“Mis hijos más pequeños nunca me conocieron sin Parkinson”: qué muestra el emotivo documental de Michael J. Fox

Foto: Apple TV+

Este viernes llega a la plataforma Apple TV+ el elogiado filme Still: A Michael J. Fox Movie, un viaje al origen de su estrellato, al descubrimiento de su enfermedad y, sobre todo, al carácter magnético del protagonista de la saga Volver al Futuro.


De niño y adolescente, Michael J. Fox nunca se quedaba quieto. Era el más bajo de su curso en el colegio, pero eso jamás lo inhibió de ser un muchacho escurridizo, chispeante y ocasionalmente problemático. A eso hace referencia el título del documental que protagoniza, Still: A Michael J. Fox movie, que llega este viernes 12 a la plataforma Apple TV+ después de un celebrado paso por los festivales de Sundance y South by Southwest.

Pero el nombre del filme también alude a que el intérprete sigue aquí y que, a pesar de las complicaciones causadas por el Parkinson que lo aqueja desde hace más de 30 años, no ha perdido su esencia. Puede que ya no actúe y sus apariciones públicas sean cada vez menos frecuentes, pero permanece ese carisma arrollador y ese gran sentido del humor que lo convirtieron en un favorito del público durante los 80 y 90, atributos con los que se adueñaría de un pedazo del firmamento de Hollywood.

Dirigido por Davis Guggenheim (Una verdad incómoda, Él me llamó Malala), el documental –en 95 minutos que vuelan– pinta a su protagonista como un hombre optimista y franco. El eje principal es una entrevista a cámara en que a ratos se explicita la interacción con el realizador –de fondo, hay recuerdos, fotos de la familia y su colección personal de premios–, mientras comienza el recorrido por su infancia y juventud.

Fue un niño actor que incursionó en la televisión canadiense, hasta que fue por su oportunidad a Los Angeles, la ciudad donde los sueños se cumplen. “Cuando tenía 16 años, mi profesor de actuación me puso un periódico en las manos. ‘Están buscando a un niño brillante de 12 años, y diablos, serás el niño de 12 años más brillante que jamás conocerán”, recuerda en el filme sobre esos días.

Su ascenso fue meteórico y, casi sin darse cuenta, ya estaba haciendo malabares para dividir su tiempo entre sus obligaciones en el set de Family ties (1982-1989) y el rodaje de la primera Volver al futuro (1985), donde llegó de emergencia tras la abrupta salida de Eric Stoltz. El documental desempolva material de la época y de sus trabajos en esos proyectos, al tiempo que ocupa a un doble para crear algunas dramatizaciones que buscan poner al espectador en los zapatos de ese joven talento canadiense que, a punta de encanto y talento, estaba alcanzando la cima.

Con Welcome to the jungle, de Guns N’ Roses, el filme se aproxima al descomunal éxito de Volver al futuro. Su actuación como Marty McFly recibió elogios de la crítica y la película fue un éxito, volviéndolo uno de los rostros más codiciados del mundo y pavimentando la realización de la trilogía. También aparece su historia de amor con Tracy Pollan, compañera de elenco de Family ties con la que se casó en 1988 y con la que tuvo tres hijas y un hijo. Fragmentos de la serie –donde eran pareja– se suceden con las imágenes de su boda y luego con la cálida interacción de ellos en el presente. Y después, inevitablemente, el Parkinson.

El documental arranca con la mañana de 1990 en que detectó los primeros síntomas de la enfermedad. “Me desperté con una resaca feroz”, cuenta Fox. “Fue entonces cuando noté mi dedo meñique: auto-animado. … El temblor era un mensaje del futuro”. El diagnóstico llegó en 1991 pero sólo lo contaría al mundo siete años más tarde, cuando aún grababa la sitcom Spin City (1996-2001). Desde entonces, su imagen pública nunca sería la misma.

Pero en su fuero más íntimo nunca fue tratado con lástima, según él mismo cuenta. Su dinámica familiar de alguna manera –expuesta en instantes junto a sus retoños– confirma lo que declaró a fines de 2022 a la revista People. “Mis hijos más pequeños nunca me conocieron sin Parkinson. Sam (su único hijo varón) tenía dos o tres años cuando me diagnosticaron. Así que nunca supieron nada distinto. Y hay una cierta libertad que debes darle a alguien que tiene Parkinson. Puedes elegir qué tan amable ser y cuánto hacer, y cuánto saber no hacer. Eso es todo acerca de la empatía”, detalló.

La crítica ha recibido con buenos comentarios a la película. “Guggenheim es el entrevistador ideal para la tarea, haciendo preguntas sinceras pero sensibles que producen respuestas sinceras. Él y (el montajista Michael) Harte hacen algo más notable: mantienen a Fox, incluyendo imágenes que la mayoría de los editores cortarían en las que el actor parece vulnerable en el espacio entre fragmentos de sonido. A través de Still, Fox permite que el público lo vea como es ahora”, opinó Variety.

Presentándolo como “admirable e íntimo”, The Hollywood Reporter señaló que “el enfoque particular de Guggenheim deja mucho espacio para un siguiente documentalista que quiera celebrar la vida de Fox, pero con su enfoque cerrado y estilo distintivo, ofrece una esencia de la energía de Fox y su atractivo para toda una generación”.

El periódico británico The Guardian fue algo más tibio, cuestionando la aproximación del director. “Davis Guggenheim tiene la cursi e irónica costumbre de usar clips de las propias películas de Fox para dramatizar momentos clave en la vida de Fox: un enfoque innecesario, distractor y un poco ingenuo, con el que elude a la persona pública y a la privada”.

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