizar a los demás, ya sea por el estrato social, por la plata, por lo que sea. ¿Por qué no le hacen ese tipo de pregunta a otra persona? Yo creo que esa pregunta igual fue con un poco de maldad, aunque ellos digan que no, yo creo que igual fue con un poco de maldad, con un poco de clasismo.
Hace un tiempo, en 2022, publicaste una colaboración con Quilapayún e Inti-Illimani, que se llamaba Aburrido. ¿Cómo se dio eso?, ¿conocías su música?, ¿qué significó para ti?
Obviamente, yo conocía a Quilapayún, yo creo que todos los chilenos conocemos a Quilapayún, porque son referentes. Eso se dio así de la nada, no fue así como una conversación. No, se dio de la nada, me ofrecieron el proyecto y yo dije, Quilapayún, historia, voy. Y así se dio ese proyecto, fue algo bonito. Yo creo que estuvo un poco infravalorado para lo que era. Hablamos de la realidad, de lo que pasaba en ese momento, y que como que se reflejaba en lo que estaba pasando en la pandemia, había una buena crítica social. Deberían haberlo valorado un poquito más ese temita, ese junte generacional.
¿Qué música que no sea trap te gusta escuchar?
Me gusta mucho el rock, de repente me gusta fumarme mis pitos y me gusta escuchar The Doors, me gusta escuchar Black Sabbath, los mismos Beatles también me gustan. Me gusta escuchar harto el reggae, me gusta mucho la cumbia también, la salsa, los flamenquitos, música gitana, varias cosas me gusta escuchar a mí. De los Beatles me gusta esta...I am the Walrus, también esta que la canta uno de ellos, While my guitar gently weeps. De Black Sabbath me gusta Paranoid, yo alucino con Paranoid, me gusta caleta. Con esa me siento así como en un mood (agita la cabeza haciendo headbanging)...voy manejando y la pongo.
Entonces tienes un lado rockero...
Sí, si a mí me gusta lo que representa el rock y todas esas cosas. Es rebelde, es rebeldía. Eso me gusta de la música del trap, igual es un poco rebelde. Obviamente, no habla de las mismas cosas, pero comparten esa rebeldía, es el único punto en común que tienen.
Has colaborado con Bad Bunny y varios artistas ¿hay algún músico con el que te gustaría trabajar?
Así como alguien que no tenga nada que ver conmigo, con Pablo Lescano, me gustaría trabajar con la cumbia. Me gusta también Lee “Scratch” Perry, que es de Jamaica. Igual sería curioso un tema con Ozzy Osbourne imagínate, sería notable.
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