“Este papel era un desafío imposible”: quién es el actor que se luce como Charly García en la serie sobre Fito Páez

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Andy Chango como Charly Garcia. Julieta Horak/Netflix © 2022

Se llama Andy Chango, es músico y no cuenta con formación actoral. Pero una llamada del mismo Fito Páez lo hizo decidirse a tomar un rol clave dentro de El amor después del amor. Para él, ya al ponerse el bigote le ayudó a recrear un mundo que había conocido. "Me hubiera sido más fácil hacer un Charly sin dientes, en silla de ruedas. Es más accesible que ser un genio y tratar de transmitirlo", ha dicho.


Un día de verano, una llamada sacudió a Andy Chango (52). Cuando el músico pensaba tomar unos meses de descanso, al otro lado de la línea, Fito Páez le habló para pedirle algo. Más bien, para informarle de que sus próximos meses tenían un destino inexorable.

“Fue en enero del año pasado, yo había trabajado mucho el año anterior, algo raro en mí, pero bueno, había colaborado en abrir el Café Berlín, y tuve el programa de radio de FutuRock y eso ya es trabajar mucho para mí. Por eso estaba tratando de reponerme, de beber menos, de bajar la dosis de Rivotril. Lo había pensado como un mes de descanso y, cuando estaba entrando en esa frecuencia, me llamó Fito y me anotició de que iba a tener que hacer de Charly García en la serie”, recordó Chango en conversación con Rolling Stone. Sí, tendría que actuar y encarar al hombre de Los dinosaurios en El amor después del amor, la flamante serie de Netflix que recrea la vida de los primeros años del rosarino -estrenada hace una semana- y cuya performance resulta notable.

Andy Chango wsp
El músico Andy Chango.

Pese a algunas dudas iniciales, lo difícil de la aventura lo hizo motivarse. ”Obvio que esa misma noche me desperté diciendo: ‘No, esto no lo puedo hacer’. Pero bueno, la verdad es que había algo seductor también, porque yo soy un aventurero”.

Fundamentalmente músico, ha publicado los álbumes Andy Chango (1998), Las fantásticas aventuras del Capitán Angustia (2001), Grandes éxitos en familia (2002), Salam Alecum! (2002), Boris Vian (2008), San Lorenzo Superstar (2018). De ese primer disco es su mayor hit, Neuronas, con casi 400 mil reproducciones en Spotify. En rigor, Chango ha sido parte de la periferia de los nombres de rock nacional, nunca en el centro, de hecho después decantó en el jazz, donde se ha mantenido hasta hoy. Pero ha tenido colaboraciones con otros músicos, como Ariel Rot, integrante de Los Rodríguez, y a su vez, hermano de Cecilia Roth, expareja de Fito Páez.

No estudió actuación, pero ya tenía una muy mínima experiencia en la serie Según Roxy, donde tuvo un rol secundario. “(Fue) un papel muy chiquito, hacía de hermano bobo de la protagonista, entonces tenía que hacer de mí mismo. No es que actué. Era una locura, pero para la locura yo siempre estoy”, dijo a Rolling Stone.

Creo que acepté hacer de Charly porque era algo imposible. Las cosas normales no te las hago, no me salen. Pero éste era un desafío imposible, porque es una persona viva, con una personalidad extrafuerte y que todavía hoy nos parte la cabeza a todos. Además, hacer de Charly García es un lugar de exposición muy grande, porque te pueden verduguear para el resto de tu vida”.

CHARLY GARCIA SERIE FITO

De ahí comenzó un proceso irreversible y con un peso tremendo. No es para menos, A Chango le tocaba interpretar a Charly en sus años más altos en lo que se refiere a creación. Esos que le dio vida a discos fundamentales como Clicks modernos (1983), Piano bar (1984) y Parte de la religión (1987). Período que, por lo demás, a Chango no se lo contaron.

“Charly es un personaje muy fuerte, yo en minutos salgo poco -apuntó Chango en una entrevista en la TV argentina, en el Canal de la Ciudad, de Buenos Aires-. Yo esa época la había vivido, justo me hice amigo de Fito en la época donde termina la serie. Tuve esos amigos, fui a las fiestas, para mí fue como una recreación, un Volver al Futuro, un metaverso. Fue muy alocado. Agarro un Charly iluminado, que está en el mejor momento de una carrera enorme que estaba buena, esta especialmente inspirado, ya tiene algunos vicios pero no se le notan”.

Sobre eso mismo también comentó en Rolling Stone: “Fue una locura, yo me tomaba tres copitas, me ponía el bigote y, para empezar, ya me creía Charly. Y después tenía a mi lado al falso Calamaro, al falso Fito, al falso Fernando Moya [manager de Fito], el falso Ale Avalis [amigo de la juventud de Fito], todo un disparate, una locura. Era Volver al futuro cuatro. Un despelote para mi psiquis y encima yo la adornaba con un par de detalles, un poco de alegría, y la confusión era real. Entonces estaba con Divina Gloria en una fiesta, bebiendo unas copas, tomando una rayita. ‘¿Pero esto qué es? ¿Un déjà vu? ¿Yo soy Charly?’. Un poco me la creí y los tenía a todos cagando. Yo era Charly todo el tiempo, como ese documental Jim y Andy sobre la vida del comediante Andy Kaufman]. Pasó algo parecido. Se sembró un poco el terror en el equipo, je, je”.

Parte de la religión

Para el papel, le bastó un detalle para sumergirse en el personaje. Aquello que hace inconfundible a Charly. “Primero estaba muerto de miedo, pero me fui haciendo la idea y cuando me puse el bigote, ya fue… Ahí me convertí en Charly. Dejé de sentirme un suicida y un vendedor de humo cuando me pusieron el bigote -dijo a Rolling Stone-. Ahí me miré al espejo y sentí que era Charly. Por otra parte, yo soy muy fácil de confundir, porque ya estoy confundido…”.

Otro tema fue el canto, ya que lo que aparece en la serie fue interpretado por el mismo Chango, como cuando aparecen ensayando Transatlántico art decó, de su primer álbum solista. “Fue my difícil meter las voces, por la diferencia de edad. Yo tuve que hacer un Charly de 30, yo tengo 52. El mismo Charly a los 50 ya no podía cantar las canciones en ese tono, estaban muy arriba de tono y muy arriba él en todos los todos los sentidos -comentó en la TV argentina-. Me hubiera sido más fácil hacer un Charly sin dientes, en silla de ruedas. Es más accesible que ser un genio y tratar de transmitirlo”.

CHARLY GARCIA
El actor Andy Chango interpreta a Charly García en El amor después del amor

Esa locura de Charly de esos años salvajes, Chango la abordó de una particular manera: “Tenía que estar con la energía de ese Charly. Y ese Charly era imbatible, estaba cinco días sin dormir y te grababa todo Clics modernos, con todos los videos, encerrado en el estudio. Era una locura. Cada escena era una carga. Mi método actoral, si se quiere, era estar reloco. Era ser Charly. Recrear a un genio y estar loco. Siempre me creí un genio, pero porque mi mamá me decía que lo era, entonces eso lo tenía fácil, aunque sin ser un genio. Y la locura también la tengo”.

Para pasar la prueba, y amén de su muy poca experiencia actoral, Chango recurrió a una amiga actriz, Julieta Otero, quien se encargó de prepararlo. “Fue un trabajo muy lindo porque era verano, pusimos videos, anotamos y copiamos 15 a 20 gestos. El resto, ella vio algo que yo no lo veía. Yo estaba muerto del pánico, ella me decía: ‘Ya estás, la vas a romper’. No había tanto que hacer en lo previo, más bien, en el momento de estar ahí”.

Ya con el bigote, la jardinera y los teclados, Chango sintió cómo poco a poco el personaje se fue apoderando de él, incluyendo característicos gestos como la dylanesca forma de tomar un cigarrillo, o cómo mueve el tronco para tocar el piano. “Lo que pasa es que siendo Charly, se hacía difícil ir a rodar y que te griten ‘¡silencio!’ y esperar porque Charly no soporta esas cosas y yo tampoco. Se hacía difícil las esperas las sesiones largas, las sesiones a veces nocturnas. Tuve buena onda con los directores, todo el tiempo me transmitían que estaba impecable, ‘improvisá’, me transmitían una confianza que no tenía ni yo”.

Es una ficción, basada en historias reales, pero es una ficción. Tomado como fantasía, es un enfoque donde ya le tomé el gusto”, acota Chango en la misma entrevista con Canal de la Ciudad, comentando que curiosamente, se opone a las Biopics porque las hacen gente que no necesariamente conocieron a los artistas que retratan “y después la gente se queda con esa visión. Por ahí a Lennon no lo entendía ni Yoko Ono”.

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